Suena un aldabonazo, discreto y perentorio. El doctor baja las escaleras con su linterna, cuya luz lo precede en el hueco (con manchas pardas) del vestíbulo. Luego de (y lo sorprendente e innovador y genial del asunto) una digresión de 296 líneas (las conté, una a una), unas 9 carillas aproximadamente,...
“¡Lascar las escotas! ¡Listas las brazas! ¡Adujar los cabos! -gruñía el señor Baker”.
Sí, yo tampoco me he enterado, incluso mi corrector ortográfico es incapaz de reconocer alguno de estos términos marinos (¿?). Le pregunté a María Jesús, excelente amiga y traductora de la edición del Narcissus que...
“¡Lascar las escotas! ¡Listas las brazas! ¡Adujar los cabos! -gruñía el señor Baker”.
Sí, yo tampoco me he enterado, incluso mi corrector ortográfico es incapaz de reconocer alguno de estos términos marinos (¿?). Le pregunté a María Jesús, excelente amiga y traductora de la edición del Narcissus que...