En su momento Bloom comentó, y ha sido numerosamente repetido en la prensa y el marketing, que ellos son los cuatro mejores escritores estadounidenses vivos; de su generación, supongo. No hay otra relación. Pero me gusta como muestrario de cuatro alternativas distintas e interesantes de la narrativa estadounidense. Y me interesa reflexionar sobre las posibilidades o no de cada una de estas vías hoy y de cara al futuro.
Philip Roth, que es a quien estoy leyendo hoy y el causante de mi nota anterior, nació en 1933 tuvo un reconocimiento temprano en 1959 con Goodbye Columbus y un gran éxito coyuntural en 1969 gracias a El lamento de Portnoy.
Sin necesidad de fantasías como a la que os invitaba en mi nota anterior - sigo pensando que es iluminadora para examinar el rendimiento que siguen teniendo los distintos proyectos literarios de cada uno-, preguntarse por qué un autor es reconocido o no en un momento dado y bajo qué lectura siempre es interesante.
Las reflexiones biobiliográficas sobre los escritores son muy interesantes y muy útiles. No sabía que Bloom vinculara a estos cuatro, que, en mi opinión, no tienen mucho que vr más allá de la fecha de nacimiento. En efecto, McCarthy y Philip Roth nacen en 1933, De Lillo en 1936 y Pynchon (el más joven: es un decir) en 1937. Más interesante es ver cuándo publican su primera obra: los más precoces son Roth (1959) y, teniendo en cuenta su edad, Pynchon (1965); McCarthy también publica en 1965 y DeLillo espera hasta 1971. Todavia más interesante es cuándo publican su primer gran éxito (aunque aquí, para el lector español, la cosa se complica, pues una cosa es lo conocido que pudiera ser el autor en Estados Unidos y otra el grado de difusión, y de traducción, de su obra en España, que a veces lleva un retraso de años y hasta décadas, caso de Cormac Mccarthy, que no empezaría a ser conocido hasta Meridiano de sangre, por lo menos, que es una novela de 1985) En esto, el más precoz es Pynchon quien, para ser un dentón que no quería salir en las fotos, se hizo terriblemente famoso. Lo dicho, es instructivo, aunque sigo sin ver relación alguna entre los cuatro.
Hoy me he dado cuenta de que en cosa de unos meses y sin quererlo he leído al sonado cuarteto de Bloom: Cormac McCarthy, Philip Roth, Don Delillo, Thomas Pynchon. Y se me ha ocurrido un experimento interesante: abstraeros de todo lo que sabéis de sus autores y tratad de fechar su obra.
El resultado es curioso. No puedo evitar imaginar a McCarthy junto con Faulkner en una relación similar a la de Joyce-Beckett. A Philip Roth sólo le veo escribiendo en la Era Reagan, con la mirada puesta entre 1945 y 1973, con parada obligatoria en el 68. Uno vive en un exilio voluntario de su tiempo y otro ha considerado no tener nada que decir hoy. El 68 es también el pistoletazo de salida en que sitúo a Thomas Pynchon para una carrera destinada a las últimas décadas del siglo XX y una madurez diferente desde 2001. Imagino a Delillo formándose largo tiempo, con un lento arranque de los 80 a los 90, para alcanzar su pleno desarrollo desde el 2001.
Es una bobada, pero lo he pasado bien reinventando las carreras de estos autores y poniendo orden y sentido en el caprichoso devenir del tiempo. Y es que siento a Delillo y Pynchon como más contemporáneos míos que Roth y, sobre todo, McCarthy. Y mejor no hablemos de otros escritores profesionales más cercanos a mi generación.
No seas asín, @Brosnon , que lo mismo el tal Isaac Barrao es muy bueno. Humilde, no, eso seguro, pero bueno...
Volvemos a las andadas
sopadelibros.
Casi todo puede ser un magnífico experimento sociológico a los más variopintos niveles, el caso es que por eso deje de ser una burrada. Siendo un 'poquito' exagerado aquí hay varios ejemplos de ello: recursosdeautoayuda.
Respecto a lo de marginarse o ser marginado la línea a veces es finísima. Un ejemplo práctico. Hace algunos meses cerré mi cuenta de Facebook como ya he dicho por motivos de opción de vida y me abrí una en Hubzilla, alternativa libre. Se lo dije a toooooooooooooooooooodos mis contactos, la mayoría amigos/as personales, a algunos de los cuales sólo puedo seguir (pueden seguirme) diariamente por red social. NO SE HA CAMBIADO NADIE, o al menos alternar entre ambas. ¿Me he marginado? Cada cual que responda, porque eso pasa con muchas cosas de la vida. Optas, por ética, por lógica... y eso te 'aísla' de determinados círculos. Pues bienvenido sea. Van Gogh murió sin un céntimo y con la olla ida, y ahora todo el mundo lo adora. Hizo lo que le pedía su espíritu, pero en una sociedad del consumo y de la imagen es difícil elegir ser Van Gogh en lugar de un grafitero de éxito sonante aunque efímero.
Y gracias por lo de las alternativas éticas, @Tharl . Opciones hay, otra cosa es la comodidad.
Hay que ver lo que dan de sí estas notas. Me he reído con lo de Sálvame. Me encantó que lo reivindicarais, al fin y al cabo -no tengo más pruebas aue Dani Mateo pero estoy seguro- los técnicos del show político de hoy se formaron en ese plató. Y me recordó una anécdota: El otro día unos amigos se indignaban al defenderles lo obvio: que el Gran hermano de Telecinco es un logro estético muchísimo mayor al de Orwell. Más que "1984", más que el panóptico de Foucault, más incluso que "La sociedad del espectáculo" de Deboud, "Gran hermano" es el más importante descubrimiento de los efectos existenciales de "la transparencia". Este tipo de descubrimientos, antes que el entretenimiento, los creo el sentido del arte. A veces no importa tanto qué se lee como cómo se lee.
Leer Gran Hermano de este modo me parece mejor, eticamente hablando, que vivir al margen del gusto y hábitos de nuestro tiempo (¿cine y literatura de autor?). Marginarse es relativamente sencillo, resistír consiste en no abandonar la lucha desde dentro. (aprovecho aquí para agradecer enormemente a poverello la sección de alternativas de su web).
Yo voy poco al cine, aunque si toca comercial (3D, etc) no tengo problema. Si me va el Sálvame no me va a ir esto.
En Vigo no tenemos filmoteca, y es una pena. Aunque siempre hay soluciones para aquel que las quiere buscar.
La mayoría de los cines que había han ido dando paso a otros más nuevos, incrustados en centros comerciales, que se han comido a los anteriores a la fuerza (y mira que había cines bonitos por aquí, como el Fraga). Resistiendo, cual aldea gala, aún quedan unos cines humildes (que me da a mí que no deben sacar un duro y que lo hacen más por amor al arte que otra cosa) que, además, son de los que dan cabida, especialmente (porque ponen de todo), a cine de autor/independiente europeo, japonés (o de donde se tercie), documentales, etc; y lo hacen con algunos pases en V.O. Incluso tienen un miércoles al mes que sólo cobran tres euros. Sí, no son muy cómodos; y sí, su tecnología tampoco es la mejor, pero son los únicos cines con esos contenidos. Y resultan un reducto romántico para este otro tipo de resistencia tan necesaria.
He de reconocer que no voy al cine comercial por opción de vida . Cosas de uno y sus delirios. Sólo a la Filmoteca.
Las pelis en el ordenata y si me da por tener ganas y tiempo las proyecto en una maxipantalla con un cañón conectado al PC .
Lo del móvil es de crack, ¿eh? Yo hace lustros que no renuevo ni compro. De segunda mano de mi señora madre, pero por el momento tengo mientras alguien me surta. Tampoco tengo Facebook desde hace meses, que di de baja la cuenta. Por si interesan los motivos...
wordpress.
Y justo hoy acabo de enterarme de que la macro-red ha bloqueado de manera simultánea casi todos los grupos de apoyo a Sanders en la campaña de EE.UU.
Gracias a ti por no tener televisión: eres el líder de la resistencia...Y yo alardeando de no tener Facebook ni móvil.
¿Y las pelis, cómo las ves?, porque una cosa es no ver la tele y otra carecer del aparato propiamente dicho. Supongo que irás al cine y emplearás el ordenador.
Me parto, @Atticus . Gracias por compartir por aquí siempre.
Lo mío es peor, en serio, nunca he visto Sálvame y no tengo ni tele, por lo que hablo de oídas, y eso sí que es tener morro .