Respecto al carácter romántico de los olores, de las texturas, del tacto, del carácter romántico de los objetos antes mencionado... yo voy un poco más allá del jamón y de la carne. De hecho, @arspr , al leerte me ha venido a la cabeza una frase de "La Gran Belleza" (peliculón italiano que aprovecho para recomendar a los que no la hayáis visto aún), y que en boca del protagonista reivindica un poco ese carácter subjetivo quizá un poco más emocional y delicado, más elevado quizá, o ambicioso.
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«De pequeños, a esta pregunta mis amigos daban siempre la misma respuesta: “El coño”. Pero yo respondía: “El olor de las casas de viejos”. La pregunta era: ¿Qué es lo que realmente te gusta más en la vida? Estaba destinado a la sensibilidad. Estaba destinado a convertirme en escritor. Estaba destinado a convertirme en Jep Gambardella.»
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@arspr
No solo me preguntaba cuánto habría cobrado Oxford por su diccionario Oxford, también me preguntaba cuánto han cobrado los herederos de Foster Wallace por dicha lectura (o Mondadori, en su caso, que fue quien por primera vez lo publicó en España; apuesta de riesgo, en mi opinión, que rima con DRMs de garrafón). Que por supuesto tu intimidad es tuya, y eres dueño de tus silencios, y hemos tenido la suerte, esa feliz serendipia, de encontrar ese 1 entre 1.200 que según dice la OCU ha adquirido/comprado/descargado legalmente el libro. Porque con esos rangos (¡1/1.200!), evidentemente, estoy contigo, la piratería no es justificable.
Lo de dar gratis la mitad de los libros "para ver si nos van gustando", también te digo, me parece una boutadé. Con todos mis respetos. Extrapola tu teoría al mundo en general: podríamos abandonar el cine a media película si no nos está gustando, dejaríamos hamburguesas a medio comer si ese día no nos acaba de convencer su sabor, devolveríamos a la farmacia ese medio frasco de pastillas que no nos acaba de curar la puta tos... Ridículo, ¿verdad?
Para eso, repito, mejor acercarse a cualquier Biblioteca Pública donde nadie te impide devolver sin leer un libro que no te ha convencido. Yo de hecho ni medio libro espero: si a la página 80 no me ha convencido... ¡al garete! Con excepciones hechas para un Premio Planeta de Lucía Etxebarría, un secreto de Rhonda Byrne y "On the road" de Kerouac... que ni esas 80 páginas de cortesía merecieron.
El alegato de que los ebooks salvan los bosques, por otra parte, no deja de sorprenderme. Que sí, que el papel se hace con árboles y las papeleras huelen muy mal, cierto, pero ¿acaso hemos olvidado que el papel es reciclable o, en el peor de los casos, biodegradable? ¿Y de qué están hechos los ebooks: plástico, metal, coltán, baterías de silicio...? ¿Y el coste energético de cargarlos cada X días? ¿Es eso preferible? A ver, que no soy un talibán del ecologismo (tengo móvil, ordenador, etc), pero con franqueza, el alegato "verde" pro-ebooks me parece un poco pillado por los pelos. No me vale. Por pueril.
Así las cosas, el ebook no me parece ni más cómodo (no creo que el libro tradicional dificulte la lectura, por muy tocho que sea), ni más ágil (puedes tener cientos de libros en su interior, pero difícilmente leerás a la vez más de 2 o 3), ni más ecológico (terra. ni más, no sé definirlo, bonito-romántico (donde el papel gana por goleada, al ser un libro-objeto; como ganan los vinilos, que también atesoran esa facultad de unicidad y objeto, y la gente —yo mismo— sigue coleccionando).
¿Dónde gana el ebook? En que es más chic, eso sí. Muy de juguete tecnológico nuevo que mola mazo, pero veremos cuánto dura la moda y su éxito fulgurante...
@sakalov , por referencias "indirectas". Evidentemente la piratería es una jodida piedra que no es justificable. Pero tampoco la mierda de ediciones que muchas veces me encuentro (como me empeño en recalcar en algunas de mis reseñas), ni los abusos en precio por un trabajo casi de OCR en otras. Pero si me preguntas cuanto ha cobrado Oxford por su diccionario, te respondo que le preguntes a Sony. (En realidad, y en estos momentos por el Merriam Webster a Kobo, la verdad sea dicha...)
No mezclemos temas porque carece de sentido. Y todos tienen que reinventarse. Por ejemplo yo no entiendo como SISTEMÁTICAMENTE todos los libros no se dan gratis, no uno o dos capítulos, sino prácticamente en su mitad. Así no habría prisioneros. Y si luego me gusta y quiero continuar, pues entonces sí cóbrame lo que consideres por dicho resto que, yo al menos, lo pagaré gustoso. (Claro que a lo mejor tu negocio no está en vender libros que LE GUSTEN a la gente, sino en colocar y cobrar y punto-pelota). Y por favor no me toques las p... narices con DRMs de garrafón.
Os insisto a los amantes del papel que mucho me temo que está tan muerto como la imprenta hizo con los manuscritos, o el mismo papel con los pergaminos u otros soportes anteriores. Y son lentejas... Da igual lo que opine(is/mos); el tiempo, que es un maldito cabrón, pondrá a todos en su lugar haciendo su consabida tabla rasa. Y acabará con esnobs de uno y otro sentido. Pero no os aconsejaría colocar vuestro dinero en acciones de imprentas...
No obstante yo me pregunto ¿cuantos de vosotros seguís escuchando música en casettes? (Y es una pena el deceso y desaparición de ese insigne estante de gasolinera inenarrable lleno de greites-jits, pero ¡qué se le va a hacer!, todo tiene su cara amarga) ¿y en gramola? Y de los que tenéis no más de 30 años, ¿en vinilo? (¿y casi en CD?) ¿Y cuántos escribís con pluma? ¿Y con pluma de la de verdad y tintero? Pues eso que el boli bic es menos glamuroso y de plasticorro chungo, pero al final nadie se siente frustrado por no tener que comprar la tinta a granel...
Que os pongáis como os pongáis yo ya solo leo en papel (novelas y similares, otras cosas siguen siendo más cómodas de gestionar en nuestro viejo conocido) cuando NO tengo otra opción. Hace tiempo que decidí que lo del olor lo dejo para el jamón de jabugo, (y me ENCANTA el olor a encuadernación de los libros), lo de acumular árboles talados para las revistas de decoración (aúpa Calibre) y lo de la textura y el tacto para... ¡¡¡chist!!! que hay niños.
Aunque tradicionalmente "Los jefes" y "Los cachorros" son dos obras de Vargas Llosa que se han editado juntas, si no recuerdo mal, poco tienen que ver entre sí. Aun así, en la ficha de SdL los tenemos juntos ( sopadelibros. ). ¿Creeis que así está bien o deberíamos separarlos? Me inclino por ponerlos en fichas distintas. El problema sería entonces a cual de las dos fichas migrar los votos.
Mi preferencia por los "libros de verdad" se debe a los mismos argumentos de poverello: sentimentalismo, fetichismo, o como queráis llamarlo. Aunque sospecho, como ya dije en otra ocasión, que cada formato lleva aparejado un modo de lectura y de trabajar el texto.
Por supuesto, nada de esto hace incompatible un formato con el otro, ni rechazo que el E-Reader ofrece algunas ventajas frente al papel. Y varias desventajas.
En cuanto a la relación escritor-editor-librero-lector, sin duda el E-Reader supone una revolución fascinante. Pero no nos preocupemos, es de esperar que se salde a favor de las editoriales. Disfrutemos hasta entonces. No seré yo quien lamente la pérdida de ingresos de Dan Brown, Grey y otros Ken Follados, bastante tienen con soplar 20€ por sus libros de usar y tirar en papel. Así malgastaremos menos los bosques.
Ah! Y una cosa más, para los modernos. Si decidís leer en inglés con diccionario a mano, no seáis tan brutos de llevar el Oxford a cuestas, igual que hay E-Readers hay aplicaciones con diccionario para el móvil (tanto de la RAE como bilingües) . Es una de las pocas cosas que salvan a mi móvil de ser estrellado contra el suelo en los frecuentes momentos de frustración que me produce.
Salud!
Parece que la polémica entre escritores/libreros/lectores no es nueva, simplemente cambian los formatos, he aquí un texto del siglo XV que viene a decir que la imprenta es un invento del demonio:
wordpress.
Yo nunca he utilizado un ebook, la verdad que no me llama, pero tampoco tengo nada en contra de sus usuarios, al contrario, lo importante es que se lea... y sí, venid a las bibliotecas, que los bibliotecarios somos to majos.
«Cada aparato kindle, o e-book, o de libro electrónico existente en Francia, compra una media de 4,6 libros al año. En Italia, país con fama de no muy honrado, son 4,4 los que adquiere legalmente cada usuario. En España, el porcentaje es de 0,6. Cada individuo con uno de esos dispositivos de lectura en pantalla paga más o menos medio libro en el plazo de doce meses. ¿Quiere esto decir que los españoles que se han hecho con un e-book (o como finalmente se llamen) lo tienen de adorno en sus casas y no lo utilizan para su función lectora? En absoluto. Lo que significa es que casi cuanto se lee en ellos es pirateado...» (Javier Marías, dixit)
Y añade la OCU: «Los libros gratuitos que se pueden adquirir de manera legal son libros en dominio público, cuyos derechos han prescrito a los 70 años de la muerte del autor, o bien aquéllos cuyos autores o editores han publicado bajo licencias abiertas, menos restrictivas que el copyright (las licencias creative commons o el copyleft).» / «En 2012, en España, por cada ebook que se compró se descargaron ilegalmente 1.200. En resumen, en nuestro país es más fácil piratear que comprar legalmente libros electrónicos.»
ocu.
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Por supuesto que estos editoriales seguramente se hacen eco de "otras gentes", muy diferentes a quienes escriben por aquí, que solo leen literatura anterior al siglo XX y cuyos e-books tienen cientos de obras, siendo todas ellas clásicas (y gratuitas) o en su caso debidamente compradas. Faltaría más.
En mi Biblioteca Pública, por cierto, pequeña y de un pueblo de provincias, se pueden pedir libros y te los traen en pocos días de otras bibliotecas públicas donde los tienen. No sé si ocurrirá igual en todas las Comunidades Autónomas, pero al menos en Euskadi el tema está bien informatizado y unificado. Así que, finalmente... en la Biblioteca SÍ está todo.
El debate trasciende el mero formato. Hablamos, creo, del futuro del mundo literario: editores, escritores, librerías... Personalmente me gusta que en mi mundo existan, todos ellos: editores, escritores y librerías. Y como el Sr. Marías concluye en su escrito, está por ver que siga valiendo la pena...
Duplicado... Circulen, nada que ver aquí...
¡Qué peligro, Faulkneriano! Me refería sobre todo a la gente que antes de tenerlo no leía apenas, pero ahora que lo pienso yo también leo (aún) más que antes. Socorro.
Si lo que dice CarakDraug ("he comprobado en mi entorno menos lector que la posesión de un e-reader aumenta enormemente la actividad lectora de muchas personas") es cierto (y no tengo razones para dudar de ello) más vale que no compre un e-book o como se diga.
Yo, la verdad, estoy más en la línea de Fausto. Tengo un e-reader desde hace tres años, y lo uso continuamente, pero no he dejado nunca de comprar libros en papel. Ni me creo una 'moderna' ni una 'carca' ni especial por una u otra cosa, y me parece realmente estúpido generalizar tanto a quien prefiere leer en papel como a quien prefiere el ebook, por las razones que sean. Yo uso el e-reader por comodidad (sí, comodidad aunque tenga que cargarlo una vez al mes durante la noche; ¿no cargamos móviles y demás utensilios desde hace decenios?), porque vivo actualmente a 400 km de mi biblioteca personal (800 volúmenes y subiendo, vaya), y porque en las bibliotecas públicas, desgraciadamente, no está todo. Y no he dejado de comprar libros en papel porque me gusta más leer así (oh, sorpresa) y, también, por qué negarlo, poseer libros. Ni tener un e-reader con cientos de libros me descalifica como lectora clásica, ni seguir comprando y leyendo libros en papel me convierte en una carca.
Y, por añadir otra visión, he comprobado en mi entorno menos lector que la posesión de un e-reader aumenta enormemente la actividad lectora de muchas personas. Amén de la facilidad que proporciona, por ejemplo, para personas mayores que necesitan un tamaño de letra más grande y a las que el reducido peso del aparatito les resulta maravilloso.
Pero bueno, sigamos generalizando, que siempre es más divertido.
No es la primera vez, y creo que tampoco será la última, que aquí se debate sobre las ventajas/inconvenientes del e-book frente al libro de papel. Personalmente me parece una “discusión” un tanto artificial, pues no creo que la utilización o preferencia por un formato implique la exclusión y quede condenado al ostracismo el otro formato. Yo que disfruto de los dos indistintamente, incluso en determinadas literaturas uso el audiolibro, no me parece que sea un “combate” libro versus e-book, pues lo importante es el interior no el exterior, ya se sabe: no hay que juzgar al libro por la portada.
Ya que todos somos “hijos de la celulosa” y conocemos las características y excelencias del papel (ya sea por nuestra biblioteca particular o de la b. pública) también tenemos propiedades similares en el libro electrónico y con algunas cualidades adicionales que ya se han apuntado (comodidad, capacidad, diccionarios, subrayados, escritura de notas, etc.), añadiría que se pueden encontrar obras que es imposible hallar en otro formato, ni en librerías o bibliotecas, y que pueden resultar interesantes, como por el ejemplo “El mal de Maupassant”, un ensayo de 1911 sobre las patologías del escritor francés.
En fin, entiendo quien quiera sólo leer libros de papel o quien prefiera anteponer el e-book, para mí, y supongo que para muchos lectores, pienso usar y disfrutar de ambos formatos; es una posibilidad más que ofrece la tecnología y no la voy a desaprovechar, ni tampoco voy a despreciar la tradicional.
En cuanto a la elección de libros para leer, eso ya es otro cantar que nada tiene que ver. Que cada uno lea el libro y la temática que desee; yo no pienso que se deba imponer ningún canon o criterio. Lo importante de la lectura está en gozar del libro que elegimos, y más si nos hace pensar o recapacitar en ciertas cosas. Me parece más útil disfrutar y comprender cualquier best-seller que, por ejemplo y no es mi caso, intentar leer “La divina comedia”, sin “entender ni papa”, por el simple hecho de estar catalogada como una obra maestra.
Eso sí, es muy enriquecedor las diferentes opiniones que se puedan debatir sobre un determinado libro, y como se hace a menudo por aquí, pues siempre se muestran diversos puntos de vista que nos harán ver las cosas desde otra perspectiva o, simplemente, se afianzará más nuestro juicio personal.
Lo dicho, lo importante es el contenido (el que queramos) no el continente.
Buenas lecturas para todos.
Paradigmático de esto último que he dicho, rescato una imagen de la serie Futurama con otra tomada al azar de una abigarrada biblioteca:
nocookie.
hipertextual.
Que cada cual elija su favorita, pero yo tengo clara mi elección de carca.
Respecto al libro electrónico, yo también me muestro más partidario del libro tradicional. Un poco en la línea de lo dicho por 'Poverello'.
Los que flipan y alardean de que con el libro electrónico se puede leer "gratis" (lo entrecomillo a posta, porque sabemos lo que implica dicha gratuidad), parecen olvidar que hace eones que existen unos lugares ignotos y desconocidos llamados... oh... ¡BIBLIOTECAS!, donde dicha gratuidad es la misma, solo que quizá, tal vez, a lo mejor, un poco más legal, ya sabéis, adquiriendo ejemplares, apoyando a los escritores y a la industria editorial, etecé. El Sr. Marías hace unas semanas explicó mejor que yo este problema...
elpais.
Así las cosas, estaría saber cómo hacía la gente antes del ebook para leerse esa misma "La broma infinita" —¡qué audaces!— y cuánto ha cobrado la Editorial Oxford por ese diccionario Oxford. Básicamente la piratería literaria me parece más flagrante que la musical, porque al menos los músicos pueden vivir de dar conciertos. Pero ¿los escritores?
Por cierto, hay otra recua de modernos con su ebook (que recordemos necesita ser recargado y cuyas baterías se acaban de vez en cuando, un dato que no me parece a mí que redunde en mayor comodidad o calidad de vida) que gustan de alardear de que en su ebook tienen, al loro, oigan, ¡¡¡10.000 LIBROS METIDOS!! Ahí es nada. No quiero generalizar, pero suelen ser los mismos que finalmente leerán 4 libros al año: el de Dan Brown, el de María Dueñas, uno de Marian Keyes y algún que otro sadomasoerotizante. Que digo yo, ya es mala folla teniendo otros 9.996 donde elegir...
Por último, y no por ello menos importante, me gusta el carácter romántico del libro tradicional. Su tacto, su olor, el objeto físico que conforman. Que ocupan espacio, sí, y a veces no sabes dónde meterlos, ¡pero qué bonito es entrar en una casa llena de libros, o en una buena librería, o en una de esas ignoradas bibliotecas!
¿O no?