Sinopsis
Fue, junto con Leonardo da Vinci y Miguel Ángel, uno de los gigantes del Renacimiento, periodo en el que el arte italiano alcanzó la cima de su grandeza y sirvió de modelo e inspiración a los artistas posteriores. De una gran precocidad, a los 17 años Rafael ya era conocido como un gran artista y a los 25 empezó a trabajar por el papa Julio II, ilustrado mecenas del Renacimiento. Durante todo su vida estuvo ocupado en un grandiosos proyectos para el Vaticano, pero también trabajó para los clientes más ilustres de su tiempo. Aunque la parte de sus obras sean de carácter religioso, Rafael sobresalió asimismo como retratista y, además pintor, fue también un eminente arquitecto. Murió a los 37 años, pero su vida fue muy fecunda y durante muchos siglos fue considerado el pintor más grande de todos tiempos.
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