Sinopsis
Rousseau ocupó un lugar único de la historia del arte moderno. A pesar de ser un verdadero autodidacta, se convirtió en el pintor naif más famoso, y sus cuadros no sólo provocaron la admiración de los artistas más radicales de su época si no que también le rindieron homenaje todos los exponentes de los movimientos posteriores del cubismo, el expresionismo y el surrealismo.
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