Debo ser un bruto pero tengo la sensación de que me han timado. Vamos que ahora mismo estoy mirando a ver por donde sale el tío de la cámara de \"inocente, inocente\". Aunque como digo debo ser un bruto porque me suele pasar siempre lo mismo con libros seudo-filosóficos en cuanto tratan de...
¡Felicidades para todos!
Igual que ocurre con Gabriel Miró, puede que haya poco en el fondo de sus escritos, y por eso "lo aburridos" que puedan resultar; pero técnicamente son una maravilla, eso seguro. Leo al azar y no deja de sorprenderme la capacidad que tiene, sobre todo Miró, de pintar cuadros con palabras: Se puede oler el humo, la tierra, el mar; se puede palpar y escuchar y sentir todo lo que narra.
Primero fue LA SEñORA DALLOWAY (1925), después vino ORLANDO (1928) y por último me llega LAS OLAS (1931), parecido, pero no igual que LAS HORAS (1999), novela del escritor norteamericano Michael Cunningham. Como se puede ver, el orden coincide con el cronológico de publicación de estas obras. Interesante...