Ni idea de qué poner acá por nikkus2008

Portada de CONEJO ES RICO

Hace mucho que no escribo una reseña, así que esto, sea lo que sea, no es tanto una crítica seria y pensada, sino más bien la respuesta a un impulso repentino de volcar las sensaciones de la lectura que terminé ayer por la noche.

El tercer tomo de la serie de libros dedicados a la vida de Harry Angstrom es, hasta ahora, el que más me gustó. ¿Qué tiene Updike en su forma de escribir que lo hace tan interesante, tan adictivo? Pienso que en parte es porque el autor refleja en sus personajes (a veces complejos, retorcidos y atormentados, otras veces simples, banales y completamente planos y hasta estúpidos) las insensateces de la vida, su falta de propósito, sus interminables tramos anodinos, necesariamente contrapuestos con sus breves y explosivos instantes de lucidez, de sentido y de felicidad... Creo que ese espejo en el que nos vemos reflejados, sumado a que escribe bien, muy bien y hasta diría que contienen sus libros párrafos inolvidables de pura poesía extrañamente expresiva, espesa y hermosa pero en ocasiones indigerible y hasta tediosa, sobre todo en algunas de sus muchas digresiones y divagaciones, decía que ese binomio (el del su prosa recargada y el del tratamiento de la sensación de futilidad que nos acongoja, que nos aprieta la garganta en aquellos fugaces y terribles momentos de desesperación) puede que sea la explicación, el secreto de que todos estos personajes que se mueven como aquel nadador de Cheever, en un mundo de frivolidad, pasatista, un mundo fast food, snob y superficial, carente de profundidad, profano pero ansioso de aparentar trascendencia, decía que tal vez por esto nos caigan bien estos miserables caídos, con Harry a la cabeza, el más indigno y canalla de todos ellos.

John Updike también describe prodigiosamente los viajes en auto, las carreteras, los carteles publicitarios, luminosos, las intersecciones arboladas, los negocios nuevos, la situación del país y del mundo en general, la economía, la sociedad, resultando un caótico remolino de hermosas descripciones de arrabales, de aventuras eróticas narradas con lujo de detalles (según leí D. F. Wallace lo llamó "simplemente un pene con un diccionario"), y algunas reflexiones como al pasar.
En este tomo, Harry experimenta la tranquilidad generada por un pasar económico holgado; se centra en la conflictiva y casi inexplicable relación con su hijo Nelson, con quien pareciera querer competir y a quien llamó "renacuajo" por no haber heredado su altura, su constante desprecio hacia sus amigos y su propia mujer, sus frecuentes impulsos sexuales, pero quien se encuentra cómodo al frente del negocio de venta de automóviles, puesto logrado gracias a su suegro, el padre de Janice.

Me falta el último tomo (Conejo en paz) e intuyo que este desgraciado hijo de puta de Harry Angstrom me va a terminar dando pena, que lo voy a terminar entendiendo y hasta justificando y queriendo.

Este ensayo de reseña, este pseudoanálisis está produciéndose mientras escucho, sentado frente a mi pc, en el restaurante en el que trabajo, a las 12:42 am, el chinchín de las copas, los murmullos que se funden con la música, las risas producidas por el alcohol y el ansia de diversión que apremia a la gente, que la lleva a apiñarse, a juntarse, a llenarse el estómago con comidas y bebidas, a fumarse algunos cigarrillos afuera con la copa en la mano, de a dos, de a tres o solos mirando el celular (móvil), a descargarse en el baño y acomodarse un poco, y a celebrar la vida, la breve, insignificante, extraña, huidiza, incomprensible e inasible vida.

Todos ellos y yo mismo somos como los personajes que Updike tejió magistralmente en estas novelas. Todos corriendo (o arrastrándose o contemplando el vacío no sin estupor en el caso de los más lúcidos) nadie sabe hacia dónde ni para qué, pero seguros de que hay que exprimir cada segundo y hacerlo valer... porque en definitiva de esto se trata toda esta comedia, ¿o no?

Escrita hace 2 meses · 0 votos · @nikkus2008 le ha puesto un 8 ·

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