Este libro es bien conocido para los que ya andamos entrando en la media edad (que no la edad media); nunca faltaba entonces una tía solícita (como era mi caso) que te regalara este clásico aleccionador, demodé, lleno de moralina y a la vez extrañamente fascinante, quizá con la intención de que te sirviera...
Por mucho, lo mejor que he leído, y desde entonces muchos libros muy buenos he leído. No es, una vez más, el estilo del autor. Es esa capacidad de sentirme el protagonista, el policía, y Sonia.Es esa destreza en hilvanar a zancadas en los pensamientos más profundos. Será que son puras proyecciones personales...
Me suele dar escalofríos descubrir un reloj de pulsera en la muñeca de algún que otro figurante en un péplum (excepto si lo han dirigido los Monty Python, en cuyo caso acepto hasta naves extraterrestres; véase “La vida de Brian”). Lo que puede resultar una verdad de Perogrullo tiene también sus vertientes,...