Bien, bueno, vale, anoche abrí el ordeñador y encontré dos mensajes privados de otros tantos usuarios con respecto a mis comentarios de ayer en las notas, ambos muy respetuosos hacia mi persona e incluso ¡sorpresa! hacia algunos de mis puntos de vista al respecto de lo que aquí se dijo a raíz de la recomendación...
Leí este libro meciéndome con su música sincopada y jugando con el pie a marcar el ritmo. Distraerme no me distraía, no quería perderme el gusto, ya dulce ya amargo, de ni una sola palabra.
Si nos atenemos a la literalidad de lo leído, la historia es trivial y simple: un joven rico americano juega...