Soy un lector sencillo, acostumbrado a la vida fácil, como la del campo; a esa narración decimonónica que fluye como un largo río tranquilo, surcado por torrentes de emoción; de ritmo y fuerza variable pero siempre firme y directo, aun manejando aguas profundas; arrastrando personajes inolvidables y...
Bueno, pues la lectura de este libro me ha hecho salirme de esa norma mía particular, que dice que no he de coger libros que contengan relatos cortos por que se me atragantan y luego me acabo dejando la mitad de ellos sin leer. Sentí, no sé por qué, el pálpito de que estas historias me iban a gustar...