Chinaski es un tipo de lo más curioso. Su senda del perdedor bien podría quedar colgada precipitadamente, o desembocar en Columbine. Decidió escribir, tanto mejor.
Gratuito para llamar la atención a veces, exagerado por la rabia siempre, no me creo fielmente una sola palabra suya. Dirá:
“Me levanté...
También diré mis mejores descubrimientos del año, independientemente del año de su publicación: Oryx y Crake (Margaret Atwood), Factotum (Charles Bukowski) y Nostalgia (Mircea Cartarescu)