Sinopsis
Cuando Mahoma difundió el Corán en Arabia, la poesía era el único arte conocido. No menciona el profeta otra disciplina artística, y el lugar donde predicó, la Kaaba, en La Meca, es un edificio austero, sin ninguna decoración ni ventanas. La religión islámica fue más rigurosa que el cristianismo en cuanto a la reproducción de las imágenes. Cuentan que Mahoma las destruyó milagrosamente sin siquiera bajarse del camello, sólo señalándolas con el bastón. Pero dicen que la necesidad azuza el ingenio y, como a los artistas de Oriente no se les permitía representar a seres humanos, dejaron correr su imaginación en formas decorativas lineales creando la más sutil ornamentación de tracería, el arabesco. Y si Mahoma alejó el espíritu de los artistas de los objetos del mundo real, eso les impulsó hacia el mundo maravilloso de las líneas y los colores.
“El islam…”, guía al lector por los vericuetos de una cultura que agrupaba a árabes y egipcios, sirios y bereberes, persas y mongoles, razas, lenguas y culturas diversas que compartían una religión, la islámica. Los árabes en el siglo VII consiguieron forjar una civilización poderosa en la que se cultivó una gran pasión por el arte.
Todavia no hay ninguna reseña.