Sinopsis
La última obra en prosa de Thomas Bernhard es también la más extensa.
El narrador, Franz Josef Murau, de 46 años de edad, padece la obsesión por el origen, una especie de «complejo de lugar natal» que bien podría describirse con un sólo topónimo: Wolfsegg. Allí creció Murau, y contra Wolfsegg -exactamente en la dirección opuesta- tuvo que desarrollarse, a fin de preservar la existencia de su espíritu, huyendo de su tierra. Instalado en Roma, no desea volver a poner los pies en Wolfsegg, pero el destino lo obliga: sus padres y su hermano fallecen en accidente de automóvil. La nueva instancia en el lugar más detestado le hace comprender la necesidad en que se halla de superar el odio a su origen. Quizá pueda curarse escribiendo sobre Wolfsegg. Sus apuntes llevarán el título de Extinción, porque sólo existen para aniquilar el tema de que se ocupan, para dejar sin raíz ni sentido todos los significados de la palabra Wolfsegg. El medio estilístico de que se sirve Murau para lograr el exterminio es la exageración: un arte que también Thomas Bernhard ha llevado a sus extremos más perfectos.
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