Existen libros que comienzan a leerse desde el mismo diseño de cubierta. Unas tijeras. Abiertas, cuasi oxidadas. No lo comprendo, pero empiezo, con deseo, a batir las páginas como en un vuelo. Tal vez al final...
Me sorprende la prosa directa, atropellada, telegráfica, sin respiro de Ferdinand. De los...