Cómo hemos cambiado (y para bien) por arspr

Portada de CORRE, CONEJO

No voy a hacer OTRA reseña más sobre este libro porque creo que con las de @Nastenka, @sedecala y @nikkus2008 está más que analizado (y psicoanalizado) este maldito personaje succionador de todo lo positivo y tarambana máximo que solo es capaz de pensar con una neurona (que además está directa y únicamente conectada con su aparato hormonal reproductor). Y que, a pesar de todo, por momentos te cae hasta bien, por páginas te encuentras reflejado en sus ruindades, y por todo el libro te lo crees a pies juntillas... (Bien es cierto que a mí, al final, la novela se me ha hecho un pelo larga y predecible y no soy tan fan de ella como otros usuarios de esta página, y no miro a nadie y menos a @Faulkneriano).

No, esta mini-reseña es simplemente para poner de manifiesto un aspecto colateral del libro. O, más que del libro, de lo que, sin darnos cuenta, nuestra sociedad evoluciona en general y para bien, a pesar de todo lo que nos parezca al leer periódicos, ver telediarios o bucear por noticias ¿verdaderas? en internet. Y es que, como le pasaba a Violetas de Marzo de Philipp Kerr, esta novela vista con los ojos de hoy en día es "machista" (y lo está diciendo uno que está harto de todo el "feminazismo" políticamente correcto de hoy en día). Y lo es porque simplemente es una novela de los 60 escrita por un señor de aquella época y que por tanto escribía y vivía simplemente con el esquema mental de aquellos tiempos. Y al igual que en Violetas de Marzo, no es que sea casposa, no es que sea el discurso de cierto partido de color verde (en España), no. Es que, sin darse cuenta, la mayor parte de la tensión narrativa, de los defectos de ese Harry Angstrom en que tanto te ves reflejado a la que te descuides, parte simplemente de su eje como incapaz de cuidar/comprometerse/ser el jefe protector de la troglodita cueva junto a la fémina de turno (da lo mismo que sea Janice o sea Ruth). Como en cierto momento se recoge, porque claro, el Matrimonio (con mayúsculas) es sagrado y además asimétrico (faltaría más).

Es más, es que lo que para mí es lo más grave del comportamiento de Harry, el abandono de sus hijos, se trata siempre de forma secundaria. Porque claro está, lo primero es que Harry abandona a Janice y ya entonces, y solo por extensión, a Nelson (y a la no nacida aún Rebecca June), porque es obvio que quien tiene que cuidar de los niños es la madre. (El padre tiene que traer la caza, ahuyentar a los osos y ser fuerte y peludo, ya se sabe). Y esta será "mala" madre, (en pequeñito que esto es injusto con la pobre Janice, estoy exagerando un poco), porque se va con su amiga al cine dejando al niño a la abuela, mientras que Harry es "malo" por abandonar a Janice, independientemente de Nelson. Es que hasta en el momento dramático final, a nadie se le pasa por la cabeza que Harry tenía que estar donde no estaba no por Janice, (que así se incinere como un suflé con todo el alcohol que lleva de serie encima por muy imbécil que sea Harry), sino porque cambiar malditos y olorosos pañales es también su responsabilidad. De hecho su COrresponsabilidad.

Pero insisto, no se puede juzgar una novela, (ni nada), fuera de su tiempo. Pero yo al menos me congratulo a mí mismo de que hoy en día esto me chirríe. Y en su momento, parece que John Updike, (como el 99% de la población), es que no era capaz ni de imaginarlo, (no digamos verlo), aunque lo tenía delante de sus malditas narices en la mismita novela que estaba escribiendo...

Escrita hace 3 años · 5 puntos con 3 votos · @arspr le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@nikkus2008 hace 3 años

Repito que me encantó la forma de escribir de Updike; es detallista y muy minucioso y eso me gusta. Tiene un sello, eso es indiscutible. Y lo que pienso de gente como él (independientemente de que sea hombre o mujer) ya lo hemos discutido.

A mí sí me gustó y tengo ganas de ir por el segundo tomo: El regreso de conejo. Por ahora no, porque estoy de a poco con otros libros y no quiero que se me junten tantos, pero en cualquier momento retomo a Updike y a su indescifrable y voluble Harry Angstrom.

@Tharl hace 3 años

Qué ganas de leer la novela últimamente. Culpa vuestra.

Es una aberración leer una novela, cualquier novela, desde los ojos de hoy o desde una mirada política monilítica. Es un poco lo que haría un narcisista como Harry, ¿no? Relacionarse con el "otro" (aquí un libro) únicamente como un espejo en el que mirarse el ombligo. En este punto parece que no hemos cambiado demasiado, y si acaso a peor.

Pero también es una aberración, igual de grave, creo, suspender la historicidad de lo que se lee. Eso también desactiva, a la manera de la "tolerancia" liberal, la otredad histórica del libro. Lo que a mí me interesa de una novela contemporánea a esta como "El mal de Portnoy", por poner un ejemplo que sí he leído, es -al margen de sus enormes valores narrativos- cómo articula un momento de crisis. En esta época entro en crisis la noción de familia, hasta el punto de que se podía escribir y crear un héroe como Harry y que despertara simpatías. Y también se dio una liberación del deseo que rompía con todas las instituciones (familia, Estado, clase...) creando unas contradicciones fascinantes, que son las que dan su tensión y fuera a novelas como esta.

Para mí esta es la clave que permite disfrutar una novela como esta y emocionarse con su habilidad narrativa, con su estilo, etc. Que gira constantemente en torno a las contradicciones del deseo. El juego de la ley -deslegitimada- y el deseo -que siempre es algo superyoico y violento y transgresor.