AVISO PARA ESPAÑOLES por Faulkneriano

Portada de MARTÍN FIERRO

Escribo esta reseña con renuencia porque piso, cuando menos, terreno pantanoso. Acabo de leer la que escribió Ekeledudu hace ya tiempo y la encuentro del todo atinada y sugestiva. ¿Qué puedo añadir pues? Poco, como no sea el desconcierto de un lector español ante semejante obra, para la que no encuentro parangón ninguno en nuestras letras. Nuestro siglo XIX es mucho más artificioso y nunca cedería la palabra, y menos en verso, de forma tan veraz, a un campesino iletrado. El empeño narrativo de Martín Fierro, además, es a veces completamente novelesco, con episodios muy dramáticos y una estructura en forma de viaje muy meditada y certera. Es una especie de novela en verso, parecida, salvando las lógicas distancias, al Eugeni Onieguin de Pushkin. Pero es un poema: un gran poema, diría yo, con excursiones líricas, paisajísticas, existenciales, hasta metafísicas (¡esa reflexión sobre el tiempo!: “el tiempo sólo es tardanza/ de lo que está por venir” ) sin renunciar al decoro, esto es, a la plasmación del habla de los protagonistas, gauchos, de una forma verosímil y emocionante.

El léxico y las deformaciones del habla constituyen, qué duda cabe, una dificultad añadida. No así el marco histórico, que se entiende sin mucha dificultad: el aumento de la densidad de población y la obsolescencia de los ranchos, el fin de los gauchos pampeanos, la guerra de frontera, la aniquilación del indio, la supeditación del medio rural a las leyes emanadas del gobierno, de la ciudad, en suma. La vida en la frontera (las incursiones, los raptos, por cierto, le confiere un aire de western que sorprende gratamente a un lector como yo, que a ratos, le parece ver Centauros del desierto o Un hombre llamado caballo (¡qué barbaridades escribimos los peninsulares!), sensación acentuada con los duelos, a facón y no a pistola.

Uno, pertrechado para su viaje con un puñado de tangos y algunos cuentos de Borges (me temo que Bioy Casares, Silvina Ocampo, Sábato, Cortázar y otros escritores argentinos no sirven de mucho en esta ocasión) se enfrenta a un mundo montaraz, bárbaro, elemental, sin doblez, producto en buena medida de la nostalgia pero extrañamente coherente y lógico en su desarrollo expositivo, donde lo mismo se cuentan las penalidades de un huérfano que una descripción del cielo estrellado, la lucha con un moreno o una disquisición sobre el proceso electoral, que de todo hay en esta obra teñida por un fuerte, imprevisto y precoz tono social.

La ida (dramáticamente más cerrada: la partida para la frontera, las penalidades del ejército, la constatación de la ruina familiar, el deslizamiento hacia la condición de fuera de la ley, la amistad con Cruz, la desesperada medida de ocultarse entre los indios) me gusta más que la vuelta, atravesada por toda clase de encuentros, tan improbables como emocionantes: el reencuentro con los hijos, con el hijo de Cruz... ¡con el hijo del moreno que asesinó Martín en una pelea! No obstante, la segunda parte abre el poema hacia toda clase de temas, de la indefensión legal de los menores a la situación de los negros, pasando por lo inevitable de la extensión de la ley, en todas sus manifestaciones marrulleras, al mundo (quizá demasiado idílico) de los gauchos.

Aviso para españoles: de la misma forma que nuestros amigos del otro lado del charco leen el Quijote, nosotros debemos leer el Martín Fierro. Lejos de mí la intención de equiparar ambas obras, demasiado distantes y distintas: es la curiosidad lectora (la misma que nos impulsa hacia la Grecia de Homero o la Rusia de Tolstoi) lo que cuenta. Y que me disculpen esos mismos amigos la osadía.

Escrita hace 11 años · 4.8 puntos con 6 votos · @Faulkneriano le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Poverello hace 11 años

Tú leyendo poesía, Faulkneriano, y dándole un 8. Como es poesía y con eso de las aventuras yo pensé en Los Cantares de Gesta. Otra burrada peninsular, supongo.

Habrá que darle una oportunidad, que lo has vendido muy bien. A ver si acabo de embestirlo con la reseña de Ekeledudu.

@lucero hace 11 años

Es un placer ver tu reseña, Faulk, que des tu opinión sobre una obra tan vernácula y estudiada y hagas literatura comparada.
José Hernandez era un hombre culto e instruído que se tomó el trabajo y el atrevimiento de escribir sobre los marginados y con su voz, incluso incorporar la payada, genero lírico musical de contrapunto.
A ver, amigos compatriotas @EKELEDUDU y @nikkus que opinan.....

@nikkus2008 hace 11 años

Genial reseña amigo, y a ver, Lucero, creo, y voy a ser sincero, que nada puedo aportar en este caso. No leí este clásico con la suficiente tranquilidad como para opinar con seguridad. Mi puntaje, que fue un siete, tal vez este errado, tanto para bien como para mal, ya que lo leí apurado, sin gozarlo. Siempre esta pendiente eeta relectura. Mientras tanto, voy a disfrutar de sus comentarios amigos, siempre tan nutridos e interesantes...

@Poverello hace 10 años

Pues leído queda, y comparto al ciento por ciento tu opinión de que el Gaucho es bastante mejor que la Vuelta, que ha hecho que mi nota se rebaje notablemente, más en el plano narrativo y argumental, sin duda, que en el de denuncia y voz profética, en cuyo aspecto esta obra me parece una absoluta maravilla y de una ejemplaridad edificante.

Entiendo ahora a la perfección la similitud a nivel cultural y literario con nuestro Quijote, más que con los cantares de Gesta a los que hacía referencia más arriba, aunque algo de trasfondo heroico comparte con éstos.

Gracias a todos por los comentarios y reseñas que me han animado a meterle mano a este poema.

@lucero hace 10 años

Que placer que mis amigos de allende los mares "disjruten" del Martín Fierro!!!!!