EL BUEN MARLOWE por Poverello

Portada de EL SUEÑO ETERNO

Leer a los autores clásicos de novela negra es para personas como yo, abstemias y acuciadas por una pertinente rinitis alérgica, más peligroso que ser detective privado en el Hollywood de los años 30. Tras cerrar la última página de cualquiera de sus obras uno tiene la apabullante sensación de que ha inhalado más humo de cigarrillos y bebido más güisqui que en cualquier pub de la esquina antes de ser instaurada la Ley seca contra el tabaco. Con las descriptivas y vívidas escenas perpetradas por Chandler hasta sensación tenía de que se me estaba taponando la nariz y lo que más me extrañaba no era que en mitad de la serie de novelas protagonizadas por el ínclito detective éste no muriera como consecuencia de un disparo ejecutado por alguien poco dado a soportar sus chanzas, sino que no se hubiera ido al otro barrio en virtud de una cirrosis hepática.

“El sueño eterno” es la primera novela de Raymond Chandler y de su figurín particular Philip Marlowe, quien ya en 1935 había sido el protagonista de un relato corto: “Finger man”, que junto con "Killer in the Rain" y "The Curtain" pueden haber sido la base sobre la que el escritor estadounidense crea la trama contenida en la obra y que la divide en dos partes diferenciadas -un inicial chantaje que deviene en asesinato y la posterior búsqueda de una persona desaparecida- aunque perfectamente engarzadas con un final sorpresivo, que engarza de manera perfecta el engranaje de ambas investigaciones. Todo ello si el lector es capaz de alzar su mirada más allá de lo habitual y acertar a comprender la evidente falta de interés que Chandler muestra por rematar cada cabo suelto, centrándose de manera clara en aspectos ya marcados por Hammett en su opera prima “Cosecha roja”, que sirvieron como punto de arranque para la novela negra mucho más alejada de los clichés habituales del género policíaco, y que Chandler llevara a dimensiones magistrales y muy definidas a lo largo de toda su obra. Lo de menos, dentro de unos límites, es el argumento.

Ciertamente en los inicios de Hammett se aprecian sin dificultad todos los componentes de lo que vino a llamarse hardboiled: detective como antihéroe, femme fatale, ambientes excesivos y oscuros, descripciones cáusticas y metódicas, denuncia firme de la corrupción socio-política, diálogos fluidos y sardónicos... pero el marco argumental aún sigue claramente las líneas de la novela clásica de detectives, mostrando su preocupación porque todo esté perfectamente hilado dentro de la investigación y la deducción. De manera pragmática digamos que no soy capaz de imaginarme a Hammett dejando el más mínimo resquicio para que se haga cábalas el lector; lo cual no es en absoluto malo, evidentemente, sino otro enfoque distinto. En este aspecto he de abrazar la libertad creativa de Chandler, a quien prefiero por ser más visceral, sarcástico, irónico y confuso, ¿por qué no?; más centrado en el naturalismo y hasta en ocasiones barroquismo de las descripciones externas más que en la propia trama; más cínico en la presentación de personajes y con una profundidad no siempre fácil de descubrir en Marlowe, al que es necesario conocer más a través de lo que hace que de lo que dice. Me caen la mar de bien sus estupideces y exageraciones, su despabilada autenticidad, porque detrás de su espectacular apariencia (Chandler siempre hubiera preferido en el cine a Cary Grant en lugar de a Bogart) y de ese impertinente y sobrado discurso que recorre la novela como única forma de lograr sobrevivir en un mundo que se escapa entre los dedos, se esconde un ser que no recurre a la violencia gratuita, que intenta ser coherente y justo con las personas que le rodean -incluso con los asesinos a los que no siempre acaba denunciando a la policía-, que es capaz de sacrificarse por sus amigos o por aquellas personas que confían en él más allá de toda razón y lógica, y cuya personalidad se nos hace más compleja y humana en cada una de las posteriores novelas de las que es protagonista. “El largo adiós” es fiel reflejo de ello. ¿Acaso puede ser odioso alguien a quien le relajan el ajedrez y la poesía?

No puedo terminar mi desahogo sobre “El sueño eterno” sin hacer referencia al famoso cabo suelto acerca de la muerte de Owen, el chófer, que aparece en la primera parte de la trama. Hay quien aduce que dicho desliz se debe al uso por parte de Chandler de material reescrito, pero en una novela de 240 páginas, leída por el autor de manera pormenorizada como lo demuestran los dos últimos capítulos donde retoma infinidad de detalles del principio de la obra incluso a nivel descriptivo, ¿no se dio cuenta del clarísimo detalle o es que en realidad, dentro del sentido y de las características de la novela negra, no le concedió la más mínima relevancia? Abogo a que a Chandler le importaba un pimiento. De hecho, en el capítulo 19, cuando se cierra la primera investigación se da por supuesto en los periódicos cuál ha sido la causa de la muerte de Owen y Chandler no pone el más mínimo interés en retomar el tema con posterioridad; también lo da por cerrado, pues su influencia en la resolución de la trama es inexistente.

Cuentan que cuando Hawks quiso llevar al cine la novela de Chandler, sus guionistas con Faulkner a la cabeza se volvieron locos intentando cuadrar el tema pendiente del chófer. Faulkner decidió entonces llamar a Chandler y la respuesta sin tapujos del novelista deja bien a las claras lo que pasaba por su mente y a qué le concedía importancia a la hora de transmitir y narrar:
“Pues la verdad es que no tengo ni idea”.

Escrita hace 11 años · 4.9 puntos con 12 votos · @Poverello le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 11 años

Gran novela y gran reseña, Poverello, con autoridad, templando.

A los fumadores nos gusta mucho la novela negra. También a los bebedores, claro. Cuando era jovenzuelo pedía los días feriados un gimlet, que era la bebida favorita de Marlowe, aunque a menudo tenía que explicar lo de la ginebra y el jarabe de lima a algún camarero que me miraba con sorna. Era más "literario" que el martini mezclado y no agitado de James Bond, y estaban los dos igual de malos.

Bromas aparte, esta es una novela canónica de un modo de entender la literatura, cuyo recuerdo tiendo a mezclar con la película. Marlowe es un gran personaje, sin duda, con más matices que los de Hammett, a menudo simples siluetas iluminadas por los disparos. Y no siempre huele a humo: el mareante y putrefacto olor a orquídeas impregna la entrevista inicial con ese tullido que tiene unas hijas muy, muy traviesas.

De Chandler hay que leer hasta las listas que escribía para la compra.

@Poverello hace 11 años

Yo en mis lejanos tiempos universitarios era de cerveza y garrafón. Lo más barato, y la ginebra nunca me gustó, si acaso con tónica y... Siendo abstemio y no fumador habré de cambiar de gustos literarios, pues. Se admiten propuestas.

La ambientación en las novelas de Chandler es algo de profundis, y sin menospreciar en absoluto a Hammett, del que se hace necesario recordar que 'Cosecha roja' es de ¡1929! y tiene algunas descripciones de asesinatos harto desagradables. En algunos detalles y salvando las amplias distancias me recordaba a 'Santuario' de nuestro adorado Faulkner, que es posterior.

Marlowe es un personaje increíble sin duda, de los que eres capaz de odiar en un instante y amar al segundo siguiente. Muy culturales y socialmente aceptadas por aquel entonces las odiosas formas con las que describía el comportamiento homosexual de uno de los acxtores secundarios de la primera parte de la trama y que fue convenientemente omitido en el cine, no precisamente por solidaridad con el colectivo, sino por la incorrección política siquiera de nombrarlo.

No me quiero ni imaginar la lista de la compra de Marlowe. Hasta escalofríos me dan.

@nikkus2008 hace 11 años

Ahora mismo voy a ver "El sueño eterno" de Hawks, que todavía no la vi, y que la vengo postergando hace ya mucho, demasiado tiempo; hoy es el día, entonces; ustedes, con sus comentarios sobre cigarros (hoy fumé solo tres, estoy intentando dejarlo) y Whiskies (o como diablos se escriba) y crímenes, me dieron ganas de algo de buen cine negro y desde ya, de Chandler, de quién Faulk ya me había dicho algo parecido a lo que dijo acá, más arriba: "todo lo que puedas leer de Chandler, leélo", y tengo en la mochila (te hice parcialmente caso amigo), junto al tercer tomo de "Textos recobrados" que leo de a poco, de Borges, y "Las mil y una noches" (voy algo lento, por la mitad) más algunos cuentos que estoy dilatando de C.A.Smith de "Hyperbórea", decía, que duerme en la mochila la novela "La dama del lago" de Chandler, y que le tengo ganas hace rato.
Como siempre Pove, destacada reseña y destacados comentarios, de Faulk y tuyo. Bien, a ver "El sueño eterno" entonces. Veremos como está Bogart....abrazos amigos...

@nikkus2008 hace 11 años

Si fumo de más, será por culpa Faulkneriano que dijo ser fumador y me incentivó al vicio, y por Chandler y por Bogart; vos Pove, siendo no fumador y abstemio, no serás parte de mi recaída.

@Poverello hace 11 años

¿Y vas a ver la peli antes de leer la novela, nikkus? Tiene cambios sustanciales, aunque no determinantes.

La vida son casualidades (causalidades). Estoy en casa de mi madre en el pueblo; hecho una ojedad a sus libros y me encuentro con 'Asesino bajo la lluvia', uno de los relatos de Chandler en los que supuestamente se basó poarea construir 'El sueño eterno'. Como hay que leer hasta su lista de la compra lo raptaré temporalmente y ya veremos qué hay de verdad.

Por mucho que Chandler viese a Cary Grant de Marlowe, la verdad es que no me hago yo a la idea de verlo con un vaso de ginebra en una mano y un cigarrillo en la otra. Y mucho menos besando a la Bacall. Bogart está feo, como siempre, pero clavado. Creo que en la única película en la que lo he visto sonreír sin cinismo es en 'La Reina de África'.

Abrazos a ambos.

@Tharl hace 11 años

Muy buena reseña poverello. Me gusta el cine negro pero jamás leí nada del género (policiaco sí). Le daré una oportunidad a Chandler.

La película, como nikkus, no la he visto; trataré de seguir su ejemplo y no tardar en ponerle remedio, aunque ni fumo ni bebo... whisky.

@sedacala hace 11 años

Yo no soyfumador ni bebedor, aunque lo fui, y supongo que será por eso que no me gusta la novela, ni el cine, negro. Me producen una sensación de asfixia parecida, es muy buena la comparación, con la que produce el tabaco acompañado de bebidas espirituosas ¿se dice así? Claro que solo puedo opinar de Hammet y su Halcón maltés, que no me gustó, todo el rato con diálogos chulescos y hablando en clave, por lo que no entendía nada. ¿Será Chandler tambien así? Me gustaría que alguien me diera una pista, por que si fuese mínimamente entretenida y cómoda su lectura, no me importaría lanzarme a leerlo.

@Bronson hace 11 años

A mi Chandler se me hace bastante entretenido. Tampoco recuerdo que tenga diálogos en clave; sí mucho cinismo por parte de Marlowe, pero eso no dificulta la lectura y además divierte. No puedo decirte si se parece a el Halcón Maltes porque no lo he leído, pero creo que como lectura puede ser interesante. Aunque ya sabemos, para gustos los colores.

@Poverello hace 11 años

Pues yo no bebo ni refrescos, pero me gusta la novela negra (y el cine, claro). ¡Hay tantas películas de cine negro para disfrutar! Si te gusta los filmes noir, Tharl, ya estás tardando en leer algo de género, seguro que lo disfrutas.

A Chandler creo que es necesario darle una oportunidad, sedacala, aunque por lo que dices no sé qué opinar. Lo de entretenido y cómodo son conceptos algo dispersos, por ejemplo yo creo que es más fácil de leer a Hammett ('Cosecha roja', que es lo que he leído, y tengo en pendientes 'El Halcón maltés'), porque Chandler es menos... metódico digamos, como explico en la reseña, aunque 'El largo adiós' me parece bastante más densa y enrevesada que esta su primera novela. Lo de los diálogos cínicos es que es típico en este género y particularmente disfruto con ellos, como Bronson, pero vuelven a ser gustos. De todas formas, si has intentado ver alguna que otra película y te han decepcionado no creo que vaya a ser distinto con las novelas, al ser menos ágil la evolución de la trama.

Yo desde luego seguiré con este género, que me gusta más que el policíaco, y con algún autor actual como Ellroy, para ver cómo han evolucionado los motores.

Saludos a todos.

@FAUSTO hace 11 años

Gran reseña y análisis, Poverello, y no menos interesantes comentarios y opiniones. El género negro y el detectivesco (denominado por los ingleses “whodunit”, el típico relato de resolver un enigma) son para mí algo especial, ya que, además de los tebeos, son los culpables de mi afición a la lectura. Un tipo de literatura que de vez en cuando me encanta retomar, no en vano estoy releyendo las aventuras de Sherlock y dentro de poco probaré con la primera novela de Camileri. Son dos clases literarias o subgéneros que, si bien tienen unas raíces comunes, se ramifican en direcciones opuestas (estilo y características) y sus frutos tienen diferente sabor (esencia y objetivos); y tengo la suerte de que aprecio ambas ramas y frutos, especialmente los clásicos.

Volviendo a tu reseña y las reflexiones de los demás, confieso que aunque me encanta el género negro no soy fumador ni lo he sido (en todo caso soy fumador pasivo por el vicio de mi mujer) y no me gusta el whisky e incluso detesto hasta su olor, no obstante no soy abstemio pero con el paso del tiempo me acerco bastante a ese calificativo,… “quien te ha visto y quién te ve”. En fin, siguiendo con la broma, no es un requisito sine qua non para disfrutar con las novelas negras.
Como bien has explicado, los principales pilares de esta clase de narración están en esta novela: ambientes cargantes, diálogos cortantes, descripciones exuberantes (más propio de Chandler), personajes representativos (femme fatale, detective amargado y cínico, gente corrupta, etc.) y denuncia social. Siendo esto último el propósito y característica principal del género. La trama detectivesca, todo un MacGuffin, es una mera escusa para reflejar los trapos sucios de una sociedad decadente, y, como comentas, incluso tiene fallos argumentales, pero a partir de su primer libro la trama está más elaborada y sin cabos sueltos, por lo menos hasta su quinta novela que es hasta donde he leído. Según mi estimación, tiene intrigas donde la investigación del asesinato no tiene “importancia” como “Adiós, muñeca” (de los libros leídos, su mejor novela) o que tiene casi (nunca igual) el mismo interés que el análisis social como “La dama del lago”. En este sentido Chandler, con el paso de las novelas, es un escritor más minucioso como debe corresponder a un literato de su categoría.

Otro punto fundamental que coincido con tu opinión y con Faulkneriano, es la indiscutible envergadura de un personaje como Marlowe. Su mezcla de honradez, búsqueda de la verdad, dureza y cinismo le confieren en una figura bastante peculiar. Puede que, como imaginó Chandler, el rostro y la presencia de Cary Grant fuesen más acordes a la descripción literaria, pero, no hay lugar a la duda, Bogart lo encarnó perfectamente y además poseía con Marlowe idénticas propiedades: fuerte carácter, fumador y bebedor empedernido, y una gran afición por el ajedrez. Hablando de cine, y como dije en otra reseña, es netamente superior el filme de Hawks a la novela. Una película (difiere en bastante aspectos del libro) donde sus diálogos, interpretaciones, ambientes y puesta en escena son magistrales.

En cuanto a las recomendaciones, siempre es difícil acertar o dar un buen consejo teniendo en cuenta la multitud de diferentes circunstancias, sensaciones y valoraciones que tienen cada lector; sin embargo, quien lea esta novela y le guste, seguro que seguirá con las siguientes. Y si hay que aportar sobre un “valor seguro” de Chandler, serían ideales las que he mencionado: “Adiós, muñeca” y “La dama del lago”, sin olvidar las excelentes críticas que tiene “El largo adiós”.

Poverello, ya estás tardando con “El halcón maltés” (yo con “Cosecha roja”) y si te decides con Ellroy no estaría nada mal empezar con “L.A. Confidential”, es la única novela que he leído de él y me encantó. Es un escritor singular (en puntuación y estilo) y el argumento de su novela abarca una enormidad de temas y detalles, la película sólo es la punta del iceberg.

@Poverello hace 11 años

Hola, Fausto.

Interesante que saques a colación a Camilleri. Dos novelas he leído del comisario Montalbano; la primera publicada, 'La forma del agua' y un libro de relatos, 'Un mes con Montalbano'. Digo lo de interesante porque dentro del género policíaco Camilleri es como un híbrido entre éste y la novela negra, tal vez por desarrollarse sus investigaciones en Sicilia y mostrar unas descripciones de ambientes muy precisas y mascarse la corrupción en cada una de sus páginas Según mi humilde opinión, Camilleri -un hombre que comenzó a escribir ya la serie bastante mayor y que rinde homenaje a Montalbán y Carvalho- no es uno más dentro de este género de literatura, y aunque hay otros autores que he leído de forma casi anecdótica como Connolly o Connelly, estos dos son menos serios y tienden más a la novela de investigación aunque algunos de los fondos que describe Connolly no dejan de ser desagradables. Camilleri es muy recomendable sin duda.

De Ellroy era 'L. A. Confidencial' la que apunté para leer, y con las más que buenas sensaciones desprendidas de la película. 'Cosecha roja' dicen los que saben de esto que es muy distinta al resto de novelas de Hammett y que jamás volvió a repetir escenas y asesinatos tan sanguinolentos y detallados. También merece mucho la pena y hay en SdL una muy buena reseña de nikkus.

También pienso que la película de Hawks es mejor que la novela, lo que tampoco es decir mucho en realidad porque para mí el filme es casi una obra maestra del género, y 'El largo adiós' es bastante más completa que esta primera novela de Chandler. 'Adiós, muñeca' la tengo en el maletín que no tiene fin, y ahora también veo como novedad en la estantería 'La ventana alta', que rapté de la biblioteca de mi madre junto con el relato que comenté.

Como curiosidad para cinéfilos 'La dama del lago' fue llevada al cine por Robert Montgomery de manera cuanto menos peculiar y más que fiel a la primera persona en la que se desarrollan las novelas de Marlowe. Toda la película, desde el primer al último fotograma, está rodada con cámara subjetiva desde el punto de vista del protagonista. Si le dan un golpe y lo desmayan, fundido en negro hasta que le vuelve la conciencia; de hecho, si no me falla la memoria, al protagonista -creo que el propio director- sólo se le ve una vez cuando se mira al espejo. Nunca he vuelto a ver algo igual, o al menos no lo recuerdo.

Saludos.

@FAUSTO hace 11 años

Interesante o, cuanto menos, no deja de ser llamativa la adaptación de Montgomery, director y “actor principal” de “La dama del lago”. Sólo se deja ver su rostro en contadas ocasiones, como comentas cuando se refleja en algunos espejos que surgen en su campo de visión. Un experimento diferente que, para mí, no pasa de ser una novedad estética; desde el punto de vista del espectador resulta un tanto monótono y rígido el continuo encuadre subjetivo.
Y hablando de versiones sobre las novelas de Chandler, de sus cinco primeras novelas la única que es netamente superior a las demás es “El sueño eterno”. Son adaptaciones irregulares, desde la interesante aunque algo fallida de “Adiós, muñeca” por Mitchum (hizo otra versión de “El sueño..), la discreta “Marlowe, dectective privado” basada en “La hermana pequeña” y protagonizada por James Gardner, hasta una adaptación bastante libre y desafortunada de “La ventana alta” titulada “The brasher doubloon” (película que sólo se puede localizar en versión original y tuve la suerte de encontrar los subtítulos en castellano). Total, dejando a un lado el primer filme, es una lástima que no hayan podido o sabido plasmar mejor los casos de Marlowe en el cine.

Dentro de poco me iniciaré con Camilleri, que ya tengo ganas, y, poco a poco, me adentraré con la novela negra de “corte mediterráneo” con autores como Makraris, Fred Vargas o Montalbán, del cual sólo he leído una novela. Mi corto periplo en los países escandinavos con este género literario solamente he podido descubrir un autor que merezca la pena: Mankell.

Un saludo para todos.