TRES, QUE SON DOS (O DOS QUE SON TRES) por Nastenka

Portada de ESPERANDO A GODOT

“-¿Y qué hacemos ahora?
-No sé.
-Vayámonos.
-No podemos.
-¿Por qué?
-Esperamos a Godot.”

Con un par de personajes esperpénticos, incompletos y frágiles, llegamos a un camino en el campo, con un solo árbol... entre zapatos difíciles de quitarse..y sombreros vacíos... y nos disponemos a esperar...
La historia de una espera... pero..¿qué o a quién esperan Vladimir y Estragon? Es posible que lo único que esperen es a ti... a ese alguien que abre esta pequeña gran obra, para que compartas su búsqueda y los acompañes en la espera.
Y...¿qué esperas tú?
Godot, es justamente eso que tú desees esperar, si es un "quién" o es un "qué", es lo de menos...
Todos tenemos un Godot..

Escrita hace 12 años · 3.7 puntos con 6 votos · @Nastenka le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@Poverello hace 12 años

Decirlo es fácil:

POZZO: ¡Auxilio!
VLADIMIR: Aquí estamos.
POZZO: ¿Quiénes son ustedes?
VLADIMIR: Somos hombres.

"Somos hombres". Sí, fácil es decirlo, incluso en medio del existencialismo más descarnado, por mucho humor que le quieras poner.

Tras reseñar "Pic-nic", de nuestro inmenso Arrabal, comentaba Faulkneriano que estaba a la altura de Beckett. No deja de sorprenderme -por mucho sentido histórico que le queramos dar- como, de manera cíclica y casi de efecto mariposa, surjan movimientos literarios a la misma vez en diferentes lugares con un enfoque y estilo tan similar que da miedo. Arrabal como digo, en España, Ionesco en Francia... y este Godot.
Como bien dices, Nastenka, es probable que tod@s esperemos un Godot, para que resuelva nuestras dudas y nos quite las ganas del suicidio... para que mientras lo esperamos podamos seguir impasibles, negados a decidir y estáticos, por mucho que nos repitamos a nosotr@s mism@s, como un disco de vinilo rallado, que "nos vamos". Pero no nos movemos.

Es fácil decirlo, "somos hombres", pero Vladimir sabe que es difícil de hacer: "¿Habré dormido mientras los otros sufrían?". No pasa nada, total, espero a Godot.

Una obra maestra. Sin duda.

@Tharl hace 11 años

¡Qué maravilla! Justo ayer vi representada ESPERANDO A GODOT y tengo unas ganas locas de leer el libro, o cualquier otro de Beckett.

En un primer vistazo es una excelente comedia absurda, imposible no soltar varias carcajadas. Y mientras te ríes empiezas a fijarte en varios aspectos de esta obra maestra: la espera de algo que nunca llega, el inmovilismo pasivo, la tiranía aprovechada del absurdo, la suerte del imbécil, el tiempo y el tedio, el aburrimiento; el absurdo no es la obra sino la existencia que representa. Y para cuando termina te das cuenta de que aun hay mil cosas más con las que disfrutar de las que probablemente no te has dado ni cuenta.

No creo que sea una obra absurda en absoluto, como sugiere @DeanMoriarty, sino que habla de algo absurdo. Una cosa es que no tenga un significado estándar y otra que no tenga sentido: Godot no es Dios, no es nada ni nadie en concreto, es un fenómeno al que cada espectador pone rostro. Tratar de dar sentido a la obra es tratar de dárselo a la vida.
Beckett no se pone en los ojos del espectador para dirigir a sus actores, sino en los ojos de los actores para dirigirse al espectador.

Me ha encantado cómo la repetición de un acto, o su prolongación, que en un primer momento mueve al absurdo, a la carcajada, en la repetición vuelve mueca la sonrisa y cobra un nuevo significado, a menudo terrible.


En cuanto a la adaptación, diría -sin ser ningún experto en el teatro- que la representación es más que correcta, las actuaciones desde luego están perfectas, en ningún momento me han parecido sobreactuados, y eso en el teatro para mi vale mucho. Un amigo que tenía fresca la lectura dice que la han convertido en una obra más digerible y la han prolongado innecesariamente, algo que me encuentro en cada (tragi)comedia que voy veo en el teatro, siendo CINCO HORAS CON MARIO la que sale peor parada. Por lo visto añaden frases al texto, mucho humor y movimiento no verbal más simplón y cosas ambiguas como al relación homosexual de los protagonistas la hacen explícitas. La ilustración de esto sería un momento en que se ponen a "revolcarse" de forma humorística por todo el teatro.

Puede que sea por ello que mientras que el primer acto lo disfrute como un enano, el segundo me fue recargando en exceso hasta dsear que acabara pronto y aguando un poco la magnífica experiencia.

@Faulkneriano hace 11 años

¡Qué envidia, Tharl! Lástima que me coja un poco lejos el Valle Inclán (y no hablo de dos trasbordos de metro)

Tienes toda la razón del mundo en lo de la importancia de la repetición en el teatro de Beckett: es absolutamente capital (y él medía mucho esos efectos de puesta en escena, con un cronómetro en la mano) y otorga un valor añadido inmenso a la palabra.

Los añadidos y morcillas, si los hay, hubieran sacado de quicio a nuestro Beckett, un Kubrick del teatro, supervisando y a veces dirigiendo todas las representaciones de sus obras. En fin, el texto es indestructible prácticamente... a prueba de casi todo.

@nikkus2008 hace 10 años

Rarísimo lo que me pasó leyendo (¡en mi nuevo Kindle Reader!, ejem, ejem) este libro; me simpatizó en un principio, luego, hacia la mitad, me fastidié de lo lindo, pero, por suetre, no lo leí de corrido, sino que por leerlo en el trabajo, y debido a las constantes interrupciones, tuve "tiempo para digerirlo", por decirlo de alguna forma. ¿Nunca les pasó, que al cerrar un libro y que sin haberlo terminado, nos deja pensando, casi como una si se obsesionara uno con las situaciones, con los personajes, como si ejerciera un efecto posterior a la lectura, no en el mismo momento, sino después?, bueno, a mi me paso esto, todo el tiempo. Decía que hacia la mitad logró fastidiarme; luego (tal vez mi cambiante humor tenga mucho que ver en esto) volvió a interesarme, y así, hasta que al final, como que me fue cerrando, no ya una idea, de la que aparentemente carece (no que carece de idea de fondo, sino de un hilo firme, confiable, seguro, por donde hacer pie, a eso me refiero) como que me fui apiadando un poco de los locos, escasos personajes, pero locos, perdidos.
No sabemos quién diablos es godot; muchas veces las interpretaciones de los lectores, son de lo más delirantes y rebuscadas; la de los especialistas, además de rebuscadas, pedantes. Me quedo con la sensación, de que lo que aparenta, ES. Nada de que Godot es Dios, ni nada. Godot es nada. Lo entiendo como una incertidumbre, como un algo ilusorio, casi como lo es la vida, como lo que propone el existencialismo. Cada cosa que hacemos, que dejamos de hacer (irse, quedarse, esperar, no esperar) pareciera ser el fin de este ¿sueño? en el que creemos, para no caer en el absurdo, en la tristeza, la locura, de los personajes de este libro.
En fin, esto de estar escribiendo, en este recuadro blanco, tratando de hacerme entender, luego de zamparme unos Fetuccinis con crema de portobelos, champignones, grigolas y vino blanco, luego de fumarme un par de fasos (prometí no fumar más ¿a quién mierda le prometí?), ya me parece algo como estúpido, y delirante. Pero, peeero, sin embargo, sigo oprimiendo los botoncitos plásticos del teclado (ya que llegué hasta acá, no me voy a ir, obstinado como Estragón y Vladimir), sigo, y sigo, sin saber, en realida, por que...¿ustedes saben por que, mis amigos?

@nikkus2008 hace 10 años

perdonen los horrores de ortografía, es tarde, y estoy cansado...