Sinopsis
Nuestro desapego por el trabajo físico, es tan evidente que de él ha nacido la desestima que cierto sector de nuestro pueblo experimenta hacia la actividad del gallego. Convertimos en síntoma de superioridad la falta de capacidad. Razonamos equivocadamente así: "Si el gallego trabaja tan brutalmente, y no le imitamos, es porque nosotros somos superiores a él". En este disparate, índice de nuestra supuesta superioridad, nos apoyamos para hacerle fama al gallego, de bruto y estólido, sin darnos cuenta que esa superioridad es, precisamente, síntoma de debilidad.
Nosotros no valoramos al gallego por una subconsciente razón de envidia. En las tierras donde nosotros continuamos siendo pobres, él se enriquece. Si nosotros, los argentinos, tuviéramos que emigrar a Galicia a ganarnos la vida, moriríamos de hambre. Y erróneamente definimos con estolidez lo que es temperamento de hombre de acción. Con un agregado curioso y emocionante.
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