UN CLÁSICO SOBRADAMENTE CONOCIDO, Y NO SIEMPRE PARA BIEN por Hamlet

Portada de LA VUELTA AL MUNDO EN OCHENTA DIAS

Después haber leído LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS la sensación que me ha quedado es agridulce. Tengo la sensación de haber asistido a un espectáculo entretenido, ameno, bien pergeñado, de calidad, pero que desgraciadamente parece haber perdido algo de su antiguo fulgor. Y no por causas propias si no ajenas. ¿Y por qué digo esto? Porque aunque he disfrutado con la lectura del libro, con el despliegue de conocimientos de Verne (en absoluto menospreciable para la época en que está escrito) y tantas otras cosas, el hecho de conocer la historia de antemano en importantes pormenores, le ha restado muchísimo suspense. No dudo, que sin ninguna referencia sobre la misma, la lectura debe ser muchísimo más interesante, trepidante y vivida. Sobretodo ese final que tanta admiración tuvo que despertar entre los lectores de la época, y del que nada explicaré por si alguien no lo conoce. Ese es el problema de ser una historia tan conocida, incluso para aquellos que no la han leído. En mi caso conocía la historia, como muchos, sobretodo por la formidable serie televisiva de dibujos que se hizo en los 80 y que, evidentemente, con sus licencias infantiles sigue bastante a pies juntillas la obra de Verne.
Independientemente de esto, hay pasajes que me han gustado mucho, sobretodo toda la parte transcurrida en tierras norteamericanas (el encuentro con los indios, el viaje en trineo…)
En cuanto a lo que menos me ha gustado (ya que no se le puede achacar a su autor que la historia a día de hoy sea de sobras conocida), diré que a mi parecer a Verne le falta pulso o intensidad a la hora de narrar según que incidentes del viaje. He notado cierta falta de dramatismo en su forma de narrar. De hecho, algunos pasajes que podrían explotarse en ese sentido se explican de una forma rápida, excesivamente ligera, sin llegar a generar intensidad y por tanto mayor interés en el lector. Uno diría que Verne, por momentos, está aquejado del mal de su personaje, Phileas Fogg, que pese a su habilidad y audacia es extremadamente frío e imperturbable. Como contrapunto a éste, y por suerte, está Picaporte o Passpartout, como se le quiera llamar, que sí tiene ese espíritu vívido e inquieto que requiere la novela.
En resumen, un clásico en absoluto despreciable y que gana mucho, en términos de entretenimiento, si el que lo lee no conoce excesivamente los pormenores de la historia.

Escrita hace 13 años · 4.5 puntos con 4 votos · @Hamlet le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@sedacala hace 13 años

Me ha gustado eso de la frialdad de Fogg contagiada a Verne, porque creo que si, que algo de eso hay. Pero es consustancial con el autor. Las novelas de Julio Verne se deben leer con catorce años, pero se pueden leer con cualquier otra edad, la diferencia es que con catorce años te entusiasman y con mas edad ya simplemente te gustan. Incluso puede que gustándote y todo, se te pegue a ti también la susodicha frialdad de Fogg. Es decir, se trata de lectura juvenil, de altisima calidad, pero juvenil y esto dicho con muchas reservas en lo que se refiere a las generaciones actuales: es el precio a pagar por tanta tecnología.

@Tole hace 13 años

Bueno menos mal que me he leído la novela sin conocer nada de ella de antemano, aunque sea sorprendente, no sabía cómo iba a terminar. Yo también he notado un poco de carencia de dramatismo, especialmente al principio del viaje, de hecho se puede hacer un poco aburrida la lectura, pero cuando llega a América todo cambia y se vuelve impresionante la historia, aunque no hay que desperdiciar todo lo que aprendes durante el camino.

@sedacala hace 13 años

Yo también tengo mi referencia previa al libro, pero no es la serie de dibujos animados, sino la película de los años sesenta con una guapísima Shirley McLane, y un David Niven que siempre me pareció el prototipo del personaje de Verne. El cine resta profundidad a las historias, pero pone cara a los personajes.

Todos los libros de Verne que leí con doce o catorce años, los he releído de adulto (para mi eran un recuerdo entrañable) y el resultado es, que me siguen pareciendo buenas lecturas, pero lastradas por un exceso de inocencia y buen rollo. Y como sabemos todos los adultos, las cosas no son así en la realidad, el encanto se pierde y ahora nos parece sencillamente que son buena lectura juvenil.

Me resulta muy curioso leer vuestros comentarios, por que indican como reacciona un adulto, que no leyó esas obras siendo joven.
Si no os importa, antes o después, repetir, mi favorita, sin duda alguna, de todas las novelas de Julio Verne es “La isla misteriosa”.

@Tole hace 13 años

Bueno sí tener 15 años lo consideras adulto...

@sedacala hace 13 años

Touché