Imperativo categórico por Poverello

Portada de CUANDO EL TRABAJO MATA

Primer dato: en el primer semestre de 2024, 299 personas perdieron la vida mientras intentaban ganársela.
Segundo dato: el suicidio fue la primera causa de muerte no natural en España en 2023, con 4.227 personas.
Tercer dato: no se habla del suicidio, ni sale en prensa, supuestamente por no fomentar la imitación; no como los crímenes machistas que hay que visibilizar aunque la fomenten.
Cuarto dato: es prácticamente indemostrable probar la causa de un suicidio, aunque muchos se produzcan tras pérdidas de empleo, de vivienda o por estrés laboral que impide la conciliación.

Por todos estos aspectos, si hay una novela gráfica que importa un pito que sea imperfecta o que parezca en el prólogo y en el desenlace una especie de obligación moral, es Cuando el trabajo mata. Lo mismo también es hasta una obligación moral leerla. Porque se puede luchar frente a lo improbable, y porque, a otros niveles menos viscerales y más técnicos, el dibujo Grégory Mardon, dentro de los cánones que marca la BD, le va a la historia como anillo al dedo, y porque en el guion participa activamente Hubert Prolongeau, el periodista autor de una exhaustiva investigación, posteriormente publicada en forma de ensayo, sobre los suicidios en entornos laborales.

Ya estáis tardando.

Escrita hace 28 días · 0 votos · @Poverello le ha puesto un 7 ·

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