Demasiada promoción por arspr

Portada de PANZA DE BURRO

Como digo siempre, comencemos de primeras por reconocer que yo no sería jamás capaz de escribir ni media página. Por tanto vaya implícito mi reconocimiento a quien escribe una novela entera aunque la critique. Pero dicho esto, creo que esta novela tiene un punto de exceso de promoción. Es más tiene hasta un punto de artificio de más en su construcción.

La novela no deja de ser una descripción desde sus propios ojos del verano en que una niña, obsesionada con su amiga, (en un eventual o no despunte sexual lésbico; son muy pequeñas y como tal no es nada definitivo), comienza a cruzar esa tenue frontera entre infancia y adolescencia. Y, como siempre, mucho más interesante que la historia central en sí, el foco de la novela está en la descripción del ecosistema social en que la protagonista se mueve: en este caso los parias de una aldea canaria que trabajan malamente en lo que pueden ("costrusión" y limpiando váteres para variar...)

Hasta aquí todo correcto. Nada especialmente novedoso pero tampoco tiene por qué. Y siempre es interesante asomarse a la dureza de la vida de los que tienen poquito tirando a nada. Y estética y literariamente esta mirada desde los ojos inocentes y totalmente transparentes y francos de nuestra pequeña narradora se agradece. Porque si hay mierda la hay y se narra, y si hay belleza también, sin filtros ni juicios por su parte. Muy lograda y creíble la visión que consigue la autora.

Pero el problema, o el problema para mí, está en la jerga que además es uno de los puntos comerciales del libro. Este libro está escrito en "canario", entendiendo como tal la transliteración directa del habla de la niña. Y como tal está llena de expresiones y localismos independientemente de que sean o no faltas ortográficas. Como mi anterior costrusión, o parriba, o vulcán (ahora tan de actualidad desgraciadamente). Ya, pero esto es un libro, y cansa. Cansa mucho porque parece totalmente artificial y forzado. Es decir, no hay una frontera nítida clara, pero evidentemente documentar "cas Alguien" como "casa de Alguien" o "fisquito" como "un poquito de" pues está muy bien, pero saturar página sí y página también de los parriba/pabajo o de las vocales o letras que cualquiera según nuestra habla o acento particular nos comemos o dejamos de comer es excesivo. Y qué decir de no poner la interrogación inicial (¿) porque representa claramente no sé qué del habla canaria... Es lo que digo, da una impresión forzadísima, una impresión de editor listísimo imponiendo "vamos a escribir un libro sin una maldita s, todas convertidas a z o c, porque en donde sea cecean a lo grande, y así hago un libro, ejem, rompedor que puedo vender como mega super original".

Escrita hace 2 años · 5 puntos con 4 votos · @arspr le ha puesto un 6 ·

Comentarios

@Tharl hace 2 años

Voy a leer esta novela dentro de poco, arspr, así que leo tu reseña con mucha atención. No conocía nada del argumento, pero sí el aspecto lingüístico del libro. Lo que más me interesa -está por ver si lo consigue- es cómo se conecta la lengua con el entorno que describe Abreu Me gustan mucho aquellas novelas que tienen algo de documento, de reconstrucción o testimonio de una forma de vida. Y como esto es literatura, parte de esa forma de vida es el lenguaje.

La editorial y la novela son muy pequeñitas, al margen de que funcione mejor o peor el experimento literario, quiero pensar que es honesto. Que es más una labor de anticuario, de testimonio lingüistico, que una operación comercila.

@Tharl hace 2 años

He devorado el libro.

Al final resultó que el aspecto lingüistico no era para tanto. No hay nada de testimonial en 'Panza de burro' salvo que lo tomes como autoficción. El lenguaje es así, libérrimo, porque es lo que requiere el estilo indirecto libre de la novela. Al contrario que a ti, arspr, a mí es lo que más me ha gustado del libro.

Sí creo que el prólogo y la labor editorial de Sabina Urraca son para dar de comer aparte y que se ha vendido desafortundamente la novela como "el primer libro en canario". Y no. Como tú dices es un artificio literario, que para mí fluye con total naturalidad pero que pertenece exclusivamente a Andrea Abreu. Sin ninguna proyección social.

Pero adoro la poética que consigue crear Abreu con esos localismos, repeticiones y sintaxis. Es muy hábil cómo en lugar de tratar el deseo desde una reflexión o como la autopercepción de una niña que examina sus sentimientos, este se manifiesta, más como un síntoma, en esas repeticiones y juegos del lenguaje.

La trama puede parecer muy vista. En los últimos años hay decenas de películas, todas de la ESCAC o de la Universidad Pompeu Fabra, sobre niñas normales que en el pueblo entran en contacto con una amiga macabra (u otra forma de alteridad) que les hace transitar de la infancia a la edad adulta, a descubrir el deseo y a anclarlo todo muy detallada y localmente en la España rural. Hablo de 'Verano 1993', pero tambien de 'Les perseides' (la mejor), 'Ojos negros', 'La vida sin Sara Amat'... todas dirigidas por mujeres. En literatura supongo que pasa igual. Al final es un molde que viene, por lo menos, de 'Las aventuras de Tom Sawyer' e Isora no es más que otra Huckleberry Finn.

Pero Abreu vincula la amistad con el sexo, sin necesidad de hacer ninguna afirmación sobre la orientación sexual que quitaría su ambiguedad a la novela. Y eso, creo, lo cambia todo. La manera en que la protagonista está confundida y mezcla los roles de cuidado maternal después de frotarse el pepe con su amiga, celos de hermana, celos de novia, miedo a la edad adulta, envidias, etc. es una pasada. En el clímax de la novela se funden perfectamente la traición de Isora-amiga (la abandona con el niño que la va a violar), la traición de Isora-amante (la abandona por irse con un chico) y el trauma fçisico y psicológico y la vergüenza de la violación de un chico. Y la protagonista no sabe distinguir todo esto que siente. De hecho, como suele suceder, queda enterrado por el conflicto más básico y concreto de su pelea con Isora. Es una pasada.

Por otro lado, la novela es muy transparente en su construcción y en lo que tiene de convención (como el final dramático, como si Abreu no hubiera encontrado otro modo de dar un cierre) y se nota que lo firma una escritora debutante, pero ostras que tiene 25 años. Además, como el tema al final es la pérdida de la inocencia y un retrato de la infancia esa transparencia se convierte incluso en algo positivo.

Vaya, que de verdad que no esperaba que me fuera a gustar tanto. En mi caso la promoción lo había vuelto en mi contra antes de comenzar a leerlo.

@arspr hace 2 años

Me alegro que te haya gustado más que a mí. Yo la verdad es que tampoco estoy tan deslumbrado por la relación con Isora. De hecho, y como decía, me ha interesado mucho más la descripción indirecta, por eventos, por imágenes, del conjunto de sus paisanos del pueblo. Su aspecto "costumbrista".

En lo que sí que coincido contigo es en que el cierre es bastante forzado. Para mí habría sido más elegante acabar con que simplemente comienzan el colegio de nuevo y punto, fin del verano. (O incluso sugiriendo que una o la otra cambia de clase, colegio o lo que sea totalmente cotidiano y que esa nueva mera cotidianeidad mata, sin pena ni gloria, toda la dependencia anterior por Isora).

@Tharl hace 2 años

Sí, la novela tiene muchos momentos así que son pura convención. Se nota que tiene unos momentos fuertes: la presentación de Isora, la relación "sexual" entre ellas y su desencuentro. Y entre una cosa y otra mete contenido novelesco con el que dar una estructura a la novela (la presentación de la protagonista y su entorno, las aventuras entre chiquillos y ese final). Pero son detalles menores. Para mí esa escritura tan interna de la protagonista y poética al mismo tiempo es el núcleo de la novela. El aspecto costumbrista, en cambio, creo que está menos logrado. Hay detalles como la música de Aventura y la escritura "mésinyer" que se notan un poco forzadas para crear el vínculo generacional.

En cualquier caso, es un placer comentar por aquí la novela contigo. Ultimamente leo mucha más narrativa contemporánea y me encanta compartir estas cosas ^^

@Poverello hace 2 años

A mí también me ha gustado mucho el estilo de escritura de la novela, me ha llamado mucho la atención y me ha dado hasta un poco de coraje, que dicen por aquí, porque desde hace más de un año estoy escribiendo una novela que es el diario de una adolescente y no me atreví a ser demasiado generoso con los localismos, giros dialectales, etcétera por hacerla más tragable.

Hay dos capítulos que sí que veo un poco forzados en el lenguaje, más allá de otros lugares más comunes: son en los que , de repente, la autora, en lugar de emplear el estilo indirecto libre, lógico en una novela de estas características, pasa al flujo de conciencia sin saber muy bien a cuento de qué.

Para mí una novela muy recomendable.

@Tharl hace 2 años

A mí me gustan mucho esos dos capítulos, Poverello. Sobre todo el primero, que es el único en que tenemos una descripción de Isora. Es el único momento en que tenemos un acceso directo y en presente a la protagonista, sin mediaciones, y está bien que así sea. ¿No te parece necesario? Además que, el primero especialmente, están genial escritos.

Y anímate con esos localismos y giros dialectales, amigo, que seguro que te quedan de maravilla en la novela.

@Poverello hace 2 años

En ningún momento digo que estén mal escritos ni que no sea necesario; me gusta mucho el estilo de la novela, y en esos dos capítulos también, me recordaba, y sin ponerle pegas, a algunos de El ruido y la furia de Faulkner. Lo que digo es que no viene a cuento el cambio de estilo en la novela. Que me parece muy bien que la autora quiera expresar de una manera más directa los sentimientos de la protagonista hacia Isora, pero me resulta un "engaño" que rompe totalmente la estructura de diario de la novela. Si estás usando estilo directo, o varios estilos, o narración... en cualquiera de estos casos compro prácticamente cualquier cosa, porque el estilo en sí no crea determinada complicidad con la persona que lee de introducirla en la expresión y la intimidad de un diario personal; lo mismo pensaría con una novela epistolar. Si estás escribiendo una carta, no me rompas la narrativa con un 1% de la novela en estilo directo, por poner un poner, porque entonces no es una carta, por más que sea solo el 1%. En el caso de Panza de burro, lo mismo: tiene 30 capítulos, de los que 28 son en estilo indirecto, en forma de diario personal, ¿por qué de repente pasa en dos al estilo indirecto libre del fluir de la conciencia? Pa' mí no tiene demasiado sentido más allá que realizar un ejercicio de estilo. Si se alternaran con mayor frecuencia, vale, si hay varios personajes y escoges a uno de ellos para transmitir así su pensamiento, vale, pero es que es la misma persona la que se tira toda la novela describiendo al público sus sentimientos y de repente, nos metemos dentro de su conciencia y no hace falta que nos cuente nada, porque somos ella.

Insisto, que me gusta la novela y el estilo, pero no le veo yo lógica ninguna a esto, vaya.

@Tharl hace 2 años

Entiendo lo que dices. Se trataría de una cuestión de coherencia estilística. Aun así, dada la estructura episódica de la novela y que se encuentra en dos momentos claves... si no lógica, si le encuentra cierta disculpa. Tampoco estoy seguro de que haya que pedir lógica en estas cosas. Supongo que me estoy volviendo poco disciplinado.

Hay otros momentos en que la novela me dio a mí también la sensación de estar haciendo ejercicios de estilo. Al comienzo, cuando el "exorcismo" del mal de ojo, por ejemplo. Y a pesar de todo es uno de los momentos más logrados. A 'Panza de burro' se le ven las costuras. Pero me gusta esa sensación de una novela transparente, en la que ves las decisiones de la autora y cómo se ha roto el espinazo por darle forma.

@arspr hace 2 años

Sois muy "pros" en vuestros análisis. Y me encanta que os haya (más o menos) encantado.

Yo tengo un síntoma claro de que para mí no ha sido tanto (voto de 6). Y es que, agudizado además por mi alzheimer congénito de serie, se me escurre entre los dedos... cada vez lo tengo más tenue y, como quien dice, hace dos días que lo leí.

@Poverello hace 2 años

Eres una persona que fomenta lecturas, @arspr, es guay, jeje, aunque luego a ti ni fu ni fa.

@Tharl hace 2 años

A mí también me gusta mucho leerte, arspr, aunque no coincidamos siempre. Ahora que estoy leyendo más literatura contemporánea española que nunca es fantástico poder entrar por aquí y comentarlo con vosotros.

@Faulkneriano hace 2 años

No había visto este hilo tan interesante, al viejo estilo de esta gloriosa página.

Lo peor es que estoy de acuerdo con todos: con arspr, porque no es para tanto; con tharl, que la novela está bien traída y con Poverello, que ya es un profesional, porque yo siempre estoy de acuerdo con él.

Reconozco que es el aspecto verbal lo único que me interesó de la novela, porque la historia, se desarrolle en el archipiélago o en la Galicisa rural, está muy visto. Aporta frescura e inmediatez y al tiempo, y esto es importante, es absolutamente legible. De otra cosa hablaríamos si la lengua de la novela fuera una pesquisa verbal cuasi antropològica, con todas las de la ley. Hace muchos años intenté leer Los ríos profundos, de José María Arguedas, una novela peruana llena de indigenismos, y por poco no muero. La dejé a medias, cosa que no va a pasar con Panza de Burro porque todo está muy medido: hablar "populá" pero que se entienda.

En lo de los dos capítulos que desplazan el punto de vista no entro porque no lo recuerdo bien. A mí no me chocó gran cosa, y eso es buena señal, pero, teóricamente, Pove tiene razón.

Tharl, si estás leyendo literatura "modelna" española, tenemos que hablar. Te pongo un mensaje.

Saludos a mis tres mosqueteros. arspr, mil gracias por tu reseña fecunda.

@Tharl hace 2 años

Hola, Faulkneriano. Sí, que estoy leyendo bastante novela contemporánea. Sobre todo porque últimamente estoy al día con lo que se va publicando, que es algo que no tenía ni cuando trabajaba en una librería. Proximamente me quiero leer 'La señora March', de Virgina Feito (tiene buenísima pinta) y los cuentos de David Aliaga.

De lo que leí el año pasado creo que 'Panza de burro' fue la novela que mas me gustó. No tanto por la historia, que me funciona como un espacio reconocible de arquetipos, como en la novela policiaca, y que disfruto por eso, como por el aspecto verbal que señalas.

@Faulkneriano hace 2 años

La señora March tiene toda la pinta, reconocida por la autora en entrevistas, de ser un experimento comercial de éxito, o sea, cómo fabricar un best seller en la cocina de tu casa, y en inglés, que tiene más mérito... o no. Hoy estoy de lo más prejuicioso...

@Faulkneriano hace 2 años

Ahora, si le gusta a Oprah Winfrey.... (a ver cuando se jubila esta señora)

@Tharl hace 2 años

No me digas eso, Faulk, ¡que me recuerda tanto a las pelis de los 50 y a Highsmith que estaba deseando leerlo!

Ahora estoy con 'La señora Potter no es exactamente Santa Claus', de Laura Fernández, y: no lo leas. Ni siquiera es malo, solo está desesperado por ser divertido. ¿Es Rodrigo Fresán nuestra Oprah?

@Poverello hace 2 años

Al final me vais a "obligar" a escribir.

Faulk, con lo de profesional me he acordado de lo que decía mi abuela: "aprendiz de mucho, maestro de na".

Tharl, nuestra Oprah es Jordi Hurtado, que siempre está igual y jubilará hasta al mismo Satanás.

Yo estoy leyendo la segunda parte de una trilogía de Ci-Fi, La tierra fragmentada, y me estoy acordando mucho de Faulkneriano. Es muy curiosa y original. No sabría compararla con nada, por estilo (escrita íntegra en segunda persona del singular y con los capítulos sin una división muy concreta por personajes). Merece la pena, creo yo.

@arspr hace 2 años

Pues con La tierra fragmentada yo poco a poco me fui desilusionando... Pero como original original te recomiendo la trilogía de Justicia Auxiliar de Ann Leckie y subsiguientes. Sí, es Star Wars, pero bien hecho. Y mucho más interesante que esa segunda persona es el "ella" de esta otra trilogía.

@Faulkneriano hace 2 años

Las recomendaciones sobre ciencia ficción son siempre bienvenidas: soy antiguo adicto al género, aunque ya no practique mucho. Me apunto a Jemisin (ganar tres Hugos seguidos impresiona) y a Ann Leckie. Tendrán, eso sí, que esperar un rato: tengo prevista la trilogía de Luis Mateo Díez sobre el reino de Celama y un par de novelas de Javier Marías, para tapar huecos lectores que tengo por ahí.

Se supone que deberíamos hablar aquí de Panza de burro...