MUERA EL QUE NO PIENSE COMO YO por Poverello

Portada de LOS DESPOSEÍDOS

No voy a ser tan lerdo como para pretender descubrir a nadie, a estas alturas de la película, la novela clásica de ciencia ficción Los desposeídos ni a su autora Ursula K. Le Guin, fallecida en 2018 de un infarto de miocardio, quien posee la triste distinción de ser la primera mujer galardonada como Gran Maestra por la Asociación de escritores de ciencia ficción y fantasía de Estados Unidos. Triste no porque no se lo mereciera, sino porque parece ser que ninguna mujer se mereció tal privilegio hasta 2003.

Por si alguien no lo sabe (aspecto bastante dudoso), Los desposeídos, libro que forma parte del universo de Ekumen creado por la escritora estadounidense, narra la historia de las gentes de un planeta, Urras, y de su satélite, Anarres; el primero fundamentado en un sistema capitalista y el segundo, formado por personas provenientes del destierro, en el pensamiento anarquista y libertaria. El agua y el aceite, vamos.

Pero lo peculiar, en contra de lo que pudiera desprenderse tras su lectura, no es el evidente conocimiento que muestra Le Guin sobre los procesos y estructuras que pueden hacer realidad una sociedad anarquista, sino que a una persona libre, o que va en su búsqueda sin remilgos ni miedos insensatos, como el protagonista Shevek o su compañera Takver, no la quieren en ningún sitio; porque los peligros del totalitarismo y el deseo de poder están presentes en el más prudente de los seres humanos. Dicen que lo soltó Voltaire: «proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo». No es baladí que la novela en cuestión tenga por subtítulo Una utopía ambigua.

En realidad hay tantas cosas escritas y reflexionadas sobre Los desposeídos que lo único alternativo que se me ocurre decir es que la leáis e, incluso a quien ya lo haya hecho, que la relea con perspectiva.

Escrita hace 4 años · 4.8 puntos con 4 votos · @Poverello le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@Tharl hace 4 años

Pues aquí un ignorante que no conocía la novela. Sí a K. Le Guin, hacia quien tengo gran simpatía por un motivo tan absurdo como una miniserie ─muy mala─ de Terramarr que asocio con mi infancia.

Tu reseña me ha evocado 'El talón de hierro', una novelita especulativa de Jack London donde la ciencia ficción está inexorablemente unida al movimiento obrero. Que es un tipo de ciencia ficción, muy siglo xix, muy simpática también.

@Poverello hace 4 años

Leñe, no sé por qué no había leído este comentario hasta hoy, Tharl.

El talón de hierro y Los desposeídos no se parecen mucho en realidad, ni en estructura ni en planteamiento. Aunque la novela de London puede ser incluida dentro de muy diversos géneros (desde la distopía a la ucronía pasando por la política-ficción), la de Le Guin es pura utopía. Ni siquiera podríamos decir que existe el enfrentamiento de clases o de ordenamiento característico de todas las distopías en un mismo sistema; en Los desposeídos es un aspecto ideológico y de reflexión, y en dos sistemas distintos, más que de normas externas, aunque el control social sí que aparece como necesidad, pero desde un sentido humano y casi intrínseco a las sociedades, se regodeen o no de ser más o menos libres.

Si la lees ya seguimos comentando.