UNO Y TRINO por Guille

Portada de DOCTOR PASAVENTO

Vila-Matas es un escritor escurridizo, sugerente y adictivo, con el que uno nunca sabe a qué atenerse. Sus libros, carentes de trama, son laberínticos ensayos novelados por el que deambula un personaje que es y no es el autor y en los que la literatura se hace vida y la vida se vive como literatura, y tanto en una como en otra, vida y literatura, se siente una honda angustia por los límites que nos vienen impuestos tanto por nuestra específica naturaleza como seres humanos como por nuestra limitada capacidad como individuos. Una angustia, eso sí, ligera, plena de humor y alejada de la solemnidad acostumbrada en los temas que el autor aborda.

En este libro, Vila-Matas, en su papel de Doctor Pasavento, ansía una existencia sin barreras, ansía ser Dios, uno y trino, y embriagarse en un mundo de “soledad, silencio, locura y libertad”. Quiere fracasar triunfando, creer lo uno y su contrario, desaparecer y que lo encuentren, asomarse al abismo y sobrevivir. Padece de una necesidad vital de conexiones imposibles, señales existenciales, mensajes ocultos trascendentales. Con la mano derecha necesita dar profundidad a la vida, conferir misterio a la existencia, mientras que con la irónica mano izquierda se busca la levedad, escapar del peso que es vivir, desaparecer sin prescindir de la presencia y hacer la literatura que le ayude a comprender la vida, porque solo la literatura “parece ocuparse con seriedad de nuestro espanto”.

En este negociado del desaparecer el autor elige como héroe plenipotenciario a su queridísimo y admirado Robert Walser, el escritor que capaz de cantarle al botón: «Eres capaz de vivir sin que nadie se acuerde, ni lejanamente, de que existes.»; el ser humano que no da valor a su vida y que, sin embargo, la ama en espera de una «ocasión para echarla decorosamente por la borda.». En definitiva, ese escritor y ser humano con el «heroico afán de librarse de la conciencia, de Dios, del pensamiento, de él mismo.»

¿Por qué me ha gustado menos que otros de sus libros? Posiblemente el efecto sorpresa al toparnos con algo tan distinto y tan atractivo va disminuyendo a medida que uno acumula lecturas del autor; este libro es quizás el más ensayístico y con una historia más endeble de los que de él he leído; y, por último, tampoco ayuda un final tan diluido. Y, sin embargo, “seguiremos ahí esperando acontecimientos”.

Escrita hace 6 años · 5 puntos con 2 votos · @Guille le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@Poverello hace 6 años

Y yo que todavía no he leído nada de Vila-Matas. ¿Me lo perdonará San Pedro apóstol en la otra vida? Me salva que de Walser sí que ha caído ya una, aunque sea corta.

Doctor Pasavento la tengo en pendientes desde que me di de alta en esta página, algo es algo.

@Guille hace 6 años

Vila-Matas es un autor particular y recomendarlo es un tanto atrevido. Solo te puedo decir que a mí me tiene atrapado.

@Faulkneriano hace 6 años

Con Vila-Matas me pasa como con la música de Philip Glass: me gusta, pero confundo libros y piezas, sobre todo cuando has leido o escuchado unas cuantas. Respeto al autor, considero su originalidad y disfruto con su excelente prosa. Hasta ahí. Es lo que tiene lo posmoderno. Me gusta más Robert Walser.

@Guille hace 6 años

Y tienes mucha razón. La confusión creo que deriva de, por un lado, no tener una trama como tal, una historia con su tradicional introducción-nudo-desenlace, y, por el otro, de que sus neuras son constantes en cada uno de sus libros. Pero a mí me fascinan sus reflexiones, sus problemas existenciales, la forma en que los plantea y escenifica. Cosas del amor, que son inexplicables.

@Guille hace 6 años

Y tienes mucha razón. La confusión creo que deriva de, por un lado, no tener una trama como tal, una historia con su tradicional introducción-nudo-desenlace, y, por el otro, de que sus neuras son constantes en cada uno de sus libros. Pero a mí me fascinan sus reflexiones, sus problemas existenciales, la forma en que los plantea y escenifica. Cosas del amor, que son inexplicables.