AL FARO ES UN CUADRO por Guille

Portada de AL FARO

“Al faro” es un cuadro, el intento de aprehender un instante.

“Al faro” es un cuadro que la autora va levantando ante nosotros pincelada a pincelada. Es un momento fijado para siempre en el que los colores aparecen mezclados, donde nada es del todo preciso, donde hasta los objetos y los paisajes son mostrados desde la sensibilidad de cada uno de los personajes, a través de sus sentimientos, de sus emociones, de sus ideas, de sus recuerdos, de sus evocaciones. Nada ocurre fuera de la mente de estos seres, no hay acontecimientos, no hay consumación ni superación de deseos, anhelos, esperanzas, miedos, todo queda reflejado y fijado en el cuadro en una escena total no más importante que cada una de sus partes.

“Al faro” es un cuadro que cuestiona eso que llamamos realidad, su comprensión, su representación, la posibilidad de expresarla.

“Veía ella todo con tanta claridad, con tanta seguridad, cuando dirigía la mirada a la escena; pero todo cambiaba cuando cogía el pincel. Era en ese momento fugaz que se interponía entre la visión y el lienzo cuando la asaltaban los demonios, que, a menudo, la dejaban a punto de echarse a llorar, y convertían ese trayecto entre concepción y trabajo en algo tan horrible como un pasillo oscuro para un niño. Le sucedía con frecuencia: luchaba en inferioridad de condiciones para mantener el valor; tenía que decirse: «Lo veo así, lo veo así», para atesorar algún resto de la visión en el corazón, una visión que un millar de fuerzas se esforzaba en arrancarle.”

“Al faro” es un cuadro catártico para la autora, como seguramente lo fueron todas sus novelas, un intento de reconciliarse con sus padres, encarnados aquí por el Sr. y la Sra. Ramsay. Esa implicación personal en su obra, más allá de la búsqueda del valor literario, como para Lily Briscoe, el tercer personaje principal de la obra, significaba la pintura, seguramente contribuye a esa fuerza especial que caracteriza su prosa.

“Acabarían colgándolo en la buhardilla o deshaciéndose de él, pensó. Pero ¿qué más daba?, se preguntó volviendo a coger el pincel.”

Pero, sobre todo, “Al faro” es un bello cuadro, casi tan magnífico como “La señora Dalloway” con la que comparte algunos temas y, sobre todo, una lírica y un estilo. Por encima de cualquier otra consideración, es la forma impresionista, a medio camino entre la narrativa y la poesía, lo más sobresaliente de esta narración como lo fue en aquella. Nuevamente se repite aquí la combinación de la primera y tercera persona con la que la autora concatena los distintos diálogos interiores y los consiguientes puntos de vista que conforman la narración; se conserva también el gusto por el detalle cotidiano, así como el poder evocador de la recreación de ambientes y la descripción sentimental de escenarios y objetos.

Algunos de los fantasmas que Woolf pretendía exorcizar con su señora Dalloway permanecen aquí: el paso del tiempo, la frustración, la incomunicación, el papel de la mujer en la familia y en la sociedad, la homosexualidad, la duda existencial, la soledad, “aquella soledad que constituía (…) la auténtica esencia de las cosas”.

A estos hay que añadir ahora el afán de inmortalidad, de permanencia en la de memoria de los otros que se observa en dos de los personajes principales: el Sr. Ramsey a través de sus libros y la Sra. Ramsey por su necesidad de influencia en el transcurso de otras vidas. Y, por supuesto, las relaciones paternofiliales.

Aunque ello no ha sido impedimento para disfrutarla de principio a fin, he de reconocer que la obra está algo descompensada. Con una parte inicial soberbia y un interludio sorprendente, la parte final, quizás solo por comparación, me ha parecido floja. En cualquier caso, sigo manteniendo que Virginia Woolf es un portento y que posee la magia que caracteriza a los grandes.

Escrita hace 8 años · 5 puntos con 4 votos · @Guille le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@Tharl hace 8 años

No es lo mismo cuestionar la realidad que su representación. Imagino que Woolf hace lo segundo. A ese respecto, el párrafo que citas es espléndido. Creo que leeré a Woolf pronto, y con estas reseñas tú eres en parte responsable.

@Faulkneriano hace 8 años

Preciosa reseña, Guille. Poco puedo añadir.

Es curioso que Woolf, en una novela tan autobiográfica como esta, hable sobre todo de pintura y no de literatura, escudándose tras su hermana Vanessa, que era pintora. Por cierto, Leslie Stephens, el padre de la autora, debía ser todo un personaje.

Me fastidia lo del Joyce femenino. A veces me dan ganas de decir que el irlandés es una Woolf masculina. No sería justo para ninguno de los dos.

@Guille hace 8 años

Bueno, Tharl, no creo que Woolf cuestionara que hay algo ahí fuera pero sí tenía serias dudas acerca de poder comprender esa realidad y, por tanto, de representarla.

Muchas gracias nuevamente, Faulkneriano.

La novela es un retrato de familia que se pinta en la primera parte para acabar de perfilar el motivo en la tercera, con ese espléndido nexo que es la segunda parte.

Tienes toda la razón, aun desconociendo al autor irlandés. Woolf tiene la personalidad y la enjundia suficiente como para no necesitar ninguna muleta.

@Hamlet hace 7 años

Estupenda reseña, Guille. Hace tiempo tengo está novela en mis estanterías, pendiente de que un día sea la escogida para ser leída. Y también hace tiempo que tengo ganas de leerla. Tras leer tu reseña estoy convencido que estoy un paso más cerca de hacerlo.

La verdad es que es un placer leer reseñas así de libros que uno tiene intención de leer. Gracias.

@nikkus2008 hace 7 años

Estoy en un pozo, sin dudas... intenté empezar este, y me perdí... intenté con "Cuentos" de Cortázar, y me perdí con el relato (el segundo) "Lejana"... es cierto que cada día estoy más disperso, pero esto de "no poder" con un libro ya me preocupa... ¿a nadie le pasó con este libro?...

@Guille hace 7 años

Y yo espero que ese paso sea para bien, Hamlet. Gracias por tu comentario.

Nikkus, no creo que sea preocupante, lo digo por mi propio bien.

@nikkus2008 hace 7 años

Hola Guille... al final destrabé el asunto del bloqueo mental y terminé no sólo ese libro, sino como tres o cuatro más de Cortázar y al hilo (cosa que hacía tiempo no lograba). Respecto a este libro, ya con la mente despejada (algo más despejada, no del todo) voy a intentar nuevamente ni bien termine con otro de Cortázar y uno de Bester "Las estrellas mi destino"...

@Guille hace 7 años

Me alegro, nikkus. Cortázar está en lo más alto de mi olimpo particular.

@Faulkneriano hace 6 años

Estoy releyendo Al faro, cosa que hago contadas veces. Es que voy a leer los diarios, las cartas, los ensayos, los relatos y las críticas de la Woolf, así como un par de novelas que me quedaban (El cuarto de Jacob y Entre actos) y me parecía extraño no volver sobre alguna de sus novelas grandes, grandes (muy grandes). Y como ya he releido Mrs. Dalloway, ahora le tocaba el turno al Faro. No creo que sea perder el tiempo precisamente. Para ayudar a recordar, me he vuelto a leer tu reseña.

@Guille hace 6 años

Difícilmente puede calificarse de perder el tiempo tratándose de la Woolf. También me has recordado que, en algún momento no muy lejano, me tengo que poner con Las olas u Orlando (aunque esta última no te gustó mucho, no?).

@Faulkneriano hace 6 años

Pues claro que merecía la pena. Tres noches fantásticas (así dicho, parece otra cosa)

Qué grande es la Woolf. Sigo con ella. Menos Flush, que trata de un perro, pienso leerme todo lo que pille.