EL ARTE DE LA GUERRA por Atticus

Portada de EL ARTE DE LA GUERRA

Ser hábil en el arte de la guerra quiere decir que eres un tipo capaz de analizar situaciones de manera extremadamente fría y racional, para así poder, por ejemplo, y con la mayor de las tranquilidades, matar.

El arte es emoción. Ser un estratega militar es todo lo contrario: es saber controlar las mismas.

No parece que este El arte de la guerra pretenda ser una apología de lo bélico. No hay violencia aparente en sus palabras. Parece, sencillamente, un texto objetivo y, efectivamente, muy lúcido, sobre cómo afrontar los problemas que pueden surgir en dicho contexto. Pero su tono (por más de agradecer que sea) no justifica su fondo (al menos para mí). Sí, son palabras sabias. No lo discuto. Pero también son aterradoras. Y lo son, fundamentalmente, porque estamos hablando de personas: de cómo manipularlas, someterlas, aniquilarlas.

Creo muy complicado marcar distancia con esto y escribir como si se estuviera hablando de cosas, y no de seres humanos.


Después de leeros, no puedo estar más de acuerdo con vosotros en que éste es un texto vigente, aplicable a muchos ámbitos. Lo que, por otra parte, no creo que diga nada bueno de nosotros y de lo que socialmente somos. Parece que todo pudiera resumirse en triunfos y fracasos. Pienso que si nos regimos por estos principios terminaremos por ser totalmente superficiales e insensibles (si es que no lo somos ya), gente calculadora que sólo busca su propio beneficio incluso cuando dependa del perjuicio de un tercero.

Claro que soy de esos a los que palabras como ambición o productividad siempre le han parecido bastante feas (lo que no quiere decir que no sea otra oveja participe del sistema).

Supongo que la sociedad nos ha educado así, y más la actual, pero quiero creer que la vida es otra cosa, y que las personas podemos ser capaces de abstraernos respecto de esta marcialidad (impuesta) tan poco afectiva.

Escrita hace 8 años · 5 puntos con 2 votos · @Atticus le ha puesto un 6 ·

Comentarios

@Tharl hace 8 años

Me recuerda a Maquiavelo. Una buena dosis de razón instrumental. Para el gobierno de un estado (Maquiavelo) o una situación de guerra (Sun Zu, supongo). Hasta Maquiavelo -y creo que puede decirse lo mismo de Sun Zu- estos asuntos eran tratados desde un moralismo ingenuo y es de agradecer que ellos no lo hicieran.
Leyendo tu reseña se me ocurre que la lectura de estos libros recrea una situación semejante al contexto en que se escribieron. Podemos leerlos desde la condena moral o desde su incuestionable valor instrumental. O podemos ensayar una lectura distinta que supere esta dicotomía tramposa donde todas las opciones son “malas”. Creo que este es el desafío que conserva vivas e interesantes estas obras para nosotros.
Yo no he leído El arte de la guerra y El príncipe lo leí hace mucho tiempo. Cuando lo leí no se me ocurrió esto y me pareció el típico clásico aburrido sin interés actual. Fue una lectura muy pobre, todo hay que decirlo. Con tu reseña me han dado ganas de leer a Sun Zu o releer a Maquiavelo. Un placer leerte.