LAS ISLAS SIN ÁRBOLES por sedacala

Portada de EL PIRATA

No quería escribir una reseña sobre El pirata, por ser esta una novela poco conocida y porque en cierta medida sería repetir los argumentos que di cuando escribí sobre Ivanhoe. Pero, como me consta que a alguno le interesará, voy a condensar las cuatro ideas básicas en una reseña comprimida.
Walter Scott no está de moda a día de hoy. Esto referido a alguien que empezó a escribir novelas hace doscientos años, es una completa obviedad. Pero lo que no es tan obvio es que fue el primer escritor con auténtico éxito internacional en el campo de la novela. Sí, El Quijote fue muy conocido en toda Europa (Scott hace varias referencias a la obra de Cervantes en esta novela), también Robinsón Crusoe lo fue, lo mismo que Gulliver, pero más allá de su fama, estas novelas de siglos anteriores tenían una difusión comercial limitada. Ese estado de cosas cambia con Walter Scott, sus novelas se extienden por el mundo anglosajón, pero también por el resto de Europa convirtiéndole en el novelista más afamado de su época. Sin embargo hoy, doscientos años después, su obra cuenta historias que, haciendo acopio de sensatez, son poco creíbles, que además están escritas con un lenguaje retórico y altisonante que no refleja la realidad pero que pretende situarnos en tiempos históricos, y sus personajes están envueltos en una especie de aliento particular que los lleva a comportarse de una manera prefijada. Es decir y resumiendo, que sus novelas son tremendamente románticas. Pero, además de serlo, son también tremendamente entretenidas por su especial habilidad para controlar los movimientos de sus personajes, que se cruzan unos con otros en el espacio y en el tiempo urdiendo complejas tramas que mantienen en vilo al lector durante toda la novela. Y, siendo así, nada importa que no estén de moda, o que pasen cosas excesivamente rocambolescas, o que el autor lo exprese todo con un verbo excesivo o que sus personajes sean estereotipados. Algunos lectores renunciamos a ponerle pegas a todo eso —que muchos otros considerarán hoy como algo infumable—, si a cambio encontramos una especial dinámica y vitalidad en sus personajes que nos introduce en un mundo casi soñado; este tipo de cambio compensa y nos disponemos a leer y a disfrutar convencidos de la rentabilidad lúdica de la operación. Da lo mismo que esta no sea la Inglaterra medieval y que no se enfrenten normandos contra sajones, como en Ivanhoe, o que no esté por ahí Robin de Locksley más conocido como Robin Hood. Eso no importa nada, enseguida nos acostumbraremos a habérnoslas con escoceses y descendientes de vikingos asentados en el archipiélago de las Sethland, muy al norte de Escocia y a darnos un paseo por las islas Orcadas, que también están al norte aunque menos alejadas de la Gran Bretaña, en las que discurren unas cuantas aventuras aprovechando su retorcida geografía insular y todo ello situado en pleno siglo XVII. Entre marinos, lugareños de lejano origen noruego, autoridades escocesas, relatos de antiguas historias corsarias en el Caribe luchando contra los españoles, brujas y trasgos surgidos de las nocturnidades del oscuro invierno de esas latitudes, el turbulento mar omnipresente, y el buen talante y la simpatía de un narrador que siempre nos sorprende con los giros bruscos de su trepidante trama, llegamos encantados a un final plenamente satisfactorio.
Esto ahora no se lleva, pero a mí, y creo que a algún otro, nos va.

Escrita hace 8 años · 5 puntos con 5 votos · @sedacala le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 8 años

Ya suponía que te gustaría esta novela, sedacala. Creo que es de las más estimulantes de Scott, al que no solo le gustaba la historia medieval, sino que también recorría los siglos modernos: tanto Rob Roy como El corazón de Mid-Lothian transcurre en el siglo XVIII. El pirata también debe transcurrir por esos años, pero la vida en las islas es tan primigenia, tan arcaica, que parece una saga escandinava, como prueba el personaje de Norna. Bien escrita hasta decir basta, misteriosa y sombría, pese al final feliz. ¿Tú te has fijado dónde quedan las islas Shetland?

@sedacala hace 8 años

Desde luego conocía la ubicación de las islas Sethland, desde que estudié el bachillerato, no en vano la geografía fue una de las materias por la que más afición he tenido siempre, pero sí que es verdad que, desde que empecé a leer esta novela, el Google Earth de mi ordenador echaba humo de tanto explorar los rincones que aparecen en la novela y otros que no aparecen. Scott utiliza ubicaciones geográficas reales y otras que no lo son o que las cambia de sitio a su conveniencia y no sólo de las Shetland, porque, las últimas cien páginas en las que se resuelve la trama, se desarrollan íntegramente en el archipiélago de las Orcadas, éste ya muy próximo a la costa escocesa, de costas bajas y poco agrestes, pero plagado de entrantes y salientes que se prestan de maravilla para ubicar allí los movimientos de las embarcaciones de los protagonistas. En Kirkwall, la capital de las Orcadas, hay, por cierto, una magnífica catedral, la de San Magnus, que aparece en la trama con una cita concertada en su nave, dotada, por otra parte, con unas columnas impresionantes. También es muy característica, en la isla principal de las islas Orcadas, la presencia de unos monumentos megalíticos con forma de losa de piedra hincada en el terreno en posición vertical, un poco en la línea de Stonehenge, aunque con piedras más pequeñas, pero colocadas en posiciones mucho más extendidas que las del famoso monumento situado al oeste de Londres. De todas formas, la fisonomía característica de las Orcadas contrasta mucho con la de las Shetland, que es tremendamente agreste, con una sucesión de costas acantiladas y rocosas. Lo que sí es común a ambos archipiélagos es la total ausencia de árboles, la proliferación de lagos, el origen étnico noruego de sus habitantes y un clima que, sin ser extraordinariamente frío, debe ser insoportable por los vientos constantes, los temporales frecuentes y una duración de la luz solar escasísima en invierno y muy larga pero muy débil en verano. Coincido en lo memorable del personaje de Norna.

@Poverello hace 8 años

Pues yo soy uno de esos a los que les va y que ya había anotado la novela antes de tu incisiva reseña; será porque me encantó Ivanhoe, ji. ¡Cuánto más ahora!

@sedacala hace 8 años

Ya lo sabía, por eso la escribí.

@Poverello hace 8 años

Pero qué majo que eres, sedacala. Muchas gracias.

Me habéis recordado con lo de las sagas escandinavas y el personaje de Norma La saga de Skallagrimsso o como se escriba, que también la tengo en pendientes.

@Poverello hace 7 años

He tardado en leerlo, más por la circunstancia personal que por la novela en sí. Confirmado: me gusta sir Walter Scott, y de nuevo una novela suya (como Rob Roy o Ivanhoe) en la que el prota no sale tanto como se suele. Geniales secundarios que nunca lo son en las obras de Scott.

Y reconciliación con el folletín, porque la última que había leído me había quitado las ganas de seguir con el género. Y era un clásico: La cartuja de Parma. Será que Scott mezcla muy bien los géneros.