ROJO PASIÓN por Nastenka

Portada de EL NIÑO REPUBLICANO

"Es poco creíble que beneficios humanos como puedan ser la abolición de fronteras, la unidad de monedas o los medios de producción, las técnicas en continuo desarrollo, hayan conducido a formulaciones como las de cerrar un grupo del cabo afroasiático que llamamos Europa a todos los demás menos afortunados; a contener a los pobres mediante su bombardeo, su invasión o su bloqueo de alimentos y medicinas; en formalizar entre nosostros el paro y la reducción de salarios bajo la falsa premisa de que así se creará más trabajo; la suposición de que las diferencias o las injusticias se podrán resolver entre dos o más partidos salidos de la misma tripa; la idea de que estamos representados por un parlamento mal elegido mediante unas leyes erróneas, o por unos partidos deformes; la sacralización de la palabra democracia en el sentido de que todo lo que no sea su forma actual es antidemocrático, como pasa con la palabra libertad. No tiene sentido seguir creyendo que esta Constitución hecha deprisa y con miedo pueda ser eterna.
Sin embargo, nos lo estamos creyendo, como fascinados. No tenemos independencia interna para saber qué es lo que aceptamos, por qué lo aceptamos y cuál es el grado de opresión y de fuerza que hay en esta aceptación nuestra; para saber que obedecemos porque tenemos que obedecer, pero no porque creamos en ello. Mucho más grotesco es que denominemos esta situación, o incluso las aspiraciones de desarrollo de la situación, como "izquierda". Por eso rehúyo la palabra y suelo adoptar, aunque parezca estúpida, arcaica, inútil y lejana, la de "rojo". La horda roja, la hiedra roja, ¿recuerdan ustedes? Eso."


Al empezar la lectura de este libro, creí que iba a encontrame más bien con una especie de biografía novelada (sin tener muy claro cómo llegué a esa conclusión). Pero no. Lo que me encontré fue como una mezcla de recuerdos, relatos y retazos. E ideales.

Haro Tecglen se denominaba a sí mismo "escritor de periódicos más que de libros, aunque haya publicado más de una docena larga de libros." Y aquí se nota. Se nota esa labor de columnista que hasta sus últimos años ejerció.

El libro acaba siendo eso, una curiosa mezcla entre las memorias de su niñez y adolescencia en ese Madrid convulso y el artículo perodístico. Construído en un amplio conjunto de capítulos independientes, donde nos describe desde cómo eran las calles y edificios de su ciudad, pasando por el refugio que fue para él (y para muchos otros niños) los inolvidables cines de barrio con sus sesiones contínuas, su amistades (incluída alguna "anécdota" junto con Fernando Fernán Gómez), hasta exponernos claramente y sin tapujos sus pensamientos.

Comparto muchas de sus opiniones, discrepo en muy pocas de ellas, pese a ello, me costó acabar su lectura. Quizá porque (desde mi punto de vista) hay algún que otro capítulo prescindible, o más que prescindible, contado como con prisa y para alguien que se pierde pronto como yo... me costó seguirle.
Pese a ello, sé que releeré de vez en cuando alguno de esos capítulos de este autodenominado rojo.
Y porque sí, creo que tiene razón.
No tenemos independencia, ni democracia (por mucho que nos la quieran vender).

Hoy es un buen día para pensar en ello.
Y actuar.

Yo también asumo el color rojo.

Escrita hace 10 años · 4.8 puntos con 5 votos · @Nastenka le ha puesto un 6 ·

Comentarios

@salakov hace 10 años

¡Piensa en rojo!

@_567_ hace 10 años

Muchos más niños republicanos deberían nacer para intentar construir un mundo mejor…

Rojo hasta la médula y sin sangre azul, siempre.-

@Guille hace 10 años

Cómo hecho de menos su voz serena en esos artículos hablados que hacía en la cadena SER.

@Poverello hace 10 años

Quien no actúa no puede tener de predilecto el rojo. Es una incongruencia. Aunque la veamos muchas veces no por ello deja de serlo.

@Guille hace 10 años

Mi congoja no es coartada suficiente para disculparme por esa h... pero es un hecho que congojeo.