Primera novela que compone la Trilogía de Nueva York.
Paul Auster nos presenta una historia de detectives poco usual, diferente, que se lee en un par de tardes, ya que es muy cortita.
Ojo, que es una trilogía porque los tres transcurren en la ciudad que da nombre al título, pero todos pueden leerse de manera independiente (menos mal, porque empecé por el segundo!).
Nuestra historia comienza con una llamada telefónica en mitad de la noche. Preguntan por una agencia de detectives, sin embargo la persona que está al otro lado del teléfono –Daniel Quinn- es un escritor de novelas policíacas que por supuesto no tiene nada que ver con el tema.
La llamada se repite en diferentes ocasiones, hasta que Quinn decide hacerse pasar por el detective por el que preguntan, a ver qué pasa… Y lo que pasa es que se ve involucrado en el caso, pero del todo.
A lo largo de la narración, vamos paseando por la ciudad, cambiando de cronista e incluso tenemos un Paul Auster, el detective al que se refieren en la misteriosa llamada. Su “cliente” es un hombre que ha sido martirizado toda la vida por su padre, ahora está convencido de sentirse amenazado por él, de ahí que quiera contratar a Auster.
Así, nos vemos sumergidos en un thriller postmoderno muy bien llevado, una investigación en la que se nos plantean un montón de preguntas y que inicialmente no hay por dónde coger, pues no tenemos ni una sola pista coherente, tampoco cabos que atar; sin embargo el autor sabe resolverlo la mar de bien.
Un libro que me ha gustado bastante, con el estilo característico de este hombre, que o te encanta o no te gusta nada; a mí personalmente me gusta mucho, me parece absorbente, creo que es de esos que puede contarte lo que quiera, por chorra que sea, y hace que te parezca interesante.
Como dato curioso, la novela está basada en un hecho que le ocurrió al escritor en la realidad.
Y ahora, a por ella.
Escrita hace 10 años · 4 puntos con 2 votos · @Shorby le ha puesto un 7 ·
@Poverello hace 10 años
Trilogía de Nueva York me parece mucho más que un thriller postmoderno, aunque es cierto que lo es. Su reflexión sobre la naturaleza humana, la búsqueda y hasta la negación de la propia identidad poniendo el énfasis en la vida de los otros como si fuera más importante conocerla que conocerse a sí mismo... la mezcla entre realidad y ficción. Una genialidad.
Por otro lado, y aunque hay arduos debates al respecto de si Auster contempló las novelas como un todo, recomiendo su lectura por orden de creación, pues si bien Fantasmas puede parecer la más deslavazada e independiente de todas ellas, la relación entre esta que nos ocupa y La habitación cerrada me parece obvia. El propio Auster escribía en la que cierra la trilogía que “estas tres historias son finalmente la misma historia, pero cada una representa una etapa diferente en mi conciencia de dónde está el quid”.
@Shorby hace 10 años
Me falta la tercera por leer, a ver qué tal con ella.