LITERATURA PURA Y DURA por Guille

Portada de PAÍS DE SOMBRAS

Mientras leía esta novela me he preguntado muchas veces qué es lo que tiene para que me guste tanto. No es la primera vez que me pregunto estas cosas, claro, y la mayoría de las veces sigo sin saber responderme. No sé exactamente qué debe tener una forma de narrar para que me llegue más profundamente que otras; es más, no siempre me gustan todos los libros de un autor, aunque el estilo sea el mismo o casi el mismo. Lo que sí suele pasar es lo contrario, vamos, que cuando un autor no me llega, da igual lo que me cuente.

En este fantástico libro veía las palabras que forman las frases, las frases enlazadas en párrafos, los párrafos en capítulos y me parecía simple, fácil y maravilloso, como ver jugar al barsa de Guardiola. Hay autores en los que la forma es llamativa, un estilo peculiar, inconfundible; que te llegue o no ya es otra cosa. Pero en este libro, como me ha pasado en muchos otros (recientemente con Stoner, por ejemplo), no llego a percibir esa forma especial, que, sin embargo, me atrapa cada vez más a medida que avanzo en su lectura. Por supuesto, lo que cuenta, la trama de la novela, y lo que dice a raíz de lo que cuenta, tienen parte de culpa.

Estamos ante un libro de esos que dicen de frontera, enmarcado en un territorio sin ley, o, lo que es lo mismo, donde impera la ley de la naturaleza, en el que no cabe la compasión ni la debilidad, donde los ataques preventivos son la mejor defensa, y en el que será mejor que siempre seas consciente de quién tienes a la espalda. Es un libro sobre el fatalismo, sobre ese irremediable y fatal desenlace que causa la coincidencia de un temperamento incendiario, unas condiciones adversas y la mala suerte y del que no se puede escapar.

En la primera parte, el primer libro de la trilogía, nos enfrentamos a la historia de unos hombres y mujeres en un entorno hostil, donde la vida está siempre amenazada por la dureza del territorio y por los hombres que lo habitan y donde la mera supervivencia es ya un éxito. La violencia es casi un personaje más del libro. Violencia de la naturaleza contra los hombres y de los hombres contra la naturaleza; violencia de unos hombres contra otros y violencia de los hombres contra ellos mismos.

"No hables de lo que hiceron esos espantosos hombres. Habla de lo que hicieron esos hombres."

El libro empieza con el linchamiento de E.J. Watson por sus propios vecinos, y son estos los que nos van contando las impresiones que tal personaje dejó en ellos. Por ponerle un pero a la novela, y esto es algo que comenta el mismo traductor, no se diferencian mucho las voces de todos estos personajes, lo que es posible que en la edición original no ocurra. A medida que leemos, la imagen que nos vamos haciendo de E. J. Watson es fragmentaria, mezcla de realidad y mito, de grandes virtudes y terribles defectos. Una imagen oscura a la que se van dirigiendo focos de luz que no siempre alcanzan el objetivo.

La segunda parte, narrada en tercera persona y de forma mucho más tradicional que la primera me gustó algo menos. Se podría decir que esta segunda parte es como una argamasa elaborada con el fin de tapar algunas de las griestas que quedaron abiertas en la primera parte y, al mismo tiempo, servir como base firme para construir la tercera.

Por fin, en la tercera parte, es el propio Watson el que nos cuenta su vida, lo que era el oeste americano (porque también es una novela del oeste, sobre todo esta tercera parte) y donde más hincapié se hace a la situación de los negros en USA entre finales del XIX y principios del XX. Todo es muy conocido claro, pero no deja de impactar cuando te lo cuenten con la crudeza y la maestría que se cuenta en esta novela.

Total y absolutamente recomendable... si no les asusta el kilo de páginas.

Escrita hace 10 años · 5 puntos con 5 votos · @Guille le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 10 años

Buena crítica, Guille. Me apunté el libro nada más subirlo tú. ¡A por otra Gran Novela Americana!

Por cierto que el autor, del que sólo he leído algunos cuentos, se ha muerto hace un mes, sin despertar ningún ruido mediático.

@Tharl hace 10 años

Empiezas con fuerza Guille… Bienvenido a la web.

Es la primera vez que oigo hablar de Matthiessen, pero leyendo tu reseña bien podría tratarse de Cormac McCarthy. ¿Es así? ¿tienen alguna relación?

Estoy un poco reacio hacia los tochos, pero me quedo con el nombre del autor, por si encuentro algo más accesible con lo que conocerle.

@Tharl hace 10 años

No sabía nada Faulkneriano. Gracias por la información. Es una pena, su muerte, por supuesto, y el poco eco que ha tenido esta novela en nuestro país.

Gracias Tharl.

No, no tiene nada que ver con McCarthy, más allá de ser los dos grandes escritores.

Seix Barral ha publicado también Far Tortuga, libro completamente distinto a este y que a mí se me hizo muy cuesta arriba, tanto que no alcancé a coronar la cima.

@Poverello hace 10 años

Yo también me acordé de McCarthy al leer la reseña, vaya, tanto de "Meridiano de sangre" por la confrontación naturaleza versus ser humano como en "Todos los hermosos caballos" por lo de lugares límites y fronterizos.

Buena reseña, Guille, y bienvenido a la web.

@Guille hace 10 años

Gracias Poverello.

Quizás exageré un poco al decir que no tienen nada que ver. Es verdad que también es literatura de frontera, con mucha violencia... sí, la temática puede recordar a esas obras que nombráis, pero el estilo (los estilos de las tres novelas que componen este libro) es muy distinto al de McCarthy. Y yo prefiero al Matthiessen de País de Sombras que a cualquiera de McCarthy, gustándome mucho también las obras de este autor.

@Faulkneriano hace 10 años

Por lo que recuerdo, Mathiessen es más experimental, más aficionado a las texturas un poco complejas y no tiene mucho que ver con el robusto clasicismo de McCarthy. No es que sea John Barth o Donald Barthelme, pero se les quiere parecer a ratos...

@Guille hace 10 años

Desde luego, su otra novela pulbicada por aquí, Far Tortuga, sí me pareció "rarita" pero esta trilogía no creo que pueda ser calificada de experimental. Quizás lo fuera en su tiempo y yo ahora soy incapaz de percibirlo, no sé.

@Faulkneriano hace 8 años

Ya está en casa. Lo que no había advertido hasta tenerlo en la mano es que pasa de las mil páginas. ¿y yo que me proponía descansar de tochos! Encima, tengo en la cola los diarios de Samuel Pepys y El obsceno pájaro de la noche, que no son precisamente ligeros En cuanto acabe algo de literatura fantástica que estoy picoteando, se acabaron las vacaciones lectoras. ¡Al tajo!

@Guille hace 8 años

Más que al Tajo, yo diría que a los Everglades, que no es ni siquiera un río (perdóname el chiste malo).

Que lo disfrutres.

@Faulkneriano hace 8 años

Te perdono el chiste, pero es mu malo. No sabía que la novela es en realidad una trilogía: por eso es tan larga, claro.

@Guille hace 8 años

Bueno, tu chiste no es mucho mejor.

@Faulkneriano hace 8 años

Un mes justo me ha llevado esta novela. Sin duda, voy a echar de menos a E.J. Watson.

Gracias mil, Guille, por el soplo. Lo menos que puedo decir es que es una obra apasionante.

@Guille hace 8 años

Sí que lo es, Faulkneriano.

Encantado de que lo hayas disfrutado tanto.

@Faulkneriano hace 6 años

Acabo de leer El hijo, de Philipp Meyer, que tiene muchos puntos de contacto con País de sombras: una saga familiar, una naturaleza inclemente (Texas en vez de Florida), una historia llena de sangre... Pero, mientras leía, no podía sacarme de la cabeza la maravilla de Matthiesen.. y debo decir que la novela de Meyer, a la que tanto bombo se ha dado, no resiste la comparación ni de lejos. Parece el producto de un aplicado alumno de taller literario, lleno de trucos elementales, y no la gran novela americana que pretende ser.

Está claro que las obras maestras son habas contadas, por mucho que se empeñe la crítica.

@Guille hace 6 años

Y esta es una de ellas, sin lugar a dudas.

Te agradezco el soplo de Meyer porque me interesaba la que citas y otra titulada El valle del oxido. Dada mi lista de deseos, por una vez, me alegro de no tener que aumentarla.

@arspr hace 5 años

Bueno, acabo de empezar la novela y me ha apetecido leer tu reseña. Y demonios, al 8% según mi e-Reader, coincido punto por punto contigo: la correlación con Stoner, (y también añadiría el no traducido The Book of Ebenezer Le Page), la extraña atracción de estas novelas "simplonas",... Coño, hasta en el "pero" que justo, justo iba añadir, de que sí que la plétora de personajes iniciales son casi el mismo en cuanto a estilo e indiferenciación...

Eso sí iba a hacer el comentario adicional de cómo demonios se traduce esta novela. Una de las cosas más deliciosas para mí, al menos de momento, es precisamente este inglés en jerga, de semianalfabeto, de las visiones de dichos personajes. Particularmente el capítulo del diario de la hija de E. J. Watson, me parece francamente brillante y endiabladamente imposible de traducir con sus miles de palabros lógicos en inglés pero que chirriarían en una traducción. No sé y como mero ejemplo: "rite" en vez de write (¿"escrivir" en la traducción?) o todas las de la famila fonética ("mite" por might, "nite" por night, etc.)

Esperemos que no decaiga...

@arspr hace 5 años

Ufff, pues creo que soy la voz discordante. Acabo de finalizar la segunda parte y dudo que continúe. Me está resultando un poco pesado y eso que empecé con muchas ganas.

Al final en la primera parte me ha acabado pesando demasiado esa mezcolanza entre todos los personajes (que me los ha borrado totalmente como seres independientes) y ciertas discontinuidades (como por ejemplo el salto temporal cuando E.J. Watson va a cierto juicio junto a su futuro capataz). Y en la segunda parte, esos mismos personajes ya me tenían totalmente perdido y sin identificación clara y meridiana de quién era quién y sobre todo por qué y cómo. Además esa reiteración de visitas de Lucius a Menganito en Allí-Perdido-En-El-Culo-De-Florida donde justo en ese momento y lugar, (vaya casualidad), se enlaza con encontrar a Zutanito que le da información clave sobre su padre me ha acabado de resultar algo más que cansino.

No sé, no sé. No es que me haya resultado insufrible ni mucho menos, pero tampoco me motiva para leer más. Si fuesen 100 páginas más, pues quizás, pero meterme todavía otras +400 (según conteo del eReader, que lo mismo da si son +300 o +500 equivalentes en papel), para al final acabar votando un 6 tampoco es que sea lo que más me apetezca en estos momentos. Aunque a lo mejor dentro de un tiempo vuelva a él para rematarlo.