EL KILIMANJARO por Tharl

Portada de LAS NIEVES DEL KILIMANJARO

El Kilimanjaro es una montaña cubierta de nieve de 5.963 metros de altura, y se dice que es la montaña más alta de África. Su cima occidental se denomina la Ngàje Ngài -la casa de Dios- masai. Cerca de la cima occidental se encuentra el cadáver de un leopardo reseco y congelado. Nadie ha conseguido explicar qué buscaba el leopardo en aquellas alturas.


Dos guerras mundiales, una guerra civil, varios sanfermines, innumerables corridas, cazas, pescas; cuatro esposas, cuántas mujeres… ¿Qué buscaba Hemingway?

“Las nieves del Kilimanjaro” es el relato de un hombre, Harry, enfrentado a la certeza de la muerte por un torpe accidente al pie del Kilimanjaro. Como si de un Iván Ilich contemporáneo se tratara, Harry pasa revista a su vida, sus aventuras, sus amores y los remansos violentamente líricos, y se contempla a sí mismo. ¿Qué has hecho con todo esto?, con tu talento, con toda la vida, las experiencias, los cambios que has presenciado… Nada.

Lo inmediato es culpar a su mujer, icono del confort, con quien se casó por indolencia. Preguntadle a Ivan Ilich, a Tolstoi. Pero Harry sabe. Sabe que ella no merece las culpas, que fue su decisión renunciar, comenzar a mentir -es más cómodo, más eficaz-, casarse con ella aun sin amarla. Al fin y al cabo a su mujer, hermosa, audaz, buena compañera de borrachera y mejor amante, a ella, atenta, que le ama, ¿qué puede reprocharla? Fue decisión propia vencerse a la indolencia, engañarse, fingirse diferente -un espía en la burguesía-, para no afrontar la realidad: los cuadernos en blanco, la máquina oxidada; y ahora quieres escribir, pero te mueres, y ya no duele y cabrea, y aburre, aburre sentir los buitres y las hienas y que la muerte no llega, la última experiencia que te falta y también la vas a joder, como todo, como todo lo que se prolonga demasiado. Hasta que llega. En forma de mujer. Dile que se aleje. Tienes el aliento apestoso. Hedionda caverna.

¿Qué andabas buscando, Hemingway, en este cuento contenedor de mil embriones por relatar? ¿Recuperar los cuentos perdidos por tu primera esposa en la estación? ¿Un simple despliegue de tu estilo vigoroso y preciso, de tu portentosa habilidad en los diálogos? ¿Un testamento, una disculpa, una reflexión por lo que dejas sin escribir?


Hemingway, lo que buscaba era morir en la cima nevada del Kilimanjaro.

Escrita hace 10 años · 5 puntos con 3 votos · @Tharl le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Poverello hace 10 años

Hablando por otros lares de la web de Hemingway el sobrevalorado, je... Como sólo he leído El viejo y el mar hago mutis por el foro, y que ciertamente no es de los que más me atrae, no como Steinbeck, pongamos por caso.

@lucero hace 10 años

Buena calificación le pusiste, y te motivó una reseña hermosa, breve y dolida. Da gusto leerte, si Hemingway te provoca así....sigue con toda su obra!!!

@Tharl hace 10 años

Me gustó mucho el cuento. Es el mejor de los que llevo leídos de Hemingway. Solo “La breve vida feliz de Francis Macomber” está a su altura. Me gusta Hemingway, aunque me sorprende lo irregular que puede llegar a ser. Tan pronto te escribe dos obras maestras como esas dos, o algún relato de no más de 4 páginas de una poética intensidad como “El viejo en el puente”, “Campamento indio” o “Allá en Michigan”, como escribe un cuento ligeramente fallido como “El vendaval de tres días”.
No destronará a Chéjov en mi estantería, pero me está gustando mucho Hemingway. Me alegra haber comenzado por sus cuentos.

@lucero hace 10 años

Por lo que sé, opiniones que leo y escucho y muy diversas , es muy bueno en los cuentos, que no en las novelas, que se ponen tediosas. En otra conversación conté lo que me costó terminar Por quién doblan las campanas..
Buscaré los cuentos entonces.
Saludos, escritor....