CYRANO DE BERGERAC por Shorby

Portada de CYRANO DE BERGERAC

Hoy vengo con uno de mis libros favoritos, de esos que leo, releo y no me canso: Cyrano de Bergerac.

Cyrano es uno de esos personajes que nos ha dado la literatura (y la historia, pues vivió allá por el s. XVII y falleció en 1655 con sólo 36 añitos) de los que te enamoras al instante, ya que tiene un carisma arrollador y una personalidad imponente.
Es poseedor de una peculiar nariz y todo un virtuoso de la espada, pero más aún de la lengua, pues tiene una capacidad para hilar versos que deja con la boca abierta a más de uno… y de dos.
Está enamorado de su prima Roxana, que a su vez cae prendida de Christian, un cadete un tanto pavisoso… y es debido a esto que pacta con Cyrano. Nuestro protagonista le hace un favor al joven, escribiendo preciosas cartas de amor para la chica, a la vez que se traga sus sentimientos sin hacer partícipe a nadie de ellos.

Un clásico que debería leer todo el mundo, aunque no guste el teatro o el género romántico, pues es también una novela que hace escapar más de una sonrisa, una historia de aventuras, de duelos que terminan con sangre derramada, de damiselas tontorronas que esperan ser seducidas en balcones. Pero a la vez es una historia muy tierna

Como he dicho, uno de mis personajes de novela favoritos, pues aunque es violento y temido, también –aún con sus complejos- sabe reírse de sí mismo y sus defectos; de hecho podría elegir diferentes párrafos, donde él mismo se ríe de su nariz, que no tienen desperdicio.

En general me gusta leer teatro, hay obras que son auténticas joyas, e incluso –confieeeso- a veces me entretengo en recitar alguno de los versos en voz alta. Este libro es de esos.
Sobra decir que lo recomiendo.

Sí, también hago lo mismo con las adaptaciones cinematográficas: hay una de 1925, dirigida por Augusto Genina; otra de 1950, de Michael Gordon (esta la he visto y me gusta bastante); la de 1990, más conocida imagino, de Jean-Paul Rappeneau (mi preferida, me encanta Depardieu en el papel); y por último la del 2009, llevada a la pequeña pantalla por Matthew Diamond.

Escrita hace 11 años · 4 puntos con 3 votos · @Shorby le ha puesto un 10 ·

Comentarios

@Poverello hace 11 años

Cyrano es una maravillosa historia sobre el amor desinteresado que sólo goza con la felicidad del ser amado sin pensar siquiera en uno mismo, aunque todo sea debido a la poca honra que uno crea merecer. Hace muy poco comentábamos acerca de ello en la reseña de 'Carta de una desconocida'. Para mí, el amor de Cyrano hacia su inalcanzable Roxana es lo más puro que pueda existir, pues aún a punto de morir en sus brazos suelta una de las más grandes y hermosas mentiras de la historia del teatro: 'No, amor mío, jamás os he amado'.

Puff. Esta última escena de la obra es magistral en la versión de Rappeneau (la que más me gusta, como a ti, Shorby, a pesar de que igualmente disfruté mucho con la de Gordon con Ferrer). Cuando Cyrano se levanta, en su delirio, comienza a luchar con los árboles, como Don Quijote con los molinos. Cyrano es un héroe loco, de amor, de entrega, de aquello que es lo único que nunca llega a perder: su orgullo, y no el ególatra revestido de vanidad, sino el de la dignidad que se entrega hasta el último suspiro.

@Shorby hace 11 años

"aún a punto de morir en sus brazos suelta una de las más grandes y hermosas mentiras de la historia del teatro: 'No, amor mío, jamás os he amado'"

Totalmente de acuerdo =)