EXTRAÑA BIOGRAFÍA DE UN PERSONAJE ENIGMÁTICO Y COMPLEJO por EKELEDUDU

Portada de CAGLIOSTRO. ¿ALQUIMISTA, INICIADO O VULGAR IMPOSTOR?

Algunas biografías, lejos de echar realmente luz sobre el carácter del personaje del que se ocupan, crean todavía más polémica en torno a su figura de la que ya había, y eso sin que necesariamente sea culpa del autor: ahí tenemos como ejemplo EL REY DAVID, de Steven L. McKenzie, que ya hemos comentado, y que de un modo curioso abordaba la biografía de un monarca de cuya existencia existen algunos indicios, sin pruebas arqueológicas referentes a hechos concretos de su reinado. Parienta de dicha biografía bien podría ser esta otra en la que Michael Harrison se atreve a vérselas con otra figura de difícil aproximación, el Conde Alessandro di Cagliostro. A diferencia del Rey David, que podría ser un personaje ficticio aunque la mayoría de los historiadores no lo crean así, no cabe la menor duda de que Cagliostro fue un personaje real, que vivió en la Europa del siglo XVIII. Y podríamos decir que es casi lo único fehaciente que puede afirmarse sobre él. Se acepta comúnmente, pero no unánimemente, que en un principio se llamaba Giuseppe Balsamo y que había nacido en Palermo, Italia. Harrison resulta convincente cuando intenta demostrar que, en efecto, Balsamo y Cagliostro son una misma y única persona. Ahora bien, Balsamo fue famoso sólo porque lo fue Cagliostro y porque se supone que éste fue un alias del primero. ¿Y por qué fue famoso Cagliostro? Pues ahí está: es difícil decirlo. Tal como se dice desde el título del libro, pudo haber sido un charlatán extremadamente astuto y audaz, un sincero creyente en la alquimia, la masonería y el ocultismo en general, un idealista o todo ello junto. En su tiempo, y quizás también ahora, sus defensores sostenían que casi no había cosa que este hombre no pudiera hacer: transformar el plomo en oro, lograr curaciones extraordinarias, predecir el futuro... Pero tuvo tantos detractores como partidarios, y decididamente ningún biógrafo contemporáneo imparcial. Nos legó una autobiografía, pero de más está decir que si era un farsante, poco peso podrá tener lo que diga, aunque no todos los datos que consigne sean inventados. Y además, por mucho que se lo defienda, lo innegable es que era vanidoso y, como tal, dado a la exageración. Hacia el fin de su carrera, fue interrogado por la Inquisición, y de esos interrogatorios se conservan los registros; pero tampoco resultan totalmente fiables, puesto que aquella siniestra institución, más que de llegar a la verdad, se ocupaba de hallar culpables, y si Cagliostro había caído en sus garras, pocas posibilidades habría tenido de salir bien librado incluso si su moral hubiese sido digna de un santo. En resumen, no importa a qué fuente se recurra, hay que tomar con pinzas la información que nos dé, como Harrison mismo expone en algún momento de esta obra.

Algo que me resulta difícil de conciliar con el carácter de ensayo serio de esta biografía es el hecho de que su autor crea sinceramente en la clarividencia y lo paranormal. Por otra parte, he de ser justo y humilde y admitir que el hecho de que YO no crea, no significa necesariamente que estas cosas no existan, tal y como EL afirma. Así y todo, como es de público conocimiento que, en el mejor de los casos, Cagliostro tuvo un flanco bribonesco (que Harrison no niega ni por un segundo) cuando el autor relaciona por primera vez al personaje con lo paranormal,, el pensamiento que sobrevien, al principio, es que el autor es un tonto crédulo, y que se hubiera dejado embaucar miserablemente por el biografiado, de haberlo conocido personalmente. Pero también aquí hay un problema; cuanto más se avanza en la lectura, más se desvanece esa impresión inicial, hasta que termina asemejándose a Wade Davis, quien en LA SERPIENTE Y EL ARCO IRIS decía haber visto cosas increíbles al investigar el vudú haitiano, pero cuyo estilo exento de sensacionalismo hacía pensar que no inventaba ni exageraba, sino que hablaba de cosas reales cuya naturaleza ni el mismo entendía bien. Y yo quisiera contar con más información concreta acerca del propio Harrison, pero no la he encontrado; por lo que debo conformarme con la imagen que da de sí mismo en su rol de biógrafo. Salvo por el tema paranormal, sobre el que por otra parte no hace desmedido hincapié, la calidad de este trabajo no me merece reproches y parece muy profesional, así que tendré que aceptar, tal como afirma, que Cagliostro, al margen de su charlatanería poseía algún poder psíquico en grado indeterminado, tanto más cuanto que los episodios que durante la estancia del Conde en Inglaterra lo tuvieron como víctima de otros bribones bastante menos simpáticos que él, no resultan fácilmente explicables de otro modo, y tal como los cuenta el autor, por otra parte tampoco suenan a ficción.

En resumen: ¿qué decir de este libro?... Harrison coteja sus conclusiones con las de otros autores, y temo que leyendo todas las biografías que existan sobre Cagliostro (hombre complejo si los hubo), jamás podremos estar seguros de que alguna de ellas se acerque con veracidad al personaje. No obstante, ¿quiere un libro ameno, con chispazos de humor y que lo fuerce a pensar, aunque más no sea para decidir por sí mismo de qué o quién habla realmente su autor? En ese caso no lo dude, helo aquí.

Escrita hace 12 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 10 ·

Comentarios