CÓMO CONOCÍ A OSCAR WILDE por _926_

Portada de EL FANTASMA DE CANTERVILLE

“El fantasma de Canterville” fue la primera obra de Oscar Wilde que yo leí, si exceptuamos el maravilloso prólogo de “El retrato de Dorian Gray” que debí de leer por lo menos treinta veces antes de atreverme con el libro. Ya había tenido algunas noticias de Oscar, por ejemplo cuando fui a ver aquella aberración de película que titularon -muy torpemente- del mismo modo que su única novela, o cuando apareció en forma de fantasma en cierto capítulo de The Simpsons. Ni yo mismo sé por qué elegí “El fantasma de Canterville” entre los muchos títulos que había en el estante de la librería. Quizás me llamó la atención la ilustración de la portada, “La ejecución de Lady Jane” de Paul Delaroche. El caso es que acabé por elegir ese, y no me arrepiento lo más mínimo. Desde el primer momento me pareció la sátira más ingeniosa que había leído. Con frases como “La única diferencia entre ingleses y americanos es el idioma” Wilde desata todo su potencial satírico, confrontando dos épocas y dos formas de entender la vida muy distintas, utilizando como símbolos al propio fantasma y a la familia Otis. Mientras que el fantasma, un barón inglés del siglo XVI que había asesinado a su esposa, representa la espiritualidad, la muerte y la oscuridad propias de otra edad, los Otis son el progreso, el materialismo y la practicidad americanas de finales de siglo XIX. Oscar lo ilustra a la maravilla a través de las múltiples situaciones que se desarrollan a lo largo del cuento, como por ejemplo cuando los Otis tratan de engrasar las cadenas del fantasma, porque este camina por toda la casa arrastrando su chirrido, o cuando tratan de quitar la mancha de sangre del comedor con un quitamanchas especial, obligando al pobre fantasma a volver a pintarla cada día. Porque los Otis no solo no le tienen miedo, sino que además se burlan del fantasma, y no aprecian en absoluto los tremendos esfuerzos que este hace por asustarlos. La única excepción es la joven hija de Otis, que se apiada de él, y finalmente, en un final muy a lo “Una casa de Granadas”, lo ayuda a reconciliarse con la muerte y a encontrar en esta el descanso eterno.
Un precioso y graciosísimo cuento de Oscar, gracias al cual me enamoré de él para siempre. Luego vendrían títulos como “El retrato de Dorian Gray”, “La importancia de llamarse Ernesto” o “El abanico de Lady Windermere”, y todos me parecieron absolutamente legen… darios.

Escrita hace 12 años · 3.2 puntos con 5 votos · @_926_ no lo ha votado ·

Comentarios

@_567_ hace 12 años

También fue mi primer contacto con Wilde, la recuerdo como una historieta muy agradable y divertida. Puede que la presencia de los niños Otis le otorgara cierta etiqueta de "Para todos los públicos" que no se corresponde del todo con la realidad, lo cual me parece fenomenal porque incita a seguir descubriendo a su autor precisamente a la gente más joven. Una apuesta segura por cierto.
No he visto esta última versión de "El retrato de Dorian Gray", ni pienso hacerlo, pero aprovecho para recomendar la versión antigua de Albert Lewin (1945) para quien pueda interesar. Una impresionante adaptación al cine de una de las mejores novelas de la historia de la literatura. Saludos.

@Poverello hace 12 años

También fue mi primer acercamiento a la obra de Wilde, y la interpretación de Sir Laughton como fantasma no desmerece en absoluto.
Como bien dice Krust, la versión de Lewin es muy interesante, lo que sucede es que nada puede hacerle justicia a Wilde, y menos aún a Lord Henry, que parece tener vida propia externa a su autor. Y mira que Archibaldo, en La importancia de llamarse Ernesto, también se luce...

Saludos fantasmagóricos.

@BriGid hace 12 años

No fué mi primer acercamiento a Wilde fué el segundo pero aún así no me decepcionó en absoluto, es más me lo pasé en grande leyendole en esta novela. Aunque debo decir que con "el retrato de Dorian Gray" disfruté muchísimo más.

@Tharl hace 11 años

Pues también fue mi primer acercamiento, tendría yo 13 años (2º o 3º de la ESO) cuando me obligaron a leerlo, y no, en mi caso no fue tan bien recibido.
Años después leí EL RETRATO DE DORIAN GRAY, tras releerme 20 veces el magnífico prefacio -en inglés y español, algo que no he vuelto a repetir con ningún texto- y aunque el resto de la obra no está a la misma altura es formidable.
Ahora, tras haberme leído los cuentos completos puedo decir que en mi opinión EL RETRATO DE DORIAN GRAY... no muestra toda la ideosincracia del autor, y EL FANTASMA DE CANTERVILLE, no es uno de susmejores y más redondos cuentos. Pero Oscar, sí es uno de las personalidades más interesantes de la Historia de la Litertura, y sin duda uno de sus mejores autores.
*por supuesto, esto no quita que EL FANTASMA DE... y EL RETRATO DE... estén DE... puta madre.

@Tharl hace 11 años

Repito el comentario tras haber visto las faltas de ortorafía:

Pues también fue mi primer acercamiento, tendría yo 13 años (2º o 3º de la ESO) cuando me obligaron a leerlo, y no, en mi caso no fue tan bien recibido.
Años después leí EL RETRATO DE DORIAN GRAY, tras releerme 20 veces, yo también, el magnífico prefacio -en inglés y español, algo que no he vuelto a repetir con ningún texto- y aunque el resto de la obra no está a la misma altura, es formidable.
Ahora, tras haberme leído los Cuentos Completos puedo decir que en mi opinión EL RETRATO DE DORIAN GRAY... no muestra toda la idiosincrasia del autor, y EL FANTASMA DE CANTERVILLE, no es –en mi opinión- uno de sus mejores y más redondos cuentos. Pero, eso sí, Oscar, sí es uno de las personalidades más interesantes de la Historia de la Literatura, y sin duda uno de sus mejores autores.
*por supuesto, esto no quita que EL FANTASMA DE... y EL RETRATO DE... estén DE... puta madre.