MUERTE DEL JUEZ por lucero

Portada de LA HIJA DEL OPTIMISTA

Eudora Welty pertenece a una generación de lujo de escritores norteamericanos : W.Faulkner, Truman Capote, Carson McCullers, K. Ann Porter (quien fuera su mentora, T.Williams, Flannery O´Connor. Se ganó en vida (murió a los 92 en 2001) un lugar en la pléyade literaria mundial. Pero en la Argentina, yo no la había oído nombrar. Llegué a ella por una ficha creada en SdL
La hija del optimista obtuvo el premio Pulitzer y cuenta los hechos desde que el septuagenario juez McKelva decide operarse de una afección a la vista. Está casado en segundas nupcias con Fay, una mujer de alrededor de los cuarenta años.
Laurel, la hija, que reside habitualmente en Chicago es fruto del primer matrimonio del juez. Su madre murió hace más de 10 años de una penosa enfermedad. Laurel viaja para acompañar a su padre en este trance.
Desde que sale de la cirugía el juez entra en un estado de silencio pocas veces interrumpido, no debe moverse, tiene tapados los ojos, casi ni habla. Laurel trata de complacerlo leyéndole libros que han compartido en la infancia de ésta, consulta con el médico, que no da precisiones, ni diagnóstico. El juez se va lentamente, en una nebulosa ausente y ciega. La hija está a su lado día tras día viendo como su jovial padre se pierde en una convalecencia que más se parece a una agonía encubierta. Se turnan con la esposa en el cuidado, además de la presencia de una enfermera.
Las relaciones entre Laurel y Fay son tensas, aunque la hija las ha mantenido en un marco de respeto, aún sin entender la elección de su padre.
El juez muere. Laurel emprende el retorno al hogar familiar para los funerales. A partir de este momento de la narración es que se desenvuelve la riqueza literaria de esta novela corta.
Maravillosa pintura social de primera mitad de siglo XX en Mississipi : con agudo humor, Eudora Welty dibuja los personajes de esta familia, los vecinos de toda la vida, las amigas de la madre de Laurel, los familiares de la esposa reciente, el encargado de la funeraria…delicioso.
Enterrar a un padre supone iniciar una revisión forzosa e involuntaria de la historia vivencial y emocional. Hay unos pasajes muy hermosos que se refieren a la vida “allá arriba”, en la casa de los abuelos de Laurel, en los que la autora incorpora detalles autobiográficos.
Mientras revisa tristemente el cuarto de costura de su madre, un pájaro intruso se estrella en la puerta de la alcoba de sus padres. Inmensa alegoría : una puerta cerrada, un pájarito lleno de hollín que acaba muerto . Todo es muerte en la vida de Laurel, soledad en su viudez, una casa que ya no es la suya, como tampoco lo son los recuerdos, que ya parten raudos al pasado. Un avión que sale y que la lleva al presente. En Mississipi, en la que ERA la casa de sus padres ya no hay lugar para ella.
Sin dramatismo. Sin desgarros.En ello registra su sello E.Welty. Contar tanta tristeza y soledad en un tono realista, que transmite la impotencia, el enojo y la sensación de abandono de la hija sin caer en excesos . Realismo real, si vale la redundancia. La autora fotografía el momento de la vida de Laurel, que prima facie parece pasivo, inerte. Pues no. Procesa no sólo el duelo de su padre, sino el de su madre y el de su esposo también.
A cada muerto le acompaña un objeto que lo resignifica : al juez, el reloj. A la madre una piedrita en forma de barco y al esposo muerto, una tabla de cocina. Objetos que son contaminados por el uso o desuso que les da Fay.
Hay mucho más para decir. Espero que otro la lea y la seguimos. Por hora sólo el pionero, Faulkneriano.
Novela corta, simple y compleja a la vez. Una auténtica joyita.

Escrita hace 12 años · 4.2 puntos con 5 votos · @lucero le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 12 años

Preciosa crítica para una preciosa (y muy precisa) novela. Muy detallista (la crítica). Me gusta: el diablo está en los detalles, como saben muy bien los buenos escritores.

Los cuentos de esta mujer (menos conocida en España que otras escritoras "sureñas" como Flannery O'Connor o Carson MacCullers) son una verdadera maravilla. Y su novela Boda en el Delta era muy apreciada por Faulkner, que no se cansaba de recomendarla.

@lucero hace 12 años

Gracias, me alegra que compartas mi visión, ya que aún no hay más lectores de esta escritora. Pongo Boda en el Delta en mi Wishlist.

@_567_ hace 12 años

Yo tampoco conocía a esta autora, supongo que, como comenta Faulk, porque no tuvo mucha repercusión fuera de la escena de su país. Nunca es tarde si la dicha es buena, dicen...
Parece, a simple vista, que se trata de una novela coral con rasgos tragicómicos (el optimista del título de Welty, aunque intuyo que lo dramático acabe imponiéndose según cuenta la trama), lo cual no deja de sorprenderme tratándose de una obra de corta extensión, a priori aparecen demasiados personajes, ¿no?. Esto suele ser un arma de doble filo, pero me apetece descubrirlo por otras referencias que se citan en la reseña: McCullers siempre me ha gustado mucho, además, y sin que sirva de precedente para otros "trofeos artísticos", suelo fiarme bastante de los premios Pulitzer...

Vaya, que ya me habéis liao!

@Faulkneriano hace 12 años

A mí también me gusta mucho McCullers, Krust, y me apunto la autobiografia que acabas de subir, aunque, como puedes suponer no estoy muy de acuerdo con Graham Greene cuando dice, citando la sinopsis de la ficha:

«Prefiero Carson McCullers a William Faulkner porque escribe de modo más claro; la prefiero a D. H. Lawrence porque no tiene mensaje».

A mí Lawrence me da igual, pero con "mi" sureño que no se meta nadie; ni Greene, al que admiro mucho, por otro lado. Aunque, en el fondo, entiendo muy bien por qué lo dice.

@_567_ hace 12 años

Sí, me parece una sentencia muy atrevida por parte de Greene, que no es de mis favoritos, de McCullers he leído sus dos primeras novelas, que si no me equivoco escribió casi seguidas con 23 años, y me gustaron mucho. Una prosa muy particular la suya. El libro lo vi en una recopilación de recomendaciones para el Día del Libro, sección biografías-memorias en un periódico, y decidí subirla para completar (creo) toda la bibliografía de McCullers. Puede ser una lectura muy interesante, sí...
Eudora vivió para contarlo, el Siglo XX, el sur de los EEUU, lamentablemente Carson se fue demasiado pronto...

@lucero hace 12 años

Se llama La hija del optimista, porque el juez era muy alegre, y cuando se desarrollaba la enfermedad de su esposa, la madre de Laurel, siempre creía que iba a mejorar..
No son muchos personajes principales : el juez, Laurel y Fay, pero los personajes secundarios ayudan a configurar el pasado, a llenar baches de memoria, dar colorido sureño a la novela y definir los espacios.

@Poverello hace 11 años

Emotivo relato, hasta el éxtasis, lucero.

Nada que añadir a tu reseña y a los comentarios. Qué encanto Laurel. Su periplo por la casa, por las habitaciones es belleza pura. El diálogo de sordos con Fay sobre la tabla de pan y su profundo significado indescriptibles. "El recuerdo no será nunca insensible (...) Pero del mismo modo que es vulnerable en el presente, también vive en nosotros, y mientras vive (...) podremos honrarlo y darle el trato que merece".

Gratísimo descubrimiento.

@lucero hace 11 años

Me alegra que te haya gustado. Welty logra una novela realista con encanto. No ahorra dramatismo y consigue con economía de recursos pintar la soledad y el exilio que Laurel siente en esa casa, en esa historia familiar. Y lo consigue filtrándose en el lector a través de un fino humor.
No consigo Boda en el delta. Saludos Pove