EL SENTIDO DE...QUÉ? por lucero

Portada de LA MUERTE DE IVAN ILICH. HADYI MURAD

Ivan Ilich es unI burócrata ruso, exitoso, que vive algo por encima de sus posibilidades materiales, con una esposa apropiada socialmente y dos hijos. Cultiva amistades, juega a las cartas y es valorado por pares y subordinados.
Tolstoi dedica muchas páginas a la personalidad de I.I., precisa pintura de carácter, no sólo de él sino de la Rusia zarista. Es abundante, aclara cada rasgo de la historia, pero sin ser excesivo. Cada detalle, tanto si es un cortinado como la apariencia física, configuran aspectos imprescindibles que van a caer con plomizo peso cuando I.I. enferme.
Comienza un proceso ineludible de agravamiento de la salud física de I.I., las consultas a los médicos, las dudas, la incertidumbre…y el avance lento y dramático de la noción de la propia mortalidad.
¿ Quién al estar enfermo no se siente fuera de la vida, olvidado por la ventura?¿ Quién no alcanza en esos momentos la certeza existencial de la soledad?
Tolstoi nos cuenta la vida a través del proceso consciente de morir, la averiguación espiritual del verdadero sentido de lo que hacemos, lo que construimos y lo que verdaderamente somos.
Es un crudo descenso a la interioridad de quien se muere y lo sabe. Está solo y molesta. No hay cercanía, ni acompañamiento, menos amor. Es un estorbo maloliente que hay que arrinconar y encima malogra planes de boda de la hija, los médicos lo tratan con inhumana displicencia, la esposa le recrimina que sus males son por no hacer caso de las indicaciones.
Sufre. Su cuerpo duele y su espíritu grita.
Tolstoi alivia al solidario lector proveyendo a I.I. del auxilio de un asistente, un criado analfabeto, que lo ayuda, levanta sus piernas, lo baña, pasa las noches con él. Alguien a quien en circunstancias de salud no hubiera visto. Su hijo se acerca sin lograr comunicarse , y sufre, también en soledad.
Muere.
Sus subordinados especulan quién se quedará con su puesto. Su viuda se preocupa por sus ingresos y reclama las tres noches finales que I.I. gritó su desesperación.

El lector se integra a la historia y esper alguna redención. No hay redención. Es realismo puro.
Tolstoi.

Escrita hace 12 años · 4.4 puntos con 9 votos · @lucero le ha puesto un 10 ·

Comentarios

@FAUSTO hace 12 años

Una buena y adecuada exposición, lucero.
Iván pagó un precio muy alto para descubrir una realidad innegable, angustiosa y cruel: el descubrimiento del sentido verdadero de la vida, que deja al descubierto la hipocresía y la vanidad, tanto de sus seres queridos como de la sociedad. El protagonista se quitó la venda de los ojos de una forma muy dolorosa y, lo peor de todo, lo hizo muy tarde.

Es uno de esos relatos cortos (pequeñas joyas literarias) que cuando nos topamos con ellas marcan, dejan su estigma para siempre. Historias breves pero intensas y profundas, donde es imposible decir más con menos. Me encantan estas narraciones escuetas y sencillas pero con un cariz íntimo y reflexivo, que suscitan la meditación y la interpretación del lector.
Este “librito” pertenece a un exclusivo club selectivo de perlas, que entre mi repertorio propio y particular puedo citar: “La metamorfosis”, “El extranjero”, “Bartleby, el escribiente”, “De ratones y hombres”, etc. Como dice el refrán: “La esencia se guarda en frascos pequeños”.

Y aunque no fue mi caso, esta lectura es ideal para empezar con la obra de este excelente escritor, que además puede servir, para aquellos lectores dubitativos, de estimulo para afrontar los “mamotretos” de “Ana Karenina” y “Guerra y paz”, donde es especialmente recomendable la primera novela.

@sedacala hace 12 años

Me ha gustado tu reseña Lucero, es útil, en cuanto que es informativa, y está escrita intentando trasladar al lector de la reseña, lo que ha sentido el lector del libro.

@lucero hace 12 años

Es verdad,@ sedacala, recién me doy cuenta de ello. Creo que me involucré tanto como lectora, ya con el sufriente protagonista, como en los desaprensivos familiares y médicos, que hasta, ingenuamente, esperaba un desenlace feliz ???¿¿¿¿¿!!!! ....con Tolstoi!!!
Cuando se lee y nos gusta, podemos sentir placer por el argumento, la textura narrativa, los personajes. Con Tolstoi disfruto de la lectura como acto integral. Me da placer el recorrido por sus frases, el tiempo que le da a la obra, ya un cuento largo como éste o un novelón como Ana Karenina.
Gracias y saludos