A FLAUBERT, A GAUTIER, A AQUELLOS FANTÁSTICOS REINVENTORES DEL ORIENTE por nikkus2008

Portada de SALAMBÓ
El autor de esta reseña ha idicado que contiene spoiler, mostrar contenido.

En el apéndice de mi edición de Salambó hay dos cartas como respuestas de Flaubert hacia dos críticas negativas efectuadas por un tal M. Froehner y la otra por el prestigioso y respetado Sainte-Beuve, escritor y crítico de arte; ambas críticas, soslayando la perfección absoluta del estilo y la prosa brillante de Flaubert, apuntan vil y estúpidamente a correcciones menores, como supuestos anacronismos, determinadas exageraciones, fallos graves en la utilización de nombres de dioses, lugares, personas.

Bien, todo esto me parece a mi una verdadera injusticia y una imbecilidad. Injusticia sobre todo por eludir los esfuerzos del autor para recrear un mundo extinguido, del cuál sólo se ha valido de fragmentos de historiadores, cuyos datos sean posiblemente tan falsos y equívocos como los de Flaubert, en todo caso, ¿quién puede saberlo?.

Imbecilidad porque yo he disfrutado bestialmente de esta novela y lamento que no hayan podido ellos, tan pendientes del error nimio estaban. Si es una novela histórica, no me importa. Si es ficción, no me importa. Por mi, pueden ser las guerras púnicas un invento de Flaubert, que no hace la diferencia. Amilcar, Espendio, Matho, Salambó, Narr´Havas, Hannón son geniales. Uno de ellos es ficticio. Si tomamos este primer indicio y partimos de esta simple base, ya la crítica tendría que quedar nula, al menos en este punto. El libro se titula "Salambó". Tengo entendido que Salambó no ha existido más que en la fértil imaginación del estilista más condenadamente obsesivo que haya existido jamás. Me pregunto entonces, como hombres tanto más inteligentes que yo, tanto más leídos y cultos, no han podido sacar esta simple conclusión y haber disfrutado de la rebosante, apabullante, colorida y brutal obra de Flaubert.

La novela tiene la exactitud descriptiva de una pintura o una fotografía. Toda la extravagante magnificencia del oriente emerge como una luminaria desde la ubérrima mente del francés y es registrada palmo a palmo.

Comienza con el festín de los bárbaros en los jardines de Amílcar. Se celebra la batalla de Eryx. Luego, como Cartago no puede pagar a los mercenarios, quiénes habían peleado contra Roma, comienzan las rebeliones y los destrozos. Asesinan a los elefantes, animales sagrados y respetados en Cartago. Matan cruelmente a los maravillosos peces de Salambó. Salambó se asoma por la terraza. Matho ve a Salambó y se enamora de ella inmediatamente. Más tarde se liberan a los esclavos de la ergástula. Entre ellos está Espendio, quién será esclavo de Matho. Espendio, sin embargo, dirige en muchas ocasiones el rumbo de Matho, obnubilado por el amor de Salambó.

Espendio idea el robo del velo sagrado de Tanit, Diosa lunar, llamado Zaïmph o Zaimf, el cuál no puede ser visto por ojos humanos. Matho especula de esta manera con atraer hacia él a Salambó. A lo largo de la novela se suceden las batallas. Son estas de una crudeza y realismo terribles; existen crueldades insólitas y son muy vívidas y gráficas.

Flaubert demuestra, además, un conocimiento nato o un estudio exhaustivo de las estrategias de guerra. Gran parte de la novela trata sobre estratagemas bélicas notable y pacientemente descritas. Hay una enorme cantidad de líneas inolvidables, imperecederas, mágicas, soberbias. Se puede escuchar casi el choque de las cohortes, el estallido metálico de las espadas, el crujir de los huesos; la sangre, por momentos, pareciera salpicarnos en el rostro. Existe un refinamiento del dolor y la tortura como nunca antes había leído. Pero también se puede oler los pebeteros, donde arde el incienso, y observar la belleza de Salambó, e imaginar el esplendor del palacio, con sus pisos enarenados de polvo de oro y sus colgantes de púrpura y sus vasijas de oro con incrustaciones de pedrerías exóticas. Todo lo contiene esta novela. Es excesiva por donde se la analice.

Hay partes verdaderamente impresionantes. Las ejecuciones de los niños pequeños en sacrificio ofrecido a Moloch, Dios del fuego, son asquerosas y muy tristes. Moloch estaba construido en bronce y era calentado el metal hasta tomar la temperatura adecuada. Tenía los brazos abiertos y se depositaban allí a los niños, quiénes eras abrasados por el calor y consumidos luego en su vientre encendido.

Me ha conmovido particularmente el momento en que Amílcar Barca ve a sus elefantes mutilados, al principio de la novela, por los mercenarios. Uno de ellos se acerca y refriega, al reconocer a su amo, su muñón espantoso contra el cuerpo del sufete haciendo que este se emocione casi por única vez en toda la novela. Es una imagen realmente balsámica entre tanta violencia.

El final, con el suplicio de Matho frente al populacho, que le apedrea, le arranca jirones de piel, le clava las uñas en su carne, lo escupe y que al ver a Salambó pretende no morir, y recuerda y comprende que todo el sacrificio lo hizo por ella, es maravilloso. Por su parte Salambó muere también, en pleno festejo y unión con Narr´Havas antes de ser desposada por este. Salambó se desvanece al ver sufrir a Matho aunque ella no lo acepte. Flaubert explica su muerte por el velo del Tanit; yo creo que fue por Matho. Salambó murió de amor, y en su virginal inocencia, nunca lo pudo saber y confundió el amor con el odio.

Quería decir, por otra parte, que este es el único escritor capaz de multiplicarse. Me explico. Flaubert escribió “Madame Bovary”, y también escribió “Salambó” y “Memorias de un loco” y “Bibliomanía” y “Un alma sencilla”, y otras tantas obras, tan diversas entre si; no diversas en cuanto a la temática únicamente, sino al estilo narrativo empleado en cada una de ellas. No recuerdo alguien capaz de tamaña hazaña (horrible cacofonía). El Flaubert de "Madame Bovary" es preciso, lineal. En "Un alma sencilla" es melancólico, sensible y amable. En "Salambó" o en "Herodías" es perfecto, descriptivo, frío. En lo poco que llevo leído de "La tentación de San Antonio" es algo hermético, creo, más difícil.

Nadie ha podido ser distintos escritores, todos brillantes además, como Gustave Flaubert: Salambó es una cabal muestra de ello.

Escrita hace 12 años · 4.7 puntos con 3 votos · @nikkus2008 le ha puesto un 10 ·

Comentarios

@Faulkneriano hace 12 años

... Y todavía Flaubert escribiría Bouvard et Pecuchet, con un pie en el siglo XX, y la impresionante Educación sentimental. Tan distintas como dices, nikkus. Nada de aplicar fórmulas facilonas, no: cada empresa de Flaubert era un salto mortal sin red.

Buena reseña.

@nikkus2008 hace 12 años

El único que me queda por comprar es "Bouvard y Pecuchet" del que he leído críticas muy dispares; por supuesto es que le tengo fe ciega a este libro, porque hasta ahora jamás me ha defraudado este escritor. A "La educación sentimental" le tengo ganas hace rato, pero estoy con Las tentaciones de San Antonio, del cuál no encontré referencias ni críticas. Lo estoy empezando, veremos...
Y si, tal como decís Faulk, Flaubert se la jugó siempre; me hubiera gustado algún libro más ambientado en la antiguedad, para goce nuestro y para irritar a los críticos de la época. Gracias por tus palabras.

@_567_ hace 12 años

Ni puto caso al tal Saint-Beuve, el típico elemento que disfrutaba destrozando la reputación de grandes escritores como Balzac, Stendhal y ,sobre todo, sonadísimos en la época fueron sus ataques contra Baudelaire a raíz de la publicación de "Las flores del mal", demostrando aquello de, no recuerdo ahora quién dijo, que "detrás de cada crítico literario se esconde un escritor frustrado", o algo parecido. La historia se ha encargado de poner a cada uno en su lugar...
No sé si leeré algún día esta obra, pero no cabe duda de que suena más que interesante. Saludos.-

@Faulkneriano hace 12 años

¿Sabes, mi decadente amigo Nikkus, qué Viaje a Oriente, de los muchos con que nos regalaron los franceses del XIX, sería muy de tu gusto, si es que no lo has leído ya? El de Gerard de Nerval, el loco autor de Aurelia. Una verdadera delicia; aquí se publicó, en parte, en Siruela, pero debe ser difícil de encontrar. Más que nada, como decimos en España, para ponerte los dientes largos...

@nikkus2008 hace 12 años

Es cierto Krust, eso que detrás de cada crítico se esconde un escritor frsutrado; ignoro si Saint-Beuve es un escritor que me pueda gustar o no; tengo de él en mim biblioteca dos libros, uno llamado "Retratos contemporáneos" que trata sobre escritores, y el otro ya es una novela, creo, y se llama "Voluptuosidad". Desde ya me parece difícil, más que difícil que me guste a la altura (en caso de que me guste) de Baudelaire, Flaubert, Balzac y Stendhal. Y como bien decís, la historia premió a Flaubert y a Baudelaire y a Saint-Beuve sólo lo conocen algunos.
Y si, te pediría que leas este libro porque seguro te va a gustar; no es una obra fácil, para nada, pero allí reside su mérito.

Y querido Faulk, hace rato busco ese libro, pero es imposible conseguirlo, ni siquiera en IBERLIBRO que es tremenda y tiene de todo. Tengo el primer tomo de otro difícil, aunque no tanto, del "Viaje a oriente" de Lamartine, poeta excelente. Y El "Viaje a oriente" de Flaubert, que donde lo hojeo, al azar, me encanta. Ojalá pueda conseguir ese libro de Nerval; a propósito, en estos días subo un par de libros de él, que está olvidado en esta página. Y creo, que estaba loco en serio, si no me equivoco. Solo leí Sylvie de él. No la "cazé" Faulk: ¿Que quiere decir ponerte los dientes largos?

@Faulkneriano hace 12 años

Pues claro que estaba loco Nerval: de atar. Sólo hay que leerlo. Lo de los dientes largos, querido amigo ultramarino, tiene que ver con la envidia: hacer rabiar a alguien mostrándole o mencionándole alguna cosa inalcanzable. Y sí, el libro de Nerval debe ser difícil de adquirir: yo lo compré a comienzos de los años 90, creo recordar.

@nikkus2008 hace 12 años

Ajá, ¿es decir que me estás echando en cara que jamás podré conseguir ese libro eh? eso está muy mal querido Faulk, jejeje.
Veré, hasta ahora, todo lo "imposible" lo he conseguido a lo largo del tiempo. Espero que sea el caso, porque todo lo que tenga que ver con descripciones de lugares exóticos, selváticos, brumosos, u orientales, me vuelven loco.
Lo voy a conseguir vas a ver, y te voy a poner los dientes largos...
Ah, como puede ser me pregunto, que un ser humano (si es que no sos un extraterrestre) puede leer todos los días un libro, además de haber leído (sin contar los que no podemos subir por no tener isbn, o los que no subimos por fiaca nomás) el escaso número de dos mil doscientos y tantos libros. Explicación por favor. Si tuvieras 90 años lo podría entender, pero siendo joven es un número tremendo, en verdad.

@Faulkneriano hace 12 años

Soy un viejo extraterrestre.

@nikkus2008 hace 12 años

Ahhh, ya me parecía...

@FAUSTO hace 12 años

Se desveló el misterio de Faulkneriano. Había apostado que el secreto de sus dos mil y pico libros se debía a una naturaleza robótica, jeje.

Bueno, a lo que iba, muy buena reseña nikkus. Esta novela ha sido una lectura más o menos reciente, del verano pasado, y más que rebatir tus impresiones comento las mías. Coincido contigo en la gran belleza de las descripciones, tanto de lugares como de batallas, es un libro eminentemente descriptivo. La sensación que tuve era un poco extraña, fue que era un relato “desnivelado”, donde la forma y el fondo están descompensados. Es indudable la gran calidad y la maestría que hace gala Flaubert con su exuberante prosa, y esta minuciosidad, en mi opinión, desprestigia el argumento. Cuando la leí, me interesaba más como lo contaba que la acción histórica. Disfrutaba más con su lenguaje poético y párrafos tan bellos, que era una gozada leerlos, aunque la historia en sí misma no me llegaba a enganchar, pocas veces fue atrayente la trama. En fin, fue un caso curioso: el exterior muy superior al interior.

Y totalmente de acuerdo con tu último párrafo, hay “varios” Flaubert, su estilo es proteico según sea la obra. Esta versatilidad es evidente en las novelas que he leído, desde la excepcional “Madame Bovary”, la interesante “Memorias de un loco”, y la decepcionante “Bouvard y Pecuchet”; que espero tengas más suerte que yo cuando la leas.

Saludos.

@nikkus2008 hace 12 años

Hola Fausto, tenés razón con lo de Faulk, o era robot o era extraterrestre. O las dos cosas juntas mejor. Mirá, la última vez que me fijé, este tipo había votado 2230 libros; AHORA VA POR... 2456. ES UN ANIMAL, DE VERDAD.
Acerca de lo que comentás de esta novela, estoy de acuerdo en que la forma es superior al interior, pero es que todo no se puede; si Flaubert hubiera conseguido eso, sería el mejor escritor de la historia. Claro que el interés s centraba mucho más en disfrutar cada párrafo que en comprender la historia en su totalidad; hasta hay ciertos yerror, que por ser tan genial la "forma" no ensucia nada. Por ejemplo, cuando quedan los mercenarios encerrados en la montaña; ese es uno de los momentos más impresionantes de la novela. ¿Como no se les ocurrio hacer esas escaleras con picas y lanzas antes y así evitar tantas muertes?. Ahora bien, me estoy poniendo la ropa de Sainte-Beuve, jajaja. De todos modos, entiendo el comentario de tus impresiones sobre la lectura de Salambó. Y precisamente hay escritores cuyo estilo es fluído, lo cuál no quiere decir que esté mal, y no hay adorno, música, en su prosa y sin embargo enganchan hasta el final y con excelentes resultados. Bien Fausto, de esto se trata la literatura ¿no?, de estas diferencias tan interesantes y necesarias.
Ah, y vos no te hagas el humilde que te zampaste casi 600 libros. Sos un "animalito" estilo Faulkneriano.

@nikkus2008 hace 12 años

Aclaración: cuando dije que la última vez que me había fjado los libros leídos de Faulk, no fue hace un año; FUE HACE UNOS DIEZ DIAS.
Ahh, y por cierto, muy lindo tu blog FAUSTO; me pequé una vueltita y me pareció súper interesante.

@FAUSTO hace 12 años

Hola otra vez, nikkus. Tienes razón, en literatura todo es opinable, y esto hace que esta afición o pasión (quizá locura) sea tan interesante y sugestiva.
Y lo de “animalito”, no es para tanto, y además, yo tengo truco: vendí mi alma. Pero claro, si quiero llegar a los números impresionantes de Faulk, deberé hipotecarla 3 ó 4 veces más, y eso me parece que no colará.

Gracias por tus palabras sobre el foro, aunque todo el merito se debe a las administradoras, unas chicas que se lo “han currao” muy bien.