IL CONDOTTIERO ORSINI, PRINCIPE DI BOMARZO por sedacala

Portada de BOMARZO. LA VIDA Y AVENTURAS DEL DUQUE DE ORSINI, UN VISIONARIO DEL RENACIMIENTO ITALIANO

Manuel Mújica Láinez, no es un nombre demasiado sonoro para mucha gente. Argentino, coetáneo de Borges y con su obra distribuida en dos bloques, novelas de sabor local en el medio rural de su país y novelas de ambiente histórico. Estas últimas son las que le han dado la poca o mucha fama que tiene, no demasiada en España, seguramente mucha en Argentina. De entre ellas BOMARZO es la que se considera su obra más importante; gustó tanto a Cortazar (RAYUELA Y BOMARZO aparecieron a la vez) que le propuso a Mújica editar juntos un volumen, llamado Ramarzo o Boyuela.

El enfoque que el autor da al tema histórico es el siguiente. Elige una época que considera interesante y dentro de ella un personaje que llama su atención, para posteriormente acoplar a su gusto, el estilo del texto a la época en que se sitúa la acción. En el caso de BOMARZO la elección conlleva también un escenario físico reducido en el que se desarrollará la trama, en este caso el palacio, los jardines y las estatuas de Bomarzo, localización real y mágica a la vez, situada cerca de Viterbo, en la región del Lacio. La magia a que aludo proviene de la sorprendente estética de las estatuas del “Jardín de los monstruos” denominación, por si sola, harto significativa. Buena parte de la obra se sitúa entre el palacio y los jardines, mientras el resto del tiempo transcurre en sus viajes por Italia.

El personaje central es el Condottiero Pier Francesco Orsini, príncipe italiano inserto en la convulsa política que liga los distintos estados de la península itálica. La particularidad de Bomarzo, es que nuestro protagonista nos cuenta los hechos en primera persona, desde un estado que va más allá de la muerte y que le traslada hasta nuestro presente actual, para desde esta singular perspectiva contemporánea, explicarnos su tránsito por la vida en pleno siglo XVI. Ello, con la curiosidad de ser narrado por una mente renacentista que ha sobrevolado el tiempo, que conoce nuestro mundo de hoy desde su atalaya intemporal y que con esa privilegiada posición tiene una visión fría que le permite narrar con cierto relajado apasionamiento, es decir, con el tono mesurado y analítico que da la distancia en el tiempo y a la vez rememorando dudas, indecisiones y también arranques temperamentales, violentos y hasta crueles. La reunión en un mismo libro de características tales como la insólita ubicación del narrador, el rigor de los datos manejados y el enérgico lenguaje barroco; permiten a Mújica obtener sorprendentes visos de verosimilitud. Resulta fácil hacernos la ilusión de que el autor se cree él mismo todo sin la más mínima duda; aún sabiendo que es una ilusión, que lo único real son unos cuantos personajes y lugares históricos, pero con un desarrollo de la trama, unos diálogos y la introspección del protagonista absolutamente inventados. El personaje principal está muy bien definido, es un hombre disminuido físicamente por su joroba, la cual condiciona drásticamente su personalidad que se va fortaleciendo y encalleciendo según avanza su vida. Los análisis que su mente desarrolla acerca de su papel en el mundo, sus vicisitudes juveniles, sus dudas, su vida amorosa, sus relaciones familiares, sus decepciones, la política corrupta de su época, sus viajes, sus guerras, sus manías…; todas estas cosas nos hacen disfrutar con un conocimiento de los entresijos de esa sociedad compleja en la que se convivía a diario con las intrigas cortesanas; esa sociedad que es la misma de Maquiavelo, de la Florencia de Bórgias o Médicis, o de la Roma del nepotismo y la corrupción papal, y en la que la envidia, la astucia, la crueldad, la puñalada, o el veneno eran moneda corriente. Este hombre también viaja y presencia la coronación del Emperador Carlos, conoce a Michelangello Buonarroti y visita Mesina donde se concentra la escuadra que va a Lepanto trabando allí conocimiento con un soldado castellano llamado Miguel de Cervantes. Todo ello, evidentemente ficticio y novelado, nos lo seguimos creyendo a pies juntillas.

Si me gustó tanto BOMARZO fue por todo lo que acabo de contar, pero tanto o más, por como está escrita la novela. Su estilo es fantástico, utiliza un lenguaje intensamente barroco, tomando por barroco ese estilo que se extendió por los siglos XVI, XVII y XVIII, en el que triunfan las líneas curvas sobre las rectas, el movimiento sobre el equilibrio, y lo etéreo sobre lo tangible,. Barroco también es, cita el diccionario, lo excesivamente recargado, mas esta acepción no la veo aplicable, no me parece excesivo, ni recargado el estilo de Mújica Laínez. Cargado, tal vez sí, pero con un cargamento de creatividad, ni pesado ni superfluo, atinado más bien. Recuerdo leer las frases como si de su lectura se desprendiese un fondo de musicalidad inducida. Hablando con precisión no se puede decir que use formas lingüísticas del Renacimiento, ni siquiera del Barroco, lo que está haciendo es jugar con una prosa que se apoya en giros, retruécanos, modismos intrincados, caminos indirectos para construir frases, vocabulario inusual no ajado por el uso corriente a pesar de que se entiende sin diccionario; es decir, una conjunción de fórmulas que conducen a este idioma culto y elegante, que es actual pero que parece antiguo, tal vez por su amable sofisticación. Quizá sea este texto, lo que de manera más categórica consigue hacer viajar la mente hacia las regiones del tiempo en que vivió este Orsini.

Por cierto, dos curiosidades, una que Orsini deriva etimológicamente del latín ursus, oso, y otra que se trata de la misma familia de aquella princesa de los Ursinos que mangoneó lo que pudo en la Corte de Felipe V y que posteriormente fue puesta en la frontera francesa “manu militari” por Isabel de Farnesio. Siguiendo con esto de la capacidad del autor para recrear las formas antiguas, llama la atención su coincidencia en el tiempo con Álvaro Cunqueiro, que tuvo una similar querencia estilística. MERLÍN Y FAMILIA es de 1.955, BOMARZO de 1.962. No sé hasta que punto se influyeron. Lo que sí puedo asegurar es que EL UNICORNIO, de 1.965, no resiste la comparación con BOMARZO. No sé, sí por la temática medieval o por un argumento más alocadamente fantasioso e intrincado, lo cierto es que las correrías del hada Melusina por la Francia del medioevo y por Tierra Santa, no me hicieron gracia, mientras que la historia del Condottiero Orsini se convirtió en uno de mis libros favoritos.

Escrita hace 12 años · 4.5 puntos con 6 votos · @sedacala le ha puesto un 8 ·

Comentarios

@nikkus2008 hace 12 años

Excelente reseña amigo. Tengo esta "mini-mole" a un lado, y se me ocurrió fijarme si alguien había subido la ficha o leído este libro, y me encuentro con tu extensa y genial crítica.
Un abrazo !!!

@lucero hace 12 años

Excelente reseña, que me refresca la obra del genial Manucho, intelectual, dandy y transgresor ya en su época.
Entré a sus letras en la adolescencia y por Bomarzo. Hay que nadarla!!!! pero es fascinante. Escribió otras obras más ligeras y el Escarabajo de oro, que no llega a ser barroca ni tan lograda cpmo Bomarzo.
Estuve en su maravillosa casa, en las sierras cordobesas argentinas, sitio único, donde vivió sus últimos años y fue lugar de reunión de escritores hasta su desaparición. (si se pudieran subir fotos, las postearía). Coleccionista de objetos ignotos, de viajero culto y adinerado.
Gracias por el rescate de Manucho

@Alvaro03 hace 5 años

Extraordinaria crítica. Sin embargo, después de mi deslumbramiento por las primeras paginas, a medida que avanzo, encuentro a veces irritante lo sobrecargado y el prurito estetizante que a la larga en un libro de 600 paginas se hace muy pesado. Arrastraba los ojos en las ultimas 100 paginas para acabarla. Me parece que a veces entra en una vorágine de cita de nombres sin sentido, sin grandes cosas que contar por debajo, que hace la lectura harto arida y densa. En definitiva, por debajo de mis expectativas iniciales. Nota: 4