LA ANGUSTIA DE LA ESPERA por nikkus2008

Portada de EL DESIERTO DE LOS TÁRTAROS
El autor de esta reseña ha idicado que contiene spoiler, mostrar contenido.

Hay un poema de Oliverio Girondo, llamado "Espera" que de alguna manera dibuja la trama de este libro:
"Esperaba, esperaba y todavía y siempre esperando, esperando con todas las arterias, con el sacro, el cansancio, la esperanza, la médula; distendido, exaltado, apurando la espera, por vocación, por vicio, sin desmayo, ni tregua. Para qué extenuarme en alumbrar recuerdos que son pura ceniza? Por muy lejos que mire: la espera es ya conmigo, y yo estoy con la espera... escuchando sus ecos, asomado al paisaje de sus falsas ventanas, descendiendo sus huecas escaleras de herrumbre, ante sus chimeneas, sus muros desolados, sus rítmicas goteras, esperando, esperando, entregando a esa espera interminable, absurda, voraz, desesperada. Sólo yo... Sí! yo sólo sé hasta dónde he esperado, qué ráfagas de espera arrasaron mis nervios; con qué ardor, y qué fiebre esperé esperaba, cada vez con más ansias de esperar y de espera. Ah! el hartazgo y el hambre de seguir esperando, de no apartar un gesto de esa espera insaciable, de vivirla en mis venas, y respirar en ella la realidad, el sueño, el olvido, el recuerdo; sin importarme nada, no saber qué esperaba: siempre haberlo ignorado! cada vez más resuelto a prolongar la espera, y a esperar, y esperar, y seguir esperando con tal de no acercarme a la aridez inerte, a la desesperanza de no esperar ya nada; de no poder, siquiera, continuar esperando."

Hay aquí sin embargo, una diferencia. El protagonista de esta novela, sabe lo que espera, pero la angustia provocada por la misma es del todo comparable a la de Girondo. Leer este libro es leer nuestros miedos, nuestros temores interiores, es una novela que rezuma melancolía, que nos golpea duramente a pesar del bello, duro (y creíble) final. Giovanni Drogo, nombrado teniente, es enviado a una fortaleza ubicada en la frontera, flanqueada de montañas desnudas, arenosas, y de un desierto (el desierto de los tártaros) donde los soldados esperan la llegada de tropas enemigas. El patético sentimiento de soledad, sin la acostumbrada presencia de su madre, sus amigos, sin las luces y los ruidos de la ciudad, en contraste con las paredes amarillentas, el sonido del viento por las noches, y sobre todo la rutinaria vida en la fortaleza, sumerge a Drogo en una desesperada ansia de traslado. Mediante pretextos, y mecanismos burocráticos, le niegan (sin negarlo directamente) dicho traslado y le aconsejan quedarse cuatro meses, para no resentir la reputación de su carrera. Así, de esta manera, Drogo pasa su vida entera en la fortaleza, esperando y esperando la llegada de los enemigos para justificar su existencia y su profesión. Un comentario realizado en otra página ha acertado al decir que Drogo encarna el existencialismo. Su vida, ligada inexorablemente a la fortaleza, espera la guerra y la rechaza. Tiene deseos de partir, de iniciar una nueva vida junto a una mujer, tener hijos, pero también desea el éxito en su profesión. Esta novela está escrita bajo el influjo de Kafka. La postergación, la impotencia, la angustia, la soledad, la desesperación, la duda colman el espíritu de Drogo. Al cerrar el libro, experimenté como hace tiempo no me ocurría, una lacerante tristeza; un nudo en la garganta. El último libro que me había hecho emocionar, ha sido "La soga al cuello" de Joseph Conrad.

Escrita hace 12 años · 4.7 puntos con 12 votos · @nikkus2008 le ha puesto un 10 ·

Comentarios

@sedacala hace 12 años

Coincido contigo en que el libro trasmite todas esas sensaciones. El problema es cómo se consigue. A mí me gustan los autores que consiguen dar ese mensaje escribiendo una historia “normal”, de la que se desprendan esas sensaciones. Me gusta menos si han de recurrir a una historia “rara”, llámese simbolismo, realismo mágico, realidad paralela o lo que sea. Y ésta, es una de esas; no sabes por que se aguanta allí sin rechistar, no sabes donde estás ¿en Italia?, ¿son los Alpes las montañas?, pero el caso es que hay un desierto, ¿será Abisinia?, lo digo por ser italianos. Todas estas cosas, te crean esas sensaciones que tú cuentas, es cierto. Pero, a la vez te crean desazón, A mí me pasa, no me gusta saber que estoy donde estoy para toda la vida, si las razones para ello son surrealistas, me come el desasosiego.

Me sobreviene enseguida la comparación con LA MONTAÑA MÁGICA, que también trabaja sobre los mismos sentimientos de espera, aunque sin tomarse licencias que comprometan la realidad. Lo cual me resulta más meritorio, pero sobre todo más grato.

A pesar de todo esto que digo, con afán un poco polemista, me gustó el libro, bastante, pero no de una manera incondicional, como veo que es tu caso.

@sedacala hace 12 años

Es cierto. L.Buñuel dirigió una película que habrás visto seguramente, llamada "El ángel exterminador", donde un grupo de pesonas invitadas a una fiesta, NO PUEDEN salir del salón, por alguna inexplicable razón. Pues bien, eso es surrealismo, cierto; en este caso, en la novela de Buzzati, la espera parece parte de alguna fuerza exterior. Pero no, no es así. No hay que buscar nada fantástico ni surrealista en el hecho de que muchas veces, actuamos como Drogo en nuestras vidas. En el caso de la novela, tengamos en cuenta de que estamos hablando de la incomprensible burocracia militar, con todos sus patéticos códigos de respeto a los escalafones etc. En el caso de nuestra vida, también hay actitdes tan "surrealistas" como en el caso de Drogo. Mi caso, pòr ejemplo, trabajo en un negocio que funciona a medias y que no me gusta ni me apasiona, pero para el cuál he estudiado y el cuál comparto con mi madre. ¿Quién me retiene entonces? ¿Si sueño tanto literalmente como sueño despierto con playas de arenas bancas, selvas espesas, brumas, aguas verdes, porque tienen que ser verdes y cálidas, sí o sí cálidas, quién, preguntaba me retiene en el asqueroso barro de la ciudad, en un trabajo que no me gusta?, PUES EL MALDITO CAPRICHO DE CUMPLIR y concluir lo que empecé. ¿Nunca has jugado en las máquinas tragamonedas, y cuando SABES que te tienes que ir, te quedas, casi sabiendo que perderás todo?, pues eso, hay realidades, hay conductas que superan la ficción y que son más extravagantes que el surealismo.
Un abrazo!!

@Hamlet hace 12 años

Existe una adaptación al cine, bastante digna por cierto, dirigida por el maestro neorrealista Zurlini en el 76, con música de Ennio Morricone y un reparto de lujo: Vittorio Gassman, Max Von Sydow, Helmut Griem, Jean-Louis Trittignant, Francisco Rabal, Fernando Rey, Giuliano Gemma ...
Evidentemente, al igual que el libro, es una película lenta, lánguida, henchida de una melancólica incitación hacia la introspección .
filmaffinity.

@nikkus2008 hace 12 años

Hola Hamlet, jajja, gracias por el dato, pero te gané de mano; aquí está mi crítica en Filmaffinity realizada ya hace algún tiempo:
filmaffinity.

Ennio Morricone es un maestro de los que se hechan de menos, hoy día, en nuestro cine. La musicalización de "Cinema Paradiso", de "La misión", "Érase una vez América", "Átame" (sobre todo la canción al final de la película), lo demuestran.
Y creo que tenés razón en cuanto a que la película es lánguida, lenta, pero creo que más que incitar a la introspección, incita al ¡¡Suicidio!!, jaja. El libro y la peli (el libro mucho más que la peli), me han dejado por el suelo...

@_567_ hace 10 años

Precioso el poema de Girondo, de hecho bien podría haber estado incrustado como fragmento del libro de Buzzati como profunda reflexión de Drogo en alguna de esas interminables noches de guardia con ese impresionante desierto que se extiende en el horizonte. Una novela muy recomendable que merece esa etiquete de clásico que el tiempo le ha colgado. Ah! A mí también me ha parecido una novela existencialista a pesar de que algunos diálogos pretendan enmascararla. Coincido contigo en cuanto al final que me ha parecido realmente soberbio…

Venga Nikkus, nos vemos en la próxima fortaleza (inexpugnable… o no).-

@nikkus2008 hace 10 años

De acuerdo Krust, de acuerdo con vos; esta es una novela muy recomendable, y muy triste además. Será porque uno teme que nuestro destino siga el curso inexorable del de Drogo; o será, tal vez, porque ya sabemos, sin esperar ninguna confirmación (hasta dicha confirmación es inalcanzable y solo se revelará con el fin de nuestra vida) que así será, en efecto. El final es maravilloso, realmente; en la película de Valerio Zurlini, no es igual, y por lo tanto, no sería comparable, aunque si deba reconocer que el clima general de la película, esta muy bien logrado. Un abrazo Krust, y esperemos eludir lo inevitable o que no tenga razón en mi oscura visión del futuro...