MIEDO. por manu_rodri93

Portada de ARRUGAS

Arrugas hace que tema por la sociedad en la que me tocará vivir mi vejez, el miedo que siente el protagonista por estar encerrado en un lugar donde eres excluido si tienes alzheimer, eres llevado a la planta que representa tu perdición, tu adiós al mundo real y el acercamiento a la muerte. Cada vez que leo 'Arrugas' me invade el miedo, la tristeza por un fatídico final que llegará y espero sea digno.

Escrita hace 13 años · 3.4 puntos con 5 votos · @manu_rodri93 le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@BriGid hace 12 años

Es un ejemplar sencillo y ameno, del que no necesitas más que una hora para leerlo, aún así opino que con un seis va bien sobrado de nota.

@Tharl hace 12 años

Yo solo he visto la película, pero desde luego me parece indignante la imagen tan simple oportunista, poco documentada e insultante que dan de la vejez, de la familia y del personal de las instituciones geriatricas.
Yo estuve un mes haciendo unas practicas en un hospital de Barcelona en psicogeriatría y te puedo garantizar que el personal santiario está muy muy presente y se toma su trabajo y a los pacientes en serio. Eso no quita que pueda ser conflictiva su conducta, aunque no se puede juzgar a la ligera: algunos infantilizan a los ancianos (me parece terrible), otros llegan ignorar en ocasiones los casos más graves y problemáticos, otros les tratan con cuidado pero siguiendo el "manual de conducta" a raja tabla, otros tratan de ser mas innovadores y estimularles más, hay de todo. Y arrugas no profundiza lo más mínimo, es ofensivo. Y el papel de las familias… dudo que haya tenido a un familiar con Alzheimer, u otra de las enfermedades menos famosas pero aun más problemáticas…

@Tharl hace 12 años

Ah! y al menos la película, sí caen en la caricatura y a menudo. (lo digo por la sinopsis)

@Poverello hace 12 años

A ver... Diferencia entre estereotipo (1) y realismo (2).
1. Los negros tiene un sentido especial para el ritmo.
2. Los políticos mienten.

Si alguna situación supera el 90% de los casos no es ni estereotipo ni prejuicio ni previsibilidad, sino puro y dañino realismo.

Acabo de terminar 'Arrugas'. No he trabajado ni hecho prácticas en ningún hospital ni ninguna residencia, pero he estado incontables veces en ambas instituciones por variados motivos y se me antoja decir -en base a mi experiencia- que creo que hay bastante diferencia entre el personal hospitalario y el residencial: motivo fundamental, no es lo mismo atender a personas que van y vienen que a aquellos que irremisiblemente están condenados a quedarse.

Por motivos laborales he trabajado en una residencia para personas con discapacidad y en una Unidad de día de igual perfil, tanto mi suegro (tenía alzheimer) como mi suegra estuvieron entre ocho y diez años en una residencia geriátrica dónde los visitaba a diario (a veces más de una vez) hasta que ambos fallecieron, mi abuelo (que también sufrió de alzheimer) pasó sus últimos años en una residencia pública y actualmente mi adorada 'yeya' vive en un hospital-residencia privada. Perdón por la brasa explicativa, pero se me hace necesario para exponer mi sentimiento y vivencia tras la lectura de 'Arrugas'.

Lo que cuenta Paco Roca en su cómic es puro realismo y no veo que critique bajo ningún concepto al personal sanitario o auxiliar. Todos y cada uno de los errores que comenten puntualmente a lo largo de la obra (equivocarse de pastillas, no darse cuenta de determinadas deficiencias de los pacientes a la hora de ofrecerles actividades de ocio...) o los que se deben más a su aceleración o falta de personal (dejarlos buena parte del día solos viendo la tele, no estar pendientes de los choques y conflictos que surgen entre ellos...) los he vivido cientos de veces. Mi suegro acabó sus días con una escara del tamaño de un plato cerca de la espina dorsal porque el personal no le hacía los cambios posturales cada tres horas. Culpa suya, pues no exactamente, es responsabilidad de muchas variables y por eso no creo que Roca cargue contra el personal sanitario. El autor expone los hechos y se dedica a dar una visión, en mi opinión, absolutamente objetiva de lo habitual en un centro residencial y de la realidad de la vejez y el alzheimer (y esto sí que lo digo con absoluto conocimiento de causa).

Leo también en un comentario de la otra reseña, creo que de @Mayte, sobre lo previsible del argumento. Como bien dice @PYLY no hay nada más previsible y 'aburrido' que esta vejez si ni dependes de ti mismo. La vida de mi suegro, de mi abuelo, de mi abuela es de lo más previsible, y me río mucho con ella, lo único nada previsible es cuando llegará el momento exacto en que deje de reconocerme, de saber mi nombre... de respirar. Las viñetas progresivas en blanco son un maravilloso acierto secuencial.

Me pareció duro y tierno a la vez, como el personal sanitario, como cada uno de nosotr@s... Como la vida.

Abrazos a tod@s.

@Tharl hace 12 años

Como dije no he leido el comic, hablo del film y de la impresión que me dió con escenas caricaturescas (no se si tomadas o no del comic) como la sesión de gimnasia, con los personajes de los familiares que ignoran tan completamente a sus padres visitandoles solo por navidad (como el turrón) y lo simple que es (la película) en ciertos aspectos.

En cuanto a la crítica y otras cuestiones estoy de acuerdo en muchos aspectos, lo de la TV y la piscina (sobretodo), errores frecuentes casi inevitables, etc. Pero no en llegar al punto de decir que ya puede tener un paciente un perro con él durante 1 mes y nadie se da cuenta de no ser porque se lo acaba olvidando al llevarle a pasear.

@salakov hace 12 años

El Alzheimer es muy jodido, lo sé de cerca, y creo que Paco Roca hizo muy bien en no recrearse en lo más escabroso y cruel del tema. Por ejemplo, ¿alguien podría imaginar que una persona que lleva una semana sin defecar puede terminar vomitando mierda por la boca? Pues es algo que, lamentablemente, me consta que le puede pasar a un enfermo de Alzheimer si alguien olvida darle su medicación laxante.
Por ello, el trazo limpio y la historia clara de Paco Roca me parece que cumple bien su función de representar un problema "olvidado" sin caer en lo grotesco. A mí me gustó, vaya.