Sinopsis
En los primeros setenta se inició un ataque a las pensiones públicas en las dictaduras de Chile y Argentina, con el asesoramiento de Milton Friedman, economista famoso por su enfoque monetarista. Desde 1995 este ataque fue reforzado por el Banco Mundial con un informe que relanzó el tema, esta vez en los países más ricos. Desde entonces tanto las instituciones económicas internacionales como los gobiernos, así como los bancos y otras instituciones financieras están realizando permanentemente un ataque a los sistemas públicos de pensiones bajo la afirmación, repetida sin cesar, que estos sistemas no serán viables en el futuro ya que la población jubilada crece (¿demasiado?) rápidamente. Como solución a este ‘problema’ plantean la conveniencia que se desarrollen las pensiones privadas gestionadas por las entidades financieras que, muchas veces, financian los informes. En este libro se trata de demostrar que los argumentos de los poderes fácticos (económicos e institucionales) son falsos y basados en argumentos fácilmente refutables. Que las pensiones públicas son sostenibles y que, por el contrario, las pensiones privadas implican gravísimos riesgos. Se presentan argumentos que muestran que las pensiones privadas distarían mucho de ser la solución si se presentasen problemas a las pensiones públicas y que el interés en orientar las pensiones a la esfera de lo privado reside en la conveniencia de las mismas para los intereses del capital financiero y no para los jubilados.
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