ESPAÑOLA Y UNIVERSAL por Faulkneriano

Portada de TRES SOMBREROS DE COPA

Esta es una de las obras teatrales españolas del siglo XX de la que podemos sentirnos orgullosos con toda razón. Hay pocos autores que lleguen a la altura de Mihura: Sastre, Buero Vallejo, Arrabal. Muy por debajo, Lorca. Y, en lo que a comedia se refiere, Jardiel Poncela, algún escalón más abajo. Mihura hace lo fácil difícil: describe, anticipándose claramente a su tiempo, con técnicas propias de las más avanzadas vanguardias europeas, una disyuntiva rabiosamente española: la de un hombre que se debate entre un porvenir gris, abocado a un matrimonio estéril y sin brillo, y una locura vodevilesca no menos engañosa, llena de falsos oropeles, pero con algo de amor sincero. Mihura levanta carcajadas, a veces dolorosas.

La obra sigue funcionando, como comprobé en una representación reciente. La vis cómica se concilia con la complejidad dramática, con una multitud de personajes, de intenciones, de ideas, de extrañas y feroces distorsiones de la realidad. Se reconocen las pensiones de pueblo, los viajantes, las polvorientas troupes en gira, los ricos burgueses a la caza de coristas, pero todo ello como a través la niebla de una lenguaje fascinante, a veces casi visionario.

Francia tiene su Ionesco. Nosotros tuvimos nuestro Mihura, veinte años antes, y nadie se enteró. Pero el nuestro es más divertido.

Escrita hace 13 años · 3.4 puntos con 5 votos · @Faulkneriano le ha puesto un 10 ·

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