UNA VIDA SE COMPONE DE PEQUEÑAS VIDAS, Y CADA UNA DE ELLAS, DURA UN DÍA. por Timbel

Imposible explicar con palabras el torrente de emociones que provoca esta historia. No suelo leer novela romántica, pero en este caso he hecho una excepción y no me arrepiento, en mi vida recuerdo haber llorado así con un libro. No es la historia lo que llena el libro sino los sentimientos que describe. No es necesario que el autor te describa paso a paso cómo se conocieron los protagonistas, cómo fue su vida en común, etc; basta con leer sus gestos y emociones para saber cómo fue su historia a través de los recuerdos que no dejan de fluir, y es que esa es la verdadera trama el libro, lo que queda de una vida una vez vivida no son más que los recuerdos, y si pierdes esos recuerdos pierdes tu vida y tu alma como le ocurre a Allie. El libro, en mi opinión se divide claramente en dos partes, la primera es el relato de Noah, el reencuentro entre Allie y él casi medio siglo atrás, es en esta parte cuando el lector descubre la historia que unió a los protagonistas cuando eran adolescentes. El autor no la describe con detalle y tampoco es necesario; a grandes pinceladas tú ya sabes que después de aquel verano las vidas de los protagonistas quedaron vacías a causa de la distancia. En esta primera parte me maravilló la capacidad narrativa de Sparks, sin caer en el preciosismo te describe los paisajes salvajes de Carolina del Norte, unos paisajes que encajan a la perfección con la personalidad del protagonista tan ligado a ellos desde su infancia. El autor transmite paz y tranquilidad al lector, mecionando cada ruido que se produce en el entorno natural y transportándote. La segunda parte, es la parte emotiva, la parte en la que como seas de lágrima fácil, acabarás llorando inevitablemente. El Alzheimer se ha llevado todo lo que quedaba de la Allie que el lector había conocido en la primera parte, la Allie fuerte, joven, espontánea y optimista, para dejar una triste sombra de ella, un cuerpo. Eso es lo que ves a través de los ojos del ancianito y achacoso Noah que ve como su amiga, su amante, su compañera de vida, desparece si remedio bajo las sombras de la enfermedad que le impide reconocerle. Cada día, Noah empieza una nueva batalla que sabe perdida de antemano para volver a enamorar a su esposa, perdida de antemano porque sabe a ciencia cierta que, al día siguiente, Allie no recordará nada. Esta es una historia de amor sí, pero no es la típica pastelada con diálogos que producen vergüenza ajena. Es la historia de una vida común (o de dos) desde su juventud hasta la dolorosa y melancólica vejez de sus protagonistas. Es una novela corta, a penas 200 hojas, pero al llegar al final, incluso yo, que tengo 22 años, me quedé con la sensación agridulce de Noah, la sensación de haber vivido toda una vida.