Solo sé que no sé nada por arspr

Portada de SAPIENS: DE ANIMALES A DIOSES. BREVE HISTORIA DE LA HUMANIDAD

La mítica frase socrática ha tardado mucho tiempo en aplicarse a la sociedad en general. Es más es probable que el pecado capital de nuestra especie es claramente la soberbia. Somos especiales, somos los elegidos de nuestro dios particular favorito, y todo está explicado en las escrituras de turno.

Ese ha sido el esquema general de la humanidad durante eones y ni siquiera porque los "Altos" (o superiores, o nobles, o supremos sacerdotes) se lo impongan a los "Medios" y "Bajos" para mantener su status quo. No, sino fundamentalmente porque nos es muy pero muy incómodo reconocer que gran parte de las cosas importantes de la vida (desde las emociones, la felicidad, hasta las filosóficas del bien y el mal, o la muerte y su más allá o acá), es que directamente nos resultan totalmente desconocidas y/o alienígenas en su raíz primigenia.

Y resulta especialmente ilustrador, cómo las mayores revoluciones de todo tipo, los cambios de vida más absolutamente drásticos de la humanidad, se han producido en los últimos digamos 500 años desde que empezó a funcionar el método científico que parte de precisamente esa frase socrática a la cual, de verdad de la buena, se la pone en el centro y trono. Con humildad y con observación y dándole luego a la sesera, a ver si conseguimos ir poco a poco aprendiendo algo de lo que nos rodea, descartando de raíz los cuentos absolutistas de todas las religiones de turno.

Bien pues este libro es, como su propio título indica, un recorrido histórico descarnado de dicho proceso hasta la eclosión actual que, por mucho miedo que nos dé, tiene pinta que va a acabar con nosotros mismos de una forma u otra. Y ojo, sin que esto tenga que ser malo, (ni bueno), puesto que son adjetivos humanos... Y quizá ya no haya humanos sino lo que sea que haya después.

Es un libro imprescindible, de verdad. Y además brutal tanto en la fascinante facilidad y claridad que va tratando los temas hasta la asombrosa facilidad con que adopta perspectivas "cósmicas", "inhumanas", para hacernos ver nuestra natural e innata tendencia a mirarnos al ombligo y hablar de nuestro libro particular, (de religión o moral o lo que sea) cuando lo realmente interesante quizá sea que todos tenemos dicho libro particular y no lo que cuente dicho libro particular.

Un libro que puede remover e incluso "aberrar" a muchos convencidos de "su" libro, pero que es imprescindible para los que estén dispuestos a abrazar el solo sé que no sé nada como punto de partida. (El pienso luego existo, y sus implicaciones ultimas, es aún mucho más duro de digerir, aunque posiblemente mucho menos útil).

Escrita hace un mes · 0 votos · @arspr le ha puesto un 9 ·

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