Es curioso que esta es la primera vez que me he forzado a claramente subir la nota que me pide el corazón por lo que me indica el cerebro, (que no el cerebelo, que está bastante alineado con corazón e hígado). Vamos que los órganos viscerales me pedían un 4...
He acabado un tanto harto del "listo" de Santiago. Y lo peor es que en una gran mayoría de sus reflexiones le doy hasta la razón. Pero con este libro pasan dos cosas con las que me atraganto. La primera es más subjetiva y es que, como me repito más que el ajo, prefiero que los libros me hablen ellos solos antes que me machaquen explícita y reiteradamente con el mensaje que quieran transmitir. Y ya sabéis cuál es el estilo del libro y la sutileza no entra en sus características...
Vale, pero es que además, y esto creo que es objetivo, es que el dogmatismo "anti-mainstream" del libro es hasta insultante. Porque claro, si vas al campo (a una casa de campo), tener calefacción o que no te guste que esté llena de arañas es de pijos y snobs. Cuando vas al campo vas a ser recio y a vivir como en las cavernas. O no, peor aún, porque supongo que lo de quemar leña nuestros antepasados lo hicieron porque de calefacción central iban escasos más que por "naturalismo".
Y sí, como en todo, por las zonas medias suele estar la región si no de acierto al menos sí de menos fallo. Que me perdone Santiago, pero yo si voy a una casa de campo, (o de ciudad), pues no me gusta que haya "bichos". Y dentro de lo que pueda los aniquiló (moscas y mosquitos) o los echo (todo lo demás). Otra cosa es que no me extrañe que haya más bichos en el susodicho campo o que, a diferencia de los cafres retratados, no me dedique a tirar nidos de golondrinas como diversión...
Y ya digo, en gran parte de las reflexiones que remacha puedo estar de acuerdo, pero su absolutismo da hasta un punto de miedo y desde luego bastante rechazo. Porque claro salvo que tu aspiración sea vivir solo como el tal Manuel, pues sí hay que aprender a convivir o con-malvivir con las gilipolleces del de enfrente que él ya lo hace con las mías.
Y es más, es que ni Santiago, ni por supuesto su creación Manuel, parecen caer el cuenta de la tremenda contradicción que es vivir aislado pero eso sí con envíos del Lidl, una colección de libros que alguna editorial de ciudad debió imprimir y un panel solar que, hasta donde yo sé, no nace de las tomateras.
Si a eso le sumas además un estilo de escritura peculiar y original, eso sí, pero con un tufillo un tanto descarado de me estoy poniendo cachondo de lo listo que soy, los palabros que uso y los retruécanos que tejo, pues es lo que digo: a nivel visceral he acabado hasta los ovarios que no tengo de tanta llamada a la sencillez y contra las mil mamarrachadas de nuestra vida, reflexión que por otro lado comparto (casi) completamente.
Escrita hace 28 días · 5 puntos con 2 votos · @arspr le ha puesto un 6 ·
@Faulkneriano hace 15 días
Suscribo tu comentario casi en su totalidad. No te falta valor para darle una colleja a una vaca sagrada de lo modelno.
Saludos.