La Señora Potter no es exactamente Santa Claus por Shorby

Portada de LA SEÑORA POTTER NO ES EXACTAMENTE SANTA CLAUS

Tenía muchas ganas de adentrarme en esta lectura, así que una propuesta en Instagram y encontrarlo tirado de segunda mano fue el empujón que me faltaba.

Nos vamos de cabeza a una pequeña ciudad cubierta de nieve: la desapacible Kimberly Clark Weymouth. Es aquí donde la autora Louise Feldman ambientó su clásico infantil, que se llama como el libro que reseño.

Gracias a la fama que alcanza el clásico, el pueblo es visitado cada día por turistas que son fans del mismo… y una parada obligatoria es la tiendita de souvenirs, propiedad de Randal Peltzer.

Randal es uno de los chorrocientos personajes que encontraremos a lo largo de esta historia; y es que si hay algo que puedo decir de ella es: ¡qué libro más raro!

Ya de entrada nos encontramos una narración súper peculiar y distinta, jamás había leído nada así, con tantísimas expresiones en cursiva, entre paréntesis, comillas… me costó cuatro capítulos acostumbrarme porque no sabía muy bien con qué entonación mental tenía que leerlo (no sé si me explico, los que lo hayan leído me entenderán).

Nunca, jamás, he necesitado tanta atención y concentración para leer.

Cuesta bastante hacerse a la forma de narrar, de hecho entiendo perfectamente a la gente que lo ha abandonado sin piedad… pero es pillarle el punto. Y que ese punto te mole.

La novela está llena de personajes distintos y rocambolescos, que nos hacen ir paseando por ese pueblito y por sus historias absurdas; esto es algo que lo hace muy televisivo, muy de serie ambientada solo en un barrio o pueblo (de hecho, me recordó –salvando las distancias- a Doctor en Alaska, serie QUE AMO), con su narrador que nos va contando el día a día de la-desapacible-Kimberly-Clark-Weymouth y sus habitantes.

Si bien es un libro que merece la pena, ya sólo por cómo está escrito, que, de verdad, mis respetos, según va avanzando sí es cierto que no nos cuentan nada relevante. Y la trama avanza y avanza… ¿hay trama?... nos van dejando piezas que poco a poco van uniendo este rompecabezas (¡ja!)… pero me dio la sensación de que no acabó de unirse.

¿Sabéis eso de “lo poco gusta y lo mucho cansa”? Creo que es lo que me ha pasado con este libro.

Me gustan mucho las tramas cotidianas, en las que “no tiene por qué pasar nada”, pero cuando ves que avanzas y te queda un tercio y todo sigue sin tener pies ni cabeza… miedo. Porque al final te da la sensación de que “estás perdiendo el tiempo”; o no, no lo sé.

Creo que es un ejercicio de escritura brutal, pero también entiendo que es un esfuerzo importante para el lector. Ojo, no veo esto algo negativo en absoluto, de hecho no me arrepiento de leerlo, tiene partes súper divertidas y creo que es una de las lecturas más raras de mi vida, totalmente fuera de lo que suelo leer. Y esto me gusta.

Aún con ello, no es una lectura que recomendaría a cualquiera, precisamente por esto mismo.

Una rareza que me ha dejado con muchas ganas de leer de nuevo a la autora.

Escrita hace 8 meses · 5 puntos con 1 voto · @Shorby le ha puesto un 6 ·

Comentarios

@Tharl hace 8 meses

Tenía ganas yo de compartir impresiones sobre este libro, Shorby. Yo lo comencé entusiasmado y lo acabé detestando. Como tú dices, el estilo es refrescante pero la trama está descuidada. Yo acabé con la sensación de que todos los personajes eran idénticos, el mismo, con las mismas carencias y distintas excentricidades; y todos los capítulos con la misma estructura y estilo. Así durante páginas y más páginas sin llegar a ninguna parte o mas bien, a la misma catarsis en cada personaje. Me cansé. Me pareció un timo. Narrar no consiste solo en llamar la atención con mayúsculas ni en tener una imaginación disparatada al servicio de nada.

@Shorby hace 8 meses

Lo leí junto con Mayte y Lena, que andan también por aquí, y fue bastante catastrófico XD