Aventura histórica. por Lorizar

Portada de REVOLUCIÓN

Dice Reverte que «‘Revolución’ no es una novela histórica. Utilizo la historia, como tantas otras veces, como pretexto, como marco narrativo. Es una novela de aventuras, novela de aprendizaje de cómo un joven, durante diez años de revolución, termina descubriendo cosas de la vida, de la violencia, de la muerte, del amor, de la lealtad, de la amistad y un montón de cosas gracias a esa aventura a través de los años violentos de la revolución mejicana en sus comienzos.» Lo mismo, creo, hubiera podido decir de sus dos obras anteriores, "Sidi y "El italiano".

Ya he dicho, en ocasiones anteriores, que me declaro abiertamente Reverteniano. He leído una gran parte de su extensísima bibliografía y puedo afirmar que con los años ha ido mejorando en su escritura. De todas sus novelas mis favoritas eran las 2 últimas, antes citadas, y Territorio Comanche, pero.....con Revolución ha dado todavía un paso más. Creo que es la mejor novela que ha escrito, o al menos a mi es la que más poso me ha dejado.

Pérez Reverte utiliza la revolución mexicana para mostrarnos la crudeza de la guerra, la amistad que se forja en esos momentos tan duros incluso con gente depravada, el amor, la lealtad y la fragilidad de la vida, todo ello en un contexto histórico.

Una mención especial merece el lenguaje empleado con los giros y expresiones mexicanas que utiliza y que le aportan frescura, calidad y que personalmente me han parecido maravillosos.

Escrita hace un año · 5 puntos con 1 voto · @Lorizar le ha puesto un 9 ·

Comentarios

@arspr hace un año

Con Pérez-Reverte tengo una curiosa relación amor-odio. Territorio Comanche y en especial el compendio "Obra corta" (El húsar, La Sombra del Águila, etc.) me parecen fastuosos. A su vez sus historietas thriller clásicas (La tabla de Flandes, etc.) en su momento me resultaron muy entretenidas y pintorescas. Pero Alatriste me aburrió en su momento y mi última lectura de él (Falcó) se llevó una reseña de título "Flojita, flojita" que creo que lo dice todo...

No obstante, me lo apunto como potencial futurible.

@Lorizar hace un año

Es normal @arspr, no todo lo que escribe un autor puede gustar. Cuando yo me declaro Reverteniano es porque muchas de sus novelas, principalmente las que toca temas históricos, me gustan. Igualmente que me gustan muchos de sus artículos de opinión, aunque no todos. Por ejemplo, La carta esférica, me pareció un peñazo, Demasiadas latitudes, longitudes y referencia que tienen que ver con la navegación. El es un gran navegante y le gusta todo lo que rodea a la navegación. Yo no entiendo ni papa.

@Tharl hace un año

Siempre que leo sobre una novela de Reverte -qué gusto leer la tuya, Lorizar- o uno de sus artículos, me veo trasladado de inmediato a la barra de un bar. Con whisky malo y mucho humo de tabaco, como hace 50 años, que es el mundo por el que Reverte siente tanta añoranza.

@arspr hace un año

Buena novela.

Además despierta sensaciones contradictorias. Y eso la hace mejor. Porque es verdad, cuando uno lee a Reverte, incluso sin prejuzgarle, pasa un poco lo que dice Tharl: parece que hay un punto viejuno, rancio, de valores trasnochados. En este caso una loa al "macho", (en sentido mexicano o español, perdón, gachupín, que lo mismo da), que a más de uno, o sobre todo de una, le erizará todas las alarmas... Ya, pero se las erizará desde nuestro cómodo sofá de casa con calefacción y, mal que bien, nuestra preciosa vida de derechos y libertades.

Me encantan los libros que te muestran lo tenue que es en realidad todo esto. Que te hacen ver que estás a una mala tirada de dados para que tu dorado cojín social salte por los aires, y entonces las reglas son otras muy muy muy jodidas. (Y si no que se lo digan a los sirios, ucranianos, palestinos, mil otros olvidados o, lo que es peor, ni siquiera aprendidos en primer lugar). Y entonces, nos convertimos en lo que realmente somos: animales. En lo malo de ese término, y en lo bueno. Y en esas coordenadas, y aunque nos horrorice desde nuestro calentito sofá, resulta que matar, asesinar, (e incluso cosas peores), pierden su condición de "malo" o "bueno" y pasan a ser un mero decorado como que llueva o sea de noche.

Y es en esas situaciones donde dar un cigarrillo, levantar la voz y jugártela por un chaval al que van a fusilar, o mil detalles más se convierten en joyas. Precisamente porque no hacerlo tampoco está "mal" sino que sería lo más normal y esperable del mundo.

Es incómodo, pero es necesario, leer libros sobre bestias pardas en el contexto de ser bestia parda o morir, (e incluso morir de todas formas por muy bestia parda para que seas), para valorar nuestro cómodo y precario colchón en su justa medida. Y, no nos engañemos, desde Tom Logan a Genovevo, pasando por el protagonista Martín, todos lo son.

Y es contradictorio también en la fascinación o atracción que todo eso puede provocar. "El horror, el horror...". Sí, así es. Pero no deja de ser verdad que solo en "el horror, el horror..." se caen las caretas que todos en mayor o máxima medida, (no os engañéis, nunca es en menor medida), llevamos encima. Es un pensamiento incómodo, muy incómodo, la verdad...

Ojalá no (n)os toque nunca aprenderlo en carne propia.

@Lorizar hace un año

Totalmente de acuerdo contigo @arspr. Esas "bestias pardas", como muy bien indicas, esos malos malísimos de la novela y de los que al final acabas incluso queriéndolos, todo eso, es mérito de un autor que, muy probablemente, de no haber sido corresponsal de guerra tantos años sería muy difícil que pudiera hacer los relatos que hace con el lujo de detalles y sobre todo con la empatía que aporta de los combatientes y de la que los lectores afines tanto disfrutamos.