TELARAÑAS DE OSCURIDAD Y MISTERIO por EKELEDUDU

Portada de BAJO LA ÉGIDA DE ANANSI

Siete meses separan LA TRAVESÍA DEL HUÉRFANO, primer volumen de la saga LA CORONA DE LUZ, de BAJO LA ÉGIDA DE ANANSI. Según nos enteraremos en los primeros capítulos, durante ese tiempo Azrabul, Gurlok y Amsil se ausentaron de Tipûmbue, adonde ahora regresan para cumplir con una promesa hecha a su amigo Guntur, cuyo hermano Darma, en secreto, es homosexual en una familia perteneciente a una cultura que reprueba la homosexualidad. Además del propio Guntur, conoce el secreto de Darma su hermana Cinta, pero lo ignoran Bambang y Cahaya, sus padres, como así también el hijo mayor, Kuwat. Se espera de Azrabul y Gurlok que ayuden de alguna manera a Darma con ese asunto.

El regreso no es del todo cómodo. Los tres protagonistas vienen precedidos por una reputación de orates que al principio atribuyen, erróneamente, a infidencias del Bibliotecario en Jefe, Ude. Enseguida salen de su error: no es que el Bibliotecario los crea cuerdos, pero en medio de la locura general, la de ellos tres no le resulta tan llamativa como para andar ventilándola por ahí. Amsil, para colmo, ha olvidado muchos detalles de su increíble pasado reciente, así que, a diferencia de Azrabul y Gurlok, ni siquiera entiende los motivos de tan mala fama. Y en otros asuntos también las cosas marchan mal: se acerca la fecha de inicio del proceso a Azrabul por la paliza en las escaleras de Tipûmbue, y como los apaleados eran nenes de mamá de familias poderosas, es casi seguro que irá a prisión. Además, es vox populi que se aprovecharán de su fama de violento para quitarles, a él y a Gurlok, la tenencia de Amsil, tanto más fácilmente cuanto que nunca hicieron los trámites para adoptarlo de manera legal.

Regresan a la ciudad en momentos de gran convulsión, no sólo por el suicidio de una joven -del que tienen la desgracia de ser testigos en primera fila-, sino también porque se han restringido los ingresos a la ciudad y los egresos de la misma. Se rumorea que algo o alguien acecha en los bosques que rodean la ciudad. Al parecer se trataría de una jorogumo, un espíritu o ser que bajo la forma de una mujer hermosa seduce a hombres para luego transformarse en una gigantesca araña y darles muerte.

En principio ajenos a la cuestión de la jorogumo, Azrabul, Gurlok y Amsil logran que Bambang les dé hospedaje, que ellos solicitan más que nada con el propósito no expresado de estudiar de cerca a la familia para decidir de qué forma podrían ayudar mejor a Darma. Sin embargo, Crictio cita a Azrabul y a Gurlok en una cantina (Amsil los acompaña aunque no estaba invitado) junto a otros tres hombres. El propósito de la reunión tiene que ver con la presunta jorogumo y es una oferta para una misión peligrosa y mal paga, pero paga al fin. Todos los invitados -más Amsil, el no invitado- aceptan, tras lo cual la mayoría de los convocados se queda en la cantina a cenar, y es durante esa cena que se menciona el nombre de Anansi, un espíritu muy popular entre muchos pueblos africanos, como también un símbolo relacionado con él, la "ananse ntontan": la telaraña que simboliza, entre otras cosas, la complejidad de la vida, la forma en que todos los seres vivos están unidos e interrelacionados entre sí. Inspirados por este símbolo, y animados por la camaradería surgida durante la cena, los presentes crean una hermandad secreta. Parece un buen augurio; lástima que otros apuntan en dirección opuesta. Ya antes Azrabul y Gurlok habían creído ver en plena calle a un siniestro personaje de su pasado al que habían dado por muerto. No están muy seguros de si lo que vieron es real, si se confundieron o si están todo lo locos que dice la gente. Pronto será el turno de Amsil, el único capaz de ver a un lúgubre individuo cuya presencia no notan sus padres adoptivos, ni aun teniéndolo al lado. Amsil lo toma como un presagio de muerte.

BAJO LA ÉGIDA DE ANANSI sigue la fórmula de su predecesor, aunque si en aquel el elemento fantástico se enraizaba más en la seudociencia que en la mitología, aquí ocurre lo contrario. El carácter cosmopolita de la ficticia Tipûmbue permite en la trama la interacción de pueblos que verdaderamente existen y que, en la vida real, sin duda no podría tener lugar más que por Internet. Así vemos aparecer en el argumento a representantes de los minang de Indonesia (Bambang y su familia), los akan de África (Bisimwa) y los warlpiri de Australia (Djalu) aunque, como se trata de una saga fantástica, no hay forma de saber hasta qué punto la descripción que se hace de sus hábitos, costumbres y creencias es exacta. Por lo demás, siguen predominando el misterio, la oscuridad y lo filosófico por encima de la acción. Ya lo habíamos dicho: esta no es una saga para evadirse mentalmente, sino más bien todo lo contrario, por mucho que enganche su ambientación fantástica. Siguen también presentes los pasajes humorísticos y puazos de crítica social.

Sigue molestando el hecho de que sea más fácil saber a quiénes no recomendar esta saga que a quiénes recomendársela. Además de los mentados en el comentario de la primera parte, convendrá que se abstengan de leerla los macristas, porque cada vez se hace más obvio que el rey de Largen y su Encargada de Seguridad son caricaturas, respectivamente, del ex presidente argentino Mauricio Macri y de Patricia Bullrich, Ministra de Seguridad bajo el mandato de este último.

Además, algunos pueden encontrar fastidioso que no se traduzcan los diálogos en idiomas extranjeros entre ciertos personajes, aunque esto quizás sea excusable, porque no es tan importante lo que Heikkinen diga en su idioma como la indignación de Tutmosis por no poder entenderle, ni lo que Cinta grite a Kuwat en esrivijayano como la frustración de los protagonistas por no captar qué la enoja tanto. Lo que no tiene perdón de Dios es un error de grueso calibre en la página 125: en la cantina se atribuye a Crictio algo que no puede estar diciendo él, porque ya se había retirado hace rato. El parlamento en cuestión debe corresponder a Azrabul o a Gurlok. A corregir la pifia en la próxima edición.

Escrita hace 3 años · 0 votos · @EKELEDUDU le ha puesto un 9 ·

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