Bochorno por arspr

Portada de UN INCENDIO INVISIBLE

Bueno, pues un libro que claramente me ha gustado más que "Cuatro por cuatro" y menos que sus dos más recientes novelas. Y en cierta forma este está claramente más emparentado con dicha primera novela mencionada. Porque de nuevo vuelve a ser un libro más alegórico que real, concreto y apabullantemente directo como son los dos últimos. Y aunque, en mi opinión, aquí dicha alegoría funciona muchísimo mejor que en el internado de élite siguiente, la verdad es que me gusta muchísimo más la Sara Mesa de lo cotidiano como ventana a lo extraordinario que al revés.

Pero sí ese Vado bochornosamente infernal, sí consigue trasladar una sensación continua, pegajosa e indefinible de malestar, de desasosiego, de incluso odiar y asquearse no solo por los "malos" del libro, sino por incluso los inocentes atrapados en dicho infierno. (Lo de malos entre comillas porque no se trata de un libro que se mueva en esas coordenadas; simplemente digamos los moralmente menos apetecibles, aunque sea por cobardía, tan común y tan oscura posiblemente en todos y cada uno de nosotros). Y la verdad es que yo creo que este puede que sea uno de las grandes objetivos e intenciones de Sara Mesa con esta novela: obligarnos a ver cómo a todos en gran medida nos pasa que cuando vemos a los desharrapados, a los sucios, a los que llegan en cayucos, a los viejos, a los enfermos, a los parias en general, de manera harto injusta pero inevitable, en nuestra respuesta emocional inmediata siempre hay un punto de asco, de culpabilizarlos por ser víctimas, y más que por ser víctimas, casi es por su estética, por su apariencia, por ser "desagradables, feos y malolientes". Y eso se consigue con creces en la novela. No solo Tejada le acaba cayendo mal al lector, (con más o menos motivos fundados), sino también el resto de parias que pueblan el libro, y que en la mayor parte de las veces lo único que son es meros indefensos en un mundo que se les desmorona alrededor.

Pero ya digo, me sigo quedando con Cara de pan y Un amor. Porque prefiero que, a partir de una historia extremadamente sencilla y concreta, una historia que no puedes evitar creerte a pies juntillas por su absoluta cotidianeidad, manen igualmente muchas otras reflexiones y sensaciones de fondo, antes que empezar al revés: con ese Vado irreal, fantasmagórico y bochornoso pero que en realidad no es más que una hipérbole de situaciones cotidianas de abandono, ahora sí que sí, extremadamente reales, (e incluso en muchos casos ni siquiera hipérbole sino mero compendio agregado).

Escrita hace 3 años · 5 puntos con 1 voto · @arspr le ha puesto un 7 ·

Comentarios

@Tharl hace 3 años

No he leído nada más de Sara Mesa, pero me gusta mucho ese repliegue o inversión que comentas en el que lo fantasmagórico ha dejado de ser algo "real" y alegórico en la novela para convertirse en la lógica oculta real bajo los acontecimientos cotidianos. Pienso en el pensamiento mágico del que hablábamos a propósito de Nat.

También me gusta lo que dices de la manera en que Sara Mesa trabaja con el otro. Con esa relación compleja hacia el prójimo. Es eso mismo, en relación al Alemán, lo que más me gustaba de Un amor. Creo que es el componente más fino en el que trabaja Mesa.

Te has zampado todas sus novelas ya, ¿no? ¡Qué envidia!