El que mucho abarca... por arspr

Portada de ALEACIÓN DE LEY

Brandon Sanderson tiene verdaderos detalles de grandeza en su imaginación y planteamiento de este tipo de literatura ¿menor? de "fantasía" y evasión. Y como podréis comprobar en mi reseña doble de la saga inicial (en El imperio inicial, en concreto) o en la referida a Legión (en el compendio Legión y El alma del Emperador), a mí francamente me ha ganado para toda su carrera con dos series concretas francamente redondas.

Pero, y cada vez se me está haciendo más patente, tiene un problema serio: Cosmere. Para los que no lo conozcáis, Cosmere es un universo común entre gran parte de sus libros que el autor ha ido entretejiendo. Además intentándole dar una pátina de verosimilitud "física" de manera que al final cada historieta está ubicada en un sistema solar distinto, (si así como lo oís), con sus diversos planetas. Así Nacidos de la Bruma está en Scadrial, El Archivo de las Tormentas está en Roshar (pero también hay planetas vecinos que tienen su "importancia"), Elantris está en Sel, y así... Y hay una serie de hechos, (más o menos centrales, como por ejemplo un personaje Wit/Hoid, que salta de unos a otros, etc.), porque por debajo de todo ello, Brandon Sanderson intenta inventarse una estructura espacio-temporal-del alma mía con palabros como investidura y otros que darían pavor incluso a un experto en mecánica cuántica.

Y no se si veis un poco la tendencia. El problema es que al final esto no son más que historietas de fantasía para pasar un rato. Y por supuesto sin que eso no signifique que también tengan con más o menos aciertos reflexiones morales universales sobre más o menos temas universales (por ejemplo "la pasividad" de Dios, se llame con el nombre que se llame, en "Sombras de Identidad" de esta misma serie, y cómo eso casa o deja de casar con que sea en teoría infinitamente bueno; cuestión especialmente interesante para un creyente como el propio autor). Pero ya, no quieras abarcar más. Son primero y más importantemente novelas de aventuras. Punto.

Por ello cuando te pasas y quieres plantear una cosmogonía universal, un que todo esté relacionado, las costuras empiezan a estirarse y verse por doquier. Porque empiezas a hacer cosas realmente extrañas, a embrollar las aventuras con cuestiones superfluas y pretenciosas y a inventarte palabros y conceptos cada vez más raros que suenan a midiclorianos jedi que tiran de espaldas.

Y lo que en la primera trilogía fue un "¡OSTRÁS, QUÉ BUENO Y ORIGINAL!", (sí, así en mayúsculas), se convierte en un "pero por qué no me dejas disfrutar de las palomitas a gusto y te dejas de líos". Es que francamente a la gente le cuesta asumir que más no siempre (es más casi nunca) es mejor...

Escrita hace 3 años · 0 votos · @arspr le ha puesto un 7 ·

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